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Venezuela: El Golpe

La historia del teniente coronel Hugo Chávez

Diez años después de su frustrado intento de golpe de Estado, Hugo Chávez, el ex teniente coronel convertido en presidente constitucional de Venezuela hace tres años, enfrenta una huelga general indefinida liderada por una alianza de empresarios y dirigentes sindicales con el fin de derrocarlo.
Hugo Chávez confronta la peor crisis política en sus tres años de gobierno en Venezuela, desafiado por las cúpulas de trabajadores y empresarios que convocaron el miércoles a una huelga nacional indefinida con el fin, ya sin caretas, de sacar del poder al ex teniente coronel que lideró en 1992 una fallida rebelión militar.
Chávez, único gobernante de la región que propugna una revolución populista bolivariana de izquierda en un contexto globalizado y se declara admirador y amigo de Fidel Castro, llegó al poder en las elecciones de 1998, y tras promover una nueva Constitución fue reelegido en 2000 para seis años con derecho a reelección.
Chávez, de 47 años, era teniente coronel del ejército cuando fue dado de baja por el alzamiento junto a su ex compañeros de armas y actuales opositores: Francisco Arias Cárdenas, Jesús Urdaneta y Yoel Acosta Chirinos.
El mandatario, en el poder desde el 2 de febrero de 1999, dotó al país de una nueva Constitución en medio de un turbulento primer año político que aunque lo desgastó, no fue lo suficiente como para comprometer su triunfo presidencial en las elecciones que renovaron su legitimidad en julio de 2000.
Enarbolando la figura del libertador Simón Bolívar, Chávez y los otros comandantes del 4-F, como se los conoce, fundaron el Movimiento Revolucionario Bolivariano en 1982.
El MVR se mantuvo clandestino durante 10 años en el ejército, y sólo salió a la luz pública cuando fracasaron en su intento de deponer al ex presidente socialdemócrata Carlos Andrés Pérez (1974-79, 1989-93).
Chávez fue el encargado de poner fin a la intentona golpista luego de haber fallado en su objetivo de apresar a Pérez en Caracas, al rendir las fuerzas ante las cámaras de televisión, asumiendo la responsabilidad del alzamiento y afirmando que los objetivos de la rebelión no se habían logrado, "por ahora".
Tras la rendición, Chávez fue detenido en la prisión de Yare, junto a los otros líderes del golpe, hasta el 23 de febrero de 1994, cuando fueron liberados por una amnistía a cambio de sus bajas por el entonces presidente Rafael Caldera (1969-74 1994-99).
El carismático líder que se proclama "soldado del pueblo" y "humanista", desestima a la vez "por inviable" al comunismo y al "capitalismo salvaje". En cambio, ha demostrado simpatía por la "Tercera Vía", liderada por el primer ministro británico Tony Blair.
El mandatario sufrió un duro golpe cuando sus "hermanos de la vida" y ex compañeros de rebelión, Arias, Acosta Chirinos y Urdaneta Hernández se alejaron acusándolo de desviar la revolución bolivariana.
Desde su campaña electoral de 1998 Chávez creó una imagen anti-estadounidense al tiempo que retuvo a Estados Unidos como principal cliente del país.
Pero en octubre detonó la ira del presidente George W. Bush al acusar a Washington de asesinar a niños y a civiles inocentes en sus ataques en Afganistán, tras los atentados terroristas del 11 de setiembre.
Las relaciones se vieron afectadas asimismo por sus pomposas visitas a archienemigos de Washington, como el cubano Fidel Castro, el libio Moammar Kadhafi y el iraquí Saddam Hussein.
El director de la CIA, George Tenet, avivó el fuego sobre Chávez al expresar que la situación de Venezuela "probablemente se deteriorará" debido a la caída de los precios del petróleo de febrero pasado, y la insatisfacción popular.
El miércoles, cuando la huelga era convocada en el tercer país proveedor de petróleo de Estados Unidos y cuarto a escala mundial, un funcionario del departamento de Estado, advirtió en Washington que "ya no evaluamos a Chávez sólo por sus hechos, sino que sus palabras también son muy importantes".
En el plano interno, en noviembre del año pasado motivó un nuevo debate en Venezuela al imponer un masivo decreto de 49 nuevas leyes, en el límite de la vigencia de poderes especiales que le otorgó la Asamblea Nacional.
La más controvertida de esas leyes fue una dirigida a imponer una reforma agraria: la ley de tierras, hidrocarburos y bancos, lo cual dio pie en diciembre al primer paro nacional en sus casi tres años de gobierno.
Las leyes enfurecieron al empresariado que las consideró estatistas e inconsultas, ante lo cual encabezó la protesta en las calles respaldado por la mayor central obrera del país y algunos oficiales del Ejército.
Este fue el primer gran paso de una ofensiva de la oposición política que desembocó en la convocatoria a huelga general indefinida del miércoles, convocada por las mismas agrupaciones de trabajadores y empresarios.
Otro duro golpe a su gobierno fue la difusión en enero, por parte de periodistas, de un video que mostraba a militares venezolanos hablando con el comandante de las rebeldes FARC Rubén Zamora, lo que sugirió nexos entre Venezuela y la guerrilla colombiana y enturbió las relaciones de los países vecinos. *