VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Venezuela: El Golpe

Mesa Redonda Informativa

La importancia de la victoria es la fuerza que le ha dado al pueblo venezolano
Joaquín Rivery Tur
La constitucionalidad retornó a Venezuela. El papel fundamental para ello lo desempeñó el pueblo y su Fuerza Armada, que no permitió la consolidación de un golpe de Estado orquestado por los grandes empresarios y algunos militares que traicionaron la Carta Magna que debían servir.


Jóvenes venezolanos estudiantes en Cuba de la Escuela de trabajadores sociales presentes en el estudio de la TV en la Mesa Redonda sobre Venezuela.
Los acontecimientos de los días 11, 12 y 13 fueron seguidos muy de cerca por millones de cubanos y la Mesa Redonda de ayer aportó las últimas informaciones y comentarios sobre lo acaecido con el presidente Hugo Chávez y en Venezuela. Y, por supuesto, sobre la victoria del pueblo.
Las imágenes del primer reportaje que anunció el moderador Randy Alonso fueron muy elocuentes y nos recordaron lo sucedido a todos los que no dormimos por esperar el regreso del Presidente venezolano, la culminación de la victoria de las fuerzas populares a la que se refirió Juana Carrasco, del periódico Juventud Rebelde.
La primera represión prometía un baño de sangre con la ola de allanamientos, de detenciones, que recordaba las escenas del golpe de Augusto Pinochet en Chile en 1973. Pero el pueblo estaba ahí, en la calle, tal vez algo confundido en los primeros momentos, pero ocupaba su lugar y más adelante bajó de los cerros, de todas partes para rodear el fuerte Tiuna y el Palacio de Miraflores para demostrar que era él el que iba a detener el golpe.
Eduardo Dimas, comentarista de la Televisión cubana, fue eslabonando los momentos del golpe, de la correlación de fuerzas en rápido cambio hacia un apoyo a Chávez por parte de las principales unidades militares del país. En el aspecto militar, los actores fundamentales fueron los oficiales intermedios y los soldados, la base del ejército, que fue fundamental para detener el golpe contrarrevolucionario y derrotarlo.
Lo que sucedió el 11 de abril fue una conspiración de fuerzas internas reaccionarias e, indudablemente, a fuerzas de Estados Unidos, en el análisis de Lázaro Barredo. En febrero un funcionario del Departamento de Estado decía que Chávez no terminaría su período si no arreglaba las cosas en su país. Ese mismo mes en Estados Unidos se vertieron varias expresiones de altos funcionarios, de carácter seriamente amenazador, entre ellos el director de la CIA y el Secretario de Estado.
Lázaro recordó que la Embajada norteamericana en Caracas conocía perfectamente todo lo que se fraguaba y era visitada por oficiales que preparaban el golpe reaccionario y miembros de partidos de la oposición. En Caracas llegó a haber temores de que Chávez fuera llevado a Estados Unidos después de su secuestro.
Julio Montes, embajador de Venezuela en Cuba, que se encuentra en estos momentos en su país, aseguró telefónicamente que la capital venezolana estaba tranquila y el Presidente en Maracay, donde fue el foco de rebelión de los paracaidistas contra el golpe, y que la población caraqueña estaba mayoritariamente en su casa después de una noche en vela para derrotar la conspiración.
El diplomático informó que numerosos ministros nombrados por el dictador Carmona y generales traidores fueron detenidos, pero con todos sus derechos asegurados, lo que no garantizaron nunca los golpistas a los chavistas que detenían.
A la temprana declaración de los usurpadores del poder de que no le darían ni una gota más de petróleo a Cuba, Julio Montes contrapuso la información de que en el primer barco que venga a La Habana con combustible se organiza un grupo de trabajadores petroleros y dirigentes para que acompañe el embarque en un acto significativo de la profundización del proceso revolucionario venezolano y de cómo ve Venezuela la integración continental.
Para Rogelio Polanco, director de Juventud Rebelde, uno de los aspectos llamativos de estos días fue el papel abiertamente contrarrevolucionario que asumieron los medios de difusión masiva, entre ellos las estaciones privadas de televisión, y que ayudaron a los conspiradores en sus acciones, instigando a la violencia.
Respecto a la Embajada cubana, todo está ya normal. Germán Sánchez, el embajador, ronco posiblemente de las noches sin dormir, ratificó que la situación está en su cauce habitual y que lo más importante de la victoria es la enorme potencia que le ha dado al pueblo bolivariano y para los cubanos el triunfo fue de enorme alegría. Señaló que los cubanos en Venezuela actuaron como el pueblo espera que lo hagan en esas situaciones. Se comprobó, dijo, que Chávez vive en millones de personas dispuestas a seguirlo.