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La vieja Europa

12 de junio del 2002

Prisión de Quatre Camins, Catalunya


Larga crónica de una protesta anunciada

En la prisión de Quatre Camins, por diferentes motivos, se han producido por lo menos unas 6 muertes en lo que va de año, lo que hacía que el encierro se viviese como una situación insostenible. Las últimas muertes, Alberto Dominguez Maldonado y Antonio Falces Casas, y los contínuos abusos de los carceleros de CATAC, eran un presagio que se materializó cuando unos días antes del plante, a un chaval del módulo 2 (J. H.), varios carceleros lo cogieron por banda y sin motivo alguno, le propinaron una brutal paliza. Un compañero suyo C.), al ver como lo estaban reventando a golpes, intentó impedir que el linchamiento se llevase a cabo, pero también fue golpeado.
Este cotidiano hecho, pudo ser muy bien la paliza que colmó la capacidad de sufrimiento humano y por ello, un grupo de presos del módulo 1, avisaron a la dirección de la prisión que si no se ponía fin a toda una serie de abusos y si no se respetaban sus más elementales derechos, llevarían a cabo un plante. Como estas palabras no fueron tenidas en cuenta y ni tan siquiera obtuvieron respuesta, el martes 28 de junio, sobre las 10 de la mañana, más de 100 presos de dicho módulo, iniciaron una huelga indefinida de brazos caídos bajo 12 puntos de reivindicación. Con esta protesta de resistencia pasiva, consistente en negarse a entrar en los talleres productivos que el CIRE tiene en la prisión, y a realizar las tareas cotidianas de mantenimiento y limpieza, se creó un comité de huelga que se planteaba la posibilidad de aumentar la protesta extendiéndola a otros módulos e incluso a iniciar una huelga de hambre y a negarse a entrar en las celdas si no eran oidas sus reivindicaciones o si se pretendía tomar represalias contra las personas que protagonizaban la protesta.
Entre estos 12 puntos, se encontraban las conocidas reivindicaciones colectivas que desde finales del año 99, el colectivo de presos en lucha vienen reclamando, además de otras propias del centro y contra los abusos que en este se repiten cotidianamente:

-Abolición del FIES encubierto (art. 93 R.P.). En el centro penitenciario de Quatre Camins, se está echando abajo el módulo 5, que era una construcción de chapa, para acondicionar en ese espacio un módulo FIES con capacidad para 80 plazas.
-Excarcelación de los presos con enfermedades terminales (aplicación del art. 60 del antiguo Codigo Penal)
-Mejora de las condiciones higiénicas y sanitarias dentro de la prisión.
-Destinos remunerados. Que los presos cobren por el trabajo realizado.
-Fin de las falsas recompensas y del sistema SAM que provoca y motiva las acciones rastreras de los presos como delaciones, acusaciones contra otros presos,.. Este sistema da falsos incentivos a los presos que colaboren, pero que nunca ven colmada su aspiración de libertad.
-Basta de maltratos y torturas. Desaparición de las esposas dentro de la prisión. Hay celdas en las que la cama tienen esposas y un cinturon para la inmovilización mecánica del preso, al cual abandonan, desnudo y boca abajo esposado de pies y manos sobre una especie de hule que colocan encima del somier.
-Fin de lo que llaman "protocolos especiales", consistentes en impedir la utilización del polideportivo, talleres, o espacios abiertos, a presos calificados como "fuguistas".
-Mejora de la calidad de la comida. Hay algunos presos que adoptan la comida vegetariana, porque la verdura es lo único que es mínimamente identificable.
-Desmasificación de la prisión. Situación que se resolvería, no con la construcción de nuevas prisiones, sino con la aplicación de la propia ley.

Como la dirección del centro mantenía su actitud de ignorancia hacia los problemas planteados, los presos del módulo 1 se pusieron en contacto con los del módulo 2, haciendo un butrón en una pared común, sumándose a la protesta y a las reivindicaciones un buen número de presos. Se calcula que eran unos 250, la tensión iba en aumento y a medida que iba pasando el tiempo, los efectos del plante se dejaban notar de una manera tan preocupante, que la basura se acumulaba en los patios y el servicio de comida tenía que ser llevado a cabo por grupos de carceleros, quedando los platos y los restos de comida, esparcidos por todo el comedor, deteriorando más, si cabe, las ya lamentables condiciones de higiene del centro.
El miércoles 29 de mayo, el comité de huelga se reunió con el Director y Subdirector del centro. Estos, en principio platearon que si los presos deponían su actitud, se comprometían a solucionar algunas pequeñas cuestiones de carácter estrictamente interno. Al darse cuenta del engaño, el comité de huelga se levanto de la "mesa negociadora", reclamando la presencia del Conseller de Justicia y de otros mediadores, así como a la Cruz Roja, en calidad de observadora y para que diese fe de la situación de insalubridad en la que se encontraba la prisión. Esto sucedía entre las 15 y las 17 horas del miércoles. Uno de los grandes temores del comité, era que la intransigencia de la dirección propiciase una rápida y brutal represión, como así fue. El subdirector de la prisión emitió su último aviso, o deponían su actitud, u ordenaría la entradas de los Mossos d'Esquadra. Los presos reclamaron garantías de que no habría represalias, pero el subdirector se reafirmó añadiendo que él no garantizaba nada.
Mientras esto sucedía, los tejados de dichos módulos, se podían ver repletos con unos 100 presos que se pasaron más de 1 hora subidos y gritando AMNISTIA Y LIBERTAD, gritos que la prensa que se había reunido en los alrededores de la prisión, no pueden negar que los tuvieron que oir. Ante esta situación y en previsión de que se pudiese extender a más módulos y hacer imposible su control, el subdirector dió orden de entrar a saco a los Mossos y estos se emplearon a fondo haciendo gala de toda su instruída brutalidad. Los testimonios de la carga, fueron recogidos de algunos compañeros y hablan por sí solos. Algunos presos relatan como vieron a los Mossos disparar sus bolas de goma contra las personas a muy corta distancia. Un preso yacía con la cabeza abierta (P.S.V.) por uno de los disparos; otro caía por el impacto de una bola en el pecho y quedó completamente tendido en el suelo. Se habla de que 3 ó 4 presos, por lo menos, se encuentran muy mal heridos en el hspital.
También se habla del fuego real que los Mossos utilizaron contra algunos presos que se asomaban por las ventanas de sus celdas para expresar su solidaridad con sus compañeros y algún testimonio explica que carceleros armados con barras de hierro le abrieron la cabeza a golpes a un preso. Los que estaban en el tejado, intentaron escapar de los golpes como pudieron y los que no lo consiguieron, fueron arrojados al vacío desde los tejados, rompiéndose varios de ellos algunas de sus extremidades. A la brutal represión de los Mossos, se les unieron un ingente número de carceleros de las prisiones de Brians y de la Modelo, que al más clásico estilo paramilitar, se presentaron para golpear a los presos. Se pudo distinguir a dos carceleras que se empleaban con especial saña con los presos y también como el subdirector de la Modelo, dirigía personalmente la represión contra unos presos que habían roto una cámara en el módulo 2. Un compañero nos explicó, que encontrándose reducido en el suelo del módulo 1 junto a otros presos, no daba crédito a lo que estaba viendo y pensando que era producto del estado de nerviosismo e incertidumbre del momento, pero después esa misma visión se la confirmó otro compañero. El carcelero conocido como la Fernanda, ayudado por unos policías, sodomizo a un preso introduciéndole una porra por el ano.
Poco a poco los fueron reduciendo, a los que cogían en grupo, no les golpeaban con la misma saña que a los que acorralaban solos o en desigual minoría. Los iban reuniendo junto al pirulí de la prisión y los obligaban a extenderse en el suelo. En diferentes momentos los carceleros les preguntaron si había alguno que estuviese herido, y cuando los presos levantaban el brazo, se dirigían hacia ellos para propinarles una nueva ración de golpes.
Los compañeros, también confirmaron que vieron a dos carceleros heridos en la refriega, uno, el propio jefe de servicios de Quatre Camins. También quieren dejar claro, que ni secuestraron, ni retuvieron en ningún momento a ningún carcelero; es más, facilitaron o dejaron que se fueran a los que encontraron a su paso cuando el subdirector de la prisión desató su espiral de violencia represiva.
Cuando la prisión estuvo bajo control de policías y carceleros, a los compañeros se los llevaron tal cual estaban, trasladados a varias prisiones. A Tarragona, a la Modelo, a Brians, al departamento especial de la prisión de jóvenes de la Trinidad y a Lleida. A Ponent (Lleida), se llevaron al mayor número de presos. De hecho, se vieron en la necesidad de vaciar el DERT (Departament Especial de Regimen Tancat) para encerrar allí a los compañeros. En la Rotonda, también encerraron a 7 ó 8 compañeros e incluso a algunos los mantuvieron esposados de pies y manos a las camas. Con claros signos de haber sido golpeados, con heridas sin curar, sin asistencia médica, sin ropa, algunos en ropa interior o descalzos y todos sin ningún medio de aseo, fueron llenando las celdas especiales de dichos centros penitenciarios.
En Lleida, compañeros que se encontraban allí cumpliendo, intentaron facilitarles ropa, calzado y algún que otro cigarro. En esa prisión y en situación de incomunicación, los mantuvieron durante tres días en sus celdas sin salir de las mismas y en periodo de observación y estudio conductual y sin derecho alguno a productos del economato (aunque tampoco disponían de dinero para ello). Pasado este plazo, les concedieron dos horas de salida al patio, así como a la compra de productos del economato tales como café, tabaco, y productos de higiene y limpieza, quedando restringida cualquier otro producto. Este régimen de encierro (art. 93) se les mantendrá hasta que se les resuelva la clasificación de primer grado, en el que deberán de pasar seis meses, prorrogables a otros seis más en función de su comportamiento. Los compañeros al llegar a Ponent, se plantean ponerse en huelga de hambre, pero esa idea la abandonan al considerar la necesidad de recuperarse de los golpes y a que ahora la situación de lucha debía de corresponderse también en la calle. El número de personas que actualmente se encuentran en el primer grado de Lleida, es alarmante y se especula que con la masificación, se pudiese producir un efecto dominó. De hecho hay que destacar, que el viernes 31 de junio, y pese a que desde justicia se hizo especial hincapié en que los "cabecillas del motín" habían sido trasladados, la situación de plante se reprodujo en la prisión de Quatre Camins, en la que de nuevo, unos 30 presos de los módulos 2 y 3, se negaron a ir a los talleres productivos. Como por presión de los carceleros, en la prisión se mantenía un retén de Mossos d'Esquadra, la intervención represiva se activó de inmediato y en un intento desesperado de resistencia, 6 presos consiguieron llegar a los tejados. En la prisión hizo acto de presencia la Jefa de los carceleros, que se comprometió a que si bajaban del tejado, no habría represalias.
Cuando los compañeros bajaron, fueron brutalmente golpeados y trasladados a la Modelo. Allí, el sábado 1 de junio, alrededor de unos 15 presos de la sexta galería, se manifestaron en solidaridad con los compañeros de Quatre Camins, por lo que el domingo estos, los de Quatre Camins, fueron trasladados a la prisión de Ponent.
Como podreis imaginar estos días se han vivido con una inusitada intensidad y cierta preocupación, tanto para los compañeros presos, como para sus familiares, como para las personas que manifiestan su solidaridad desde el exterior. Se han producido producido también situaciones de crispación contra los familiares, a los cuales se les ha negado las comunicaciones para que no pudiesen ver en qué estado se encontraban los compañeros. Se ha dado el caso de algún familiar que al ir a comunicar a la prisión a la que habían trasladado al preso y tras una discusión con los carceleros por su prepotencia y maltrato hacia ellos, los familiares, les instaron a abandonar el centro sin ver a los presos. Ante su resistencia a irse, fueron desalojados de la prisión por los Mossos a punta de metralleta y con insinuaciones de tomar represalias contra los que estaban dentro.
Para concluir esta extensa crónica, destacar que no fue un motín como los medios y la dirección general y los carceleros se han cansado de repetir (una mentira mil veces repetida se transforma en una verdad). Que se avisó del plante con antelación a la dirección de la prisión, por lo que en ningún momento fue organizado desde el exterior, ni tampoco participaron en él, como se ha dado a entender, grupos de apoyo a presos o abogados. Todo eso son sólo las mismas falacias que repiten una y mil veces para desvirtuar y encubrir los verdaderos motivos y la realidad de las prisiones y de l@s pres@s y que desgraciadamente día a día nos golpean con su contundente realidad y se confirman con más muertes. De hecho, en estos momentos, un preso del centro de exterminio de Brians (A.P.S.), se encuentra en fase terminal en el hospital de Terrassa, tras llevar a cabo una huelga de hambre indefinida, en protesta contra la negativa del centro a concederle los derechos a los permisos de salida que le corresponden.
Sabemos que hay abiertas investigaciones, suponemos que para crear un montaje policial más y así justificar, sus negligencias, su ineptitud y su codicia por amasar grandes sumas de dinero con el sudor y el dolor ajeno. Ante todo esto, desde el exterior, seguimos impasibles aunque haya había algunas rápidas reacciones de solidaridad. De todas ellas, tenemos constancia de la que se llevó a cabo en Madrid casi inmediatamente de producirse los hechos y las importantes manifestaciones de solidaridad de parte de compañeros y compañeras de Lleida, que el sábado colocaron pancartas en su ciudad en solidaridad con los presos en lucha de Quatre Camins y el domingo se acercaron a la prisión para hablar desde la calle con los compañeros del DERT, y expresarles que no estaban solos. En Barcelona también se convocó para el sábado una manifestación que fue desde la Consellería de Justicia, pasando por el local del sindicato de carceleros de CATAC, hasta la Generalitat de Catalunya. Como se rumoreaba que el miércoles siguiente, los carceleros pretendían concentrarse delante de la Consellería de Justicia, esta se dejó completamente decorada con pintadas que hacían alusión a su criminal condición. Lamentablemente, todas las pintadas fueron rápidamente borradas, por orden de la Consellería, para evitar que los carceleros se encontrasen con ese revelador panorama. Este gesto desde la Institución nos confirma una vez más, que se está creando un falso conflicto entre la Dirección General y las organizaciones criminales de carceleros, y que ambas se protegen porque en definitiva persiguen los mismos objetivos: la construcción de más prisiones, las implantación de más rigor y mayores penas, la utilización de más medios de control y represión (sprays y porras eléctricas) y más dinero para los presupuestos penitenciarios y para sus bolsillos.
Además de las cundas y los primeros grados, ya se han tomado algnas medidas. En principio no se permitirá la entrada en el centro penitenciario de Ponent de ningún diario para que pueda ser leído por los presos. Desde hace unos pocos meses, desde la Consellería de Justicia se está reclamando la censura en la prensa de las informaciones que se refieren a las fugas o intentos de fuga, porque, dicen, eso estimula al resto de presos. Otras de las medidas que están acabando de definir, es un mayor endurecimiento del régimen interno de las prisiones de Catalunya, que pasará por un control exhaustivo de las actividades de los presos, así como de sus contactos con el exterior. Otra de estás medidas se refiere al aislamiento, no sólo del preso que genere un "conflicto", sino también de aquel que se sospeche que lo pueda provocar.