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Venezuela: El Golpe

Se normaliza situación en Venezuela

Los centros educacionales abrieron sus puertas y los alumnos volvieron a las aulas tras varios días de inacción a consecuencia de la tensión provocada por la crisis política. Presencia disuasiva de la Guardia Nacional, junto a la policía de Caracas, en algunos barrios donde se habían presentado alteraciones del orden. Opositores venezolanos quieren distanciarse del golpe. Responsabilizan a EE.UU.

CARACAS, 15 de abril (PL).—La situación en esta capital y el resto del país continuó hoy su proceso de normalización con el reinicio de las clases en las escuelas y el mejoramiento del orden público.
Los centros educacionales abrieron sus puertas y los alumnos volvieron a las aulas tras varios días de inacción a consecuencia de la tensión provocada por la crisis política.
Mientras tanto, la presencia disuasiva de la Guardia Nacional, junto a la policía de Caracas, en algunos barrios donde se habían presentado alteraciones del orden y saqueos, hizo retornar la calma a ellos.
Ayer, el alcalde de Caracas, Freddy Bernal, denunció que elementos pertenecientes al violento grupo opositor Bandera Roja, estaban exhortando a los asaltos a comercios para introducir signos de caos y desestabilización.
Los incidentes estuvieron localizados en algunos puntos de esta capital y ya fueron controlados por cuerpos policiacos y militares "en el más absoluto respeto a los derechos humanos", aclararon las autoridades.
La creciente normalidad también se reportó desde los estados del interior de la nación donde los gobernadores y alcaldes electos legítimamente recuperaron sus cargos de los cuales habían sido despojados a la fuerza la pasada semana.
Igualmente, se conoció del total regreso al trabajo de las principales empresas industriales y comerciales, así como de la reanudación en forma absoluta del transporte en todo el territorio nacional.
Mientras tanto, continuaron llegando al palacio de Miraflores mensajes de jefes de Estado y de gobierno mostrando su satisfacción por el regreso de Venezuela a la constitucionalidad y el fracaso del golpe.
El más reciente de ellos fue el del presidente argelino, Abdelazis Bouteflika, quien felicitó al mandatario venezolano, Hugo Chávez, por su retorno al poder y por la reacción popular frente al intento de derrocarlo.
OPOSITORES VENEZOLANOS QUIEREN DISTANCIARSE DEL GOLPE
Una sorprendente actitud, poco creíble para la población venezolana, adoptaron hoy empresarios, sindicalistas y políticos al tratar de distanciarse del reciente golpe de Estado.
Algunos de los más comprometidos en las actuaciones públicas que facilitaron la asonada y hasta convalidaron las medidas represivas posteriores, alegaron ahora su inocencia y hasta el desconocimiento de lo sucedido.
Así ocurrió con la directiva de la Federación de Cámaras de Comercio (Fedecamaras), la cual era encabezada por Pedro Carmona Estanga, designado presidente de la República por los golpistas.
En su nombre, habló el presidente en funciones de la organización, Carlos Fernández, quien, asombrosamente, pidió la liberación de Carmona, ahora detenido, y aseguró que la cúpula empresarial nada sabía del pronunciamiento militar.
Fernández, al igual que el resto de la directiva de Fedecamaras, convocaron a la huelga general en el país "hasta que se vaya Chávez" y suscribieron el Acta en la cual se abolieron todos los poderes nacionales, junto a la disolución del Parlamento.
Ellos acudieron jubilosos, junto a Carmona y los militares golpistas, a realizar declaraciones de apoyo al derrocamiento de Chávez ante las cámaras de televisión y callaron mientras se desató la ola represiva en Venezuela.
Otra sorprendente declaración la hizo Carlos Ortega, presidente de la impugnada dirección de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), principal reclamante de la salida de Chávez, quien pidió en televisión el alzamiento de los militares.
Pero sobre Ortega pesa aún una culpa mayor, pues llamó a asistentes de una marcha opositora, el jueves pasado, a marchar sobre Palacio "para sacar hoy de allí a Chávez", lo cual provocó serios incidentes con un balance de muertos y heridos.
Ahora Ortega dice que siempre se opuso a las medidas represivas del llamado gobierno provisional, aunque también apoyó su constitución y accionar.
El más furibundo comentarista de televisión enemigo de Chávez, José Domingo Blanco, quien también exhortó muchas veces a las fuerzas armadas a intervenir contra el gobierno, comenzó hoy su programa con un "ˇBienvenido, presidente!".
En su insólita declaración, Blanco negó todo lo que había dicho en su diario comentario ante los televidentes y se mostró partidario de la negociación y el diálogo.
Igual actitud tomó Alfredo Peña, alcalde metropolitano, quien llamó a Chávez a participar en una mesa de diálogo, después que pidió, reiteradamente, una gran marcha hacia el Palacio de Miraflores para sacar de allí al Presidente.
RESPONSABILIZAN A EE.UU.
El ministro de Educación de Venezuela, Aristóbulo Isturis, denunció hoy que Estados Unidos estuvo detrás del reciente golpe de estado en el país andino.
En entrevista concedida al diario mexicano La Jornada, el titular refiere: "Mire, yo soy miembro del gabinete, soy una gente cercana a (el presidente Hugo) Chávez, nosotros lo que queremos es mejorar las relaciones con Estados Unidos (...). Pero, en fin, por supuesto que sí", instigaron la desestabilización de Venezuela.
Un comentario del argentino Premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel, respalda la tesis de Isturis y sostiene que "los sectores más reaccionarios (venezolanos), apoyados por Estados Unidos, empresarios, grupos militares y con la complicidad de los grandes medios de comunicación, prepararon el golpe".
Pérez Esquivel explica que la Casa Blanca y sus aliados pretendieron derrocar al gobierno para proteger intereses económicos, en particular los petroleros, frente a la grave crisis que vive el Medio Oriente.
Añade que el gobierno de George W. Bush no tolera a ningún país salirse de su órbita, de su dominio hegemónico, de su "dictadura globalizada", impuesta al mundo y en particular a América Latina, y no repara en utilizar a sectores militares para implantar tiranías disfrazadas de democracias.
Tanto la entrevista al ministro como el artículo del Premio Nobel ofrecen una visión integral de lo recién acontecido en el país sudamericano.
El titular de Educación relata lo ocurrido al interior de la sede gubernamental y asegura que Chávez jamás renunció y prefirió arriesgar su vida en manos de los golpistas a privar al pueblo de un gobierno bolivariano.
Isturis refiere que varios diputados y casi todo el gabinete se encontraban junto al mandatario en su despacho cuando recibieron la amenaza de que si Chávez no renunciaba iban a bombardear el Palacio de Miraflores.
"Nosotros dijimos que bombardearan, que nosotros no íbamos a salir. Nos parecía la salida más digna (...).
El Presidente nos pidió un momento para pensar la cosa y nos dijo: "Bueno, miren, ustedes sigan luchando y si quieren ellos que me lleven preso, y yo no voy a renunciar ni me voy a ir del país", rememoró.
Isturis señaló que el Presidente prefirió no sacrificar al gabinete.
"Hay un pueblo allá afuera que necesita dirección, el pueblo confía en nosotros. No podemos suicidarnos aquí porque es suicidar al pueblo", alegó Chávez.
Ex alcalde de Caracas y vicepresidente de la Asamblea Constituyente por el partido Patria para Todos, el ministro denuncia que los golpistas intentaron sacar al dignatario del país, en una operación frustrada por militares leales a la administración bolivariana.
Oficiales de diversos rangos y de distintas unidades militares se comunicaron con la base de Orchila, de donde querían sacar al mandatario, pero si la labor de convencimiento fallaba, una flotilla de helicópteros iría al rescate, cuenta Isturis.
A los ministros —agrega— intentaron obligarlos a entregar sus carteras y sus casas fueron allanadas.
De acuerdo con el entrevistado, el caos desatado por los golpistas se revirtió a raíz de la carta circulada por el presidente desde Orchila, donde desmentía su supuesta dimisión.
El sábado en la noche, la población seguía tomando las calles, el gabinete regresó a Miraflores y había recuperado el control del capitalino Fuerte Tiuna, así como de Maracay, Valencia y Barquisimeto, puntualiza.
A pesar de que algunos medios de prensa se prestaron a la campaña contra el gobierno, las autoridades constitucionales realizaron un intenso lobby internacional y lograron colocar su versión de los hechos en emisoras de Colombia, España, Perú, Francia, Gran Bretaña y en Internet, dice.
"El pueblo venezolano, las fuerzas armadas, los sectores políticos e intelectuales reaccionaron y lograron desbaratar el gobierno de facto que recurrió a todos los medios, como cerrar el Parlamento y la represión, así como el arresto del presidente Chávez", afirma Pérez Esquivel, como para completar la reseña.
En su articulo, el intelectual argentino destaca la fuerte solidaridad latinoamericana e internacional, y la labor de denuncia de la prensa mundial ante el golpe y a favor del gobierno constitucional.
"Estados Unidos no logró su objetivo de imponer un gobierno títere; continuará tratando de minar al gobierno venezolano rebelde a sus intereses", advierte, y aboga por la sanción judicial de los protagonistas de la rebelión.
Los pueblos de América Latina han dicho basta a los golpes de estado y a la implantación de dictaduras.
Los hechos demuestran que los países se asumen como protagonistas de sus propias vidas y constructores de su propia historia, concluye.
EMBAJADA NORTEAMERICANA SABIA DE ASONADA, DICE REVISTA
La embajada estadounidense en Venezuela sabia de la asonada contra el presidente Hugo Chávez, al menos, dos meses antes de que los golpistas secuestraran al mandatario, asegura la revista Newsweek.
En artículo a publicarse en la edición del próximo día 22, el semanario cita a fuentes anónimas del gobierno de George W. Bush que revelaron haber estado al tanto, a través de su legación en Caracas, del golpe de estado contra el gobernante constitucional venezolano desde finales de febrero pasado.
Newsweek indica que los oficiales golpistas acudieron en busca de consejo a la embajada estadounidense y a enterarse de la "posición del gobierno norteamericano" sobre la acción que preparaban.
Negada por Washington, la implicación de la misión diplomatica norteamericana en Caracas en el derrocamiento de Chávez es una versión bastante difundida por gran parte de la prensa internacional.
Poco después de conocerse la detención del estadista venezolano en el Palacio de Miraflores (casa de gobierno) en la madrugada del pasado viernes, la Casa Blanca no solo se abstuvo de condenar la maniobra sino que culpó a Chávez por los sucesos.