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La vieja Europa

El Congreso español da luz verde a la ilegalización de Batasuna

·El texto recibió el apoyo de 303 de los 320 diputados y pasa con urgencia al Senado

Fuente, GARA

PP, PSOE, CiU, Coalición Canaria y Partido Andalucista sumaron sus 303 diputados para aprobar ayer en el Congreso la nueva Ley de Partidos destinada a ilegalizar a Batasuna. El debate dejó en evidencia la sintonía final plena entre las dos formaciones mayoritarias. El representante del PSOE, Diego López Garrido, aseguró que «ésta sería la ley que haría la Unión Europea si tuviera competencias para ello», mientras que las formaciones que rechazaron la nueva ley denunciaron la persecución de las ideas y la falta de garantías que aprecian en la norma. Nada más conocer el resultado del Congreso, Pernando Barrena advirtió de que Batasuna considera la decisión como «muy grave», pues «abre las puertas a la catástrofe y tendrá consecuencias muy negativas». Además, apuntó que «el PP quiere que Batasuna se clandestinice, y si ése es su objetivo, Batasuna sabe que debe hacer lo contrario».
MADRID El Congreso español aprobó ayer, con los votos favorables de los diputados de PP, PSOE, CiU, Coalición Canaria (CC) y Partido Andalucista (PA), el nuevo proyecto de Ley de Partidos Políticos, lo que supone un nuevo paso adelante hacia la ilegalización de Batasuna.
De los 320 diputados que participaron en la votación, 303 lo hicieron a favor del conjunto del texto y tan sólo 17 en contra. Todas las enmiendas presentadas por PNV, IU y el Grupo Mixto fueron rechazadas. La sesión, que tuvo una duración aproximada de tres horas, transcurrió bajo los parámetros previstos y cada grupo argumentó sus razones para esgrimir una postura ya conocida de antemano.
El secretario general del PP, Javier Arenas, quiso dejar claro, en referencia a las críticas de los opositores, que «los únicos que criminalizan las ideas son ETA y quienes les apoyan». Asimismo, rechazó que la reforma pueda generar más crispación «cuando hay personas que no pueden pensar ni vivir tranquilos en su sociedad».
El portavoz del PSOE en la Comisión Constitucional, Diego López Garrido, señaló que «en la Unión Europea hay muchos conflictos, pero no se utiliza la violencia» y reconoció la existencia de «naciones sin estado, como es el caso de Escocia o como puede haber en España».
López Garrido añadió que «ésta sería la ley que haría la Unión Europea si tuviera competencias para ello», y reiteró que la reforma «no persigue ideas» ya que, según afirmó, con esta norma «están amparados aquellos que defienden la república, la independencia o el acercamiento de presos».
CiU, a través de su portavoz adjunto Manuel Silva, defendió su voto favorable por el «cambio» experimentado entre el texto inicial y el aprobado ayer.
Silva no ocultó su satisfacción por la aceptación de 36 de las 38 enmiendas presentadas por su formación. Luis Mardones, portavoz adjunto de Coalición Canaria, justificó su apoyo a la reforma argumentando que es «irreprochablemente constitucional y está al servicio de la paz y del pueblo democrático español».
Desde los escaños que se posicionaron en contra, Luis Carlos Rejón, portavoz de Justicia de IU, señaló que la nueva Ley de Partidos Políticos es «un ataque frontal al Estado de Derecho, que coloca a los partidos bajo sospecha».
En esta misma línea, la parlamentaria de EA Begoña Lasagabaster argumentó su voto indicando que «no nos gusta que se criminalice al que no tiene las mismas ideas». El ponente del PNV, Josu Erkoreka, por su parte, centró su intervención en aspectos jurídico-técnicos y se quejó de que ninguna de las 56 enmiendas haya sido aceptada en el trámite.
Desde Iniciativa per Catalunya-Verts, Joan Saura calificó la reforma de «grave error político» y anunció que traerá «una mayor crispación y una mayor radicalización en la política española». En representación del BNG, Carlos Aymerichconsideró que lo aprobado ayer en el Congreso español es «una amenaza de suspensión o disolución sobre todas las formaciones políticas». El representante de ERC, Joan Puigcercós, vio «escasa voluntad de diálogo» en los promotores de la ley y se preguntó «qué opinan los vascos de todo esto».