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La vieja Europa

14 de junio del 2002
La nueva ley de partidos: el día que regresó Franco

Manuel Espinar y José Mª Pedreño

Con Franco, España era una cárcel y, a partir del 4 de junio de 2002, vuelve a ser una cárcel. El Congreso de los diputados, máximo órgano de expresión de la "mercadocracia" y la "analfabetocracia, aprobó, con la tibia resistencia de IU, PNV, BNG y otras pequeñas fuerzas parlamentarias, la nueva ley de partidos políticos. Tan tibia fue la oposición de IU que, incluso, el subconsciente traicionó a nuestro camarada y compañero Gaspar Llamazares que, por error, votó a favor de la ley en cuestión, demostrando, una vez más, que IU se debate entre la defensa del sistema y una crítica moderada y puntual al mismo que tan solo sirve para seguir legitimándolo. Hasta la Iglesia nos está superando por la izquierda. Es un día triste para todos los que luchamos por la libertad.
Batasuna, seguramente no sea un modelo de virtudes, pero sí un modelo a envidiar, por muchos de nosotros, al menos en ciertos aspectos. No compartimos el mensaje nacionalista de esta formación política, ni algunas de sus prácticas, pero si envidiamos la capacidad que han tenido para vertebrar y aglutinar a una buena parte de la sociedad vasca. Han sido capaces de crear un potente movimiento popular en Euskadi que ya quisiéramos ser capaces de crear nosotros, desde el PCE, en el resto del estado. Y en eso estriba la raíz del problema y lo que asusta a los poderes del estado burgués: esa capacidad de articular sociedad civil que tienen los batasunos.
Para los "sátrapas" de lo políticamente correcto, acostumbrados a ocultarnos las verdaderas causas de sus decisiones, ETA no es un problema prioritario como quieren hacernos creer, incluso, más que un problema, parece que es (para ellos) una bendición caída del cielo para legitimar su persecución a todo lo que se mueva por la izquierda en la calle y rentabilizar sus propios muertos en forma de votos. Nos gustaría que ETA se decidiese a establecer una tregua definitiva, sería la mejor forma de poner sobre el tapete los gravísimos problemas que existen es esta sociedad, sus acciones están sirviendo de "cortina de humo" a los defensores del sistema al mismo tiempo que dificultan nuestra estrategia de confrontación dialéctica y cultural contra el mismo. Es momento de articular y acumular fuerzas, de construir sociedad civil y contrapoder. Eso es lo que les ha dado miedo de Batasuna, su capacidad de generar un gran movimiento gramsciano en Euskadi. Esa es la verdadera causa sobre la que descansa la promulgación de leyes como la aprobada por el Parlamento.
Debemos ser críticos con ETA y con Batasuna, pero debemos ser más críticos con el sistema y gastar todas nuestras energías no en derrotar electoralmente a Batasuna, sino en ser capaces de construir un gran movimiento popular en todo el estado. Nuestra apuesta no tiene que pasar por vencer a Batasuna, si no, rebasarla por la izquierda, ganarla para un proyecto popular ilusionador, basado en principios éticos y políticos, construido con sentido común y capaz de aglutinar a todas las fuerzas anticapitalistas y antiimperialistas del Estado Español y de Europa, ese es el camino para fortalecer la democracia.
Algunos estamos deseando poder llamar terroristas a los que lo son de verdad, pero las acciones de ETA están impidiendo que podamos hacerlo abierta y eficazmente. Queremos denunciar a los verdaderos terroristas, a los que permiten que 24.000 personas mueran de hambre cada día en este mundo de abundancia y despilfarro, a los que matan día a día a los trabajadores a golpe de recortes sociales, liberalización de mercados laborales, destrucción de la sanidad y enseñanza públicas, a los que practican el chantaje, la amenaza y la fuerza para aumentar sus beneficios económicos, usando y abusando de la guerra para la consecución de sus fines y un largo etcétera.
Esta nueva ley represiva plantea problemas que nos acercan directamente a otras épocas, forma parte de la agresión generalizada que los partidos defensores del sistema están practicando constante e impunemente contra las clases populares. En primer lugar aparece la falta de respeto a los principios democráticos y los valores constitucionales como causa de ilegalización de una formación política. ¿Que va a ocurrir con los que estamos en contra de esta constitución y queremos cambiarla por otra más progresista e igualitaria? ¿Qué va a suceder cuando uno de nosotros enarbole una bandera republicana? ¿Y los que pensamos que el modelo de democracia representativa consagrado en la Constitución de 1978 es un fiasco? ¿Y los que denunciamos, día a día, con nuestros actos, que este no es un régimen de libertades y mucho menos plural? En cuanto a promover la confrontación social como causa de ilegalización de un partido ¿Qué va a ocurrir con los que nos declaramos marxistas y pensamos que la lucha de clases es el motor de la Historia? ¿Y los que pensamos que para resolver muchos problemas los cauces constitucionales no son los adecuados y tratamos de buscar alternativas a los mismos? Cuando se habla de terrorismo y organizaciones terroristas ¿A qué se refieren? ¿A entrar vestido de payaso en el Ayuntamiento de San Sebastián o al descarado apoyo a los golpistas venezolanos por parte del Gobierno Español y el PSOE? ¿A la destrucción de un cajero automático en Rentería o al bombardeo masivo de Yugoslavia? ¿A cantar la Internacional en presencia del Monarca o a promocionar la "telebasura" en las televisiones públicas? ¿A apedrear un McDonald o a subvencionar a multinacionales americanas que han despedido a cientos de trabajadores? ¿A pedir la independencia de Euskadi o a apoyar a los separatistas kosovares? Podemos seguir y seguir poniendo ejemplos... ¿Qué es terrorismo? ¿Quién es más terrorista? Primero serán los batasunos, después el movimiento antiglobalización, continuarán con los comunistas... Esto ya lo hemos visto otras veces ¿No? Se abre un camino muy peligroso, nos ponen ante la tesitura de estar con ellos o estar contra ellos, de adherirnos al pensamiento único y lo políticamente correcto o de ser declarados ilegales... Para muchos de nosotros el camino está claro... Esta ley es una nueva barbaridad de los hijos políticos del fascismo español encarnado en el PP y en el PSOE, dos partidos que han impulsado el terrorismo de estado hasta límites insospechados, que vulneran día a día los derechos humanos recogidos en la constitución que dicen defender, que hacen lo posible para garantizar el derecho de propiedad de las grandes empresas y los banqueros, mientras se saltan "a la torera" y día a día los derechos reconocidos en el artículo 14, que promueven guerras y se alían con la nación más poderosa y más terrorista de la Tierra, los EEUU de América, que impulsan el analfabetismo a través de los medios de comunicación estatales, que han sustituido el estado del bienestar por el bienestar de las multinacionales y de la banca y que están llenando la legislación de normas represivas que están destruyendo el estado social y de derecho. En la película de Chaplin, Monsieur Verdoux, un asesino de viudas ricas, al final de la película, decía que no se consideraba menos criminal que el gobierno, que reconocía haber matado a unas cuantas personas para enriquecerse, pero que el gobierno mataba a millones con los mismos fines. Monsieur Verdoux era condenado a la guillotina, sin embargo, el gobierno quedaba impune.
Nos declaramos abiertamente contra la actual constitución, contra la monarquía, contra la propiedad privada de los medios de producción, contra el estado burgués y sus instituciones, contra la guerra, contra el gobierno del PP, contra el PSOE y sus compañeros de viaje hacia el retorno del fascismo. Si esto supone ser ilegales es que Franco ha regresado...