VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
La vieja Europa

28 de septiembre de 2002

La deshonestidad del llamado Informe de Blair

Robert Fisk
The Independent (25-9-02)
Traducido para
Rebelión por Germán Leyens

El "informe de Tony Blair sobre Irak es un documento perturbador. Leerlo sólo puede llenar a un ser humano decente de vergüenza e indignación. Sus páginas son la prueba definitiva –si su contenido es verídico- de que se ha cometido un masivo crimen contra la humanidad en Irak. Porque si los detalles de la producción de armas de destrucción masiva de Sadam son correctos –y trataré más delante de los "sies", y los "peros" y los "podrían"- significaría que nuestra masiva, obstructiva, brutal, política de sanciones de la ONU ha fracasado totalmente. En otras palabras, medio millón de niños iraquíes han sido asesinados por nosotros –para nada.
Volvamos al 12 de mayo de 1996. Madeleine Albright, la Secretario de Estado de EE.UU. nos había dicho que las sanciones habían dado resultados y habían impedido que Sadam volviera a producir armas de destrucción masiva (WMD, por sus siglas en inglés). Nuestro gobierno conservador estuvo de acuerdo, y Tony Blair se alineó, como se debe. Pero el 12 de mayo, la Sra. Albright apareció en CBS televisión. Leslie Stahl, el entrevistador, preguntó: "Hemos oído que medio millón de niños han muerto. Quiero decir, eso es más que los que murieron en Hiroshima. Y, sabe, vale la pena este precio?" Para la sorpresa de todo el mundo, la Sra. Albright respondió: "Pienso que es una elección muy difícil, pero el precio, pensamos que el precio vale la pena."
Ahora sabemos –si Mr. Blair nos dice la verdad- que el precio no valía la pena. El precio fue pagado con las vidas de cientos de miles de niños. Pero no valió un centavo. El "informe" Blair nos dice que, a pesar de las sanciones, Sadam pudo continuar produciendo armas de destrucción masiva. Todo ese contrasentido sobre tecnología de doble uso, la prohibición de lápices para los niños –porque podrían encontrar una utilización militar- y nuestra negativa a permitir que Irak importara equipos para restaurar las plantas de tratamiento de agua que bombardeamos en la Guerra del Golfo, fue un engaño.
Esta terrible conclusión es la única moraleja que podemos extraer de las 16 páginas que presuntamente detallan los horrores químicos, biológicos y nucleares que la Bestia de Bagdad nos ha preparado. Es difícil, leyendo todo el informe, saber si hay que reír o llorar. El grado de engaño y duplicidad en su producción habla de las artimañas que delatan al gobierno de Blair y su tratamiento de los miembros del parlamento.
Hay unos pocos pedacitos que suenan verídicos. La nueva planta de perclorato de amonio suministrada ilegalmente por una compañía india –que rompió esas maravillosas sanciones de la ONU, por supuesto- es un pequeño detalle aterrador. También lo es el nuevo emplazamiento de pruebas de cohetes en la planta de al-Rafah. Pero este material está tan empantanado en artimañas y truhanerías que su inclusión pierde todo valor.
Veamos un ejemplo de la deshonestidad de este "informe". En la página 45, se nos dice –en un largo capítulo sobre los abusos de los derechos humanos de Sadam, que "el 1 de marzo de 1991, en la secuela de la Guerra del Golfo, estallaron disturbios (sic) en la ciudad sureña de Basra, extendiéndose rápidamente a las otras ciudades en el Sur de Irak dominado por los chiítas. El régimen reaccionó matando a miles". Lo que es erróneo en este párrafo es el mentiroso uso de la palabra "disturbios". No fueron disturbios. Fueron parte de una masiva rebelión a la que exhortó específicamente el padre del Presidente George W. Bush y una estación de radio de la CIA en Arabia Saudí. Los musulmanes chiítas de Irak obedecieron al llamado de Mr. Bush Sr. Y fueron entonces abandonados a su suerte por los estadounidenses y los británicos, de los que habían recibido todas las razones del mundo para creer que acudirían a ayudarles. No es sorprendente que hayan muerto por miles. Pero no es lo que nos dice el "informe" Blair.
Y para cualquiera que lea las farisaicas palabras dudosas que se insinúan a través de este texto, sólo puede caber una profunda preocupación por la base sobre la cual Gran Bretaña va a ir a la guerra. El programa de armas iraquí busca "casi seguramente" el enriquecimiento de uranio. "Parece" que Irak está tratando de comprar una línea de producción de magnetos. Hay evidencia de que Irak ha tratado de comprar tubos de aluminio especializados (utilizados en el enriquecimiento de uranio) pero "no existe inteligencia definitiva" de que sean destinados para un programa nuclear. "Si" Irak obtuviera material fusible, Irak podría producir armas nucleares en uno o dos años. Es "difícil de juzgar" si los misiles al-Hussein pudiesen estar listos para ser utilizados. Los esfuerzos por regenerar el programa de misiles iraquíes "probablemente" comenzaron en 1995. Y así sigue el "informe".
Ahora puede ser que Sadam haya recomenzado su programa de WMD. Digámoslo 20 veces bien fuerte: Sadam es un tirano brutal, malvado. ¿Pero constituyen realmente "casi seguramente", "parece", "probablemente" y "si" los llamados al combate que van a llevar a nuestros granaderos a los desiertos de Kut-al-Amara?
Hay muchos elogios para los inspectores de armas de la ONU. Y hay más engaños en el capítulo relevante. Cita al Dr. Hans Blix, presidente ejecutivo de la comisión de inspección de la ONU; diciendo que en ausencia de inspecciones (posteriores a 1998), es imposible verificar el cumplimiento del desarme. Pero el 18 de agosto de este año, el mismo Dr. Blix declaró a Associated Press que no podía decir con seguridad que Bagdad posee WMD. Esta cita, evidentemente, fue expurgada del "informe" Blair.
Así que ahí lo tenemos. Si estas páginas engañosas se basan en "probablemente" y en "si", no tenemos por qué ir a la guerra. Y si fueran ciertas, entonces asesinamos a medio millón de niños iraquíes. ¿Qué tal como crimen de guerra?