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La vieja Europa

23 de agosto del 2002

Las inundaciones: Bush y Europa –
Perdiendo amigos por diversión y ganancias

Jerre Skog
Counterpunch
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Lo siento, pero EE.UU. está perdiendo sus amigos en Europa mucho más rápido de lo que puede conquistar amigos nuevos. Desde la II Guerra Mundial, los europeos, en general, cuando no se preocupan demasiado de la política mundial, han sido buenos amigos de EE.UU. Muchos han considerado a la gran nación al otro lado del Atlántico como un campeón de todo lo bueno. Después de las catastróficas lluvias e inundaciones de esta semana, que han afectado numerosas partes del sudeste y del este de Alemania, de la República Checa, Austria y de otras áreas de la región, es muy probable que ocurra un cambio a medida que se propague el conocimiento de las causas.
Hasta ahora, y todavía no se ha llegado al fin de la situación, se estima que 200.000 personas han sido evacuadas de sus casas, que hay daños por miles de millones de dólares y que para salvar lo que se pueda, hay ciudadanos de muchas ciudades trabajando día y noche llenando bolsas de arena, distribuyendo alimentos y manteniendo un rudimento de ayuda de emergencia. En algunos sitios, las aguas han alcanzado niveles de unos 10 metros por sobre el nivel normal. Los muertos llegan a 100. Es imposible evaluar las tragedias humanas. Lo hemos visto antes. En Bangladesh, en China y en países sudamericanos. Ahora afecta a Europa.
Los canales de televisión están repletos de informaciones y los expertos, unánimemente, piensan que tenemos que contar conque estas monstruosas condiciones serán cada vez más frecuentes y que es probable que Europa será la más afectada, seguida por Asia. La razón es el calentamiento global resultante de la emisión de gases invernadero a la atmósfera (GHG, en su sigla en inglés), producidos por la industria y el tránsito. Europa ha tenido plena conciencia de este peligro desde hace tiempo y se han dado algunos pasos en la dirección correcta, pero como de costumbre, demasiado pocos y demasiado pequeños. En comparación con el año 2000, los niveles de GHG tienen que ser reducidos en un 50% SÓLO PARA IMPEDIR QUE LA SITUACIÓN SE EMPEORE. Para obtener reales mejoras los GHG tienen que ser reducidos mucho más, e incluso entonces tomará décadas, si no siglos, antes que podamos notar los efectos positivos.
Los climatólogos señalan muy claramente, que lo poco que ha sido hecho, incluyendo el Tratado de Kyoto, ha contado constantemente con la oposición y el sabotaje del mayor contaminante del mundo, EE.UU., y que la actual administración en la Casa Blanca no está interesada en absoluto en introducir límites, en obligar a la industria a que trabaje en la dirección correcta o a cooperar en la introducción de regulaciones internacionales. En Europa hasta los ignorantes comprenden esa necesidad. Los canales de televisión distribuyen correctamente la culpa. La mayor parte recae en Washington DC y así es. En Europa, Asia y América Latina las vidas de la gente son arruinadas por las excepcionales condiciones climáticas, mientras los ególatras en la administración Bush Jr. planean el sacrificio de decenas o cientos de miles de iraquíes para continuar con su desastrosa carrera hacia la dependencia total del exceso del uso del petróleo.
En Alemania, la gente y los dirigentes comprenden la situación, y los nuevos coches están alcanzando constantemente niveles más elevados de eficiencia; el consumo de combustible en los nuevos coches promedia actualmente 7 litros por 100 kilómetros, y va mejorando y algunos llegan a entre 3 y 4 litros por 100 kilómetros. El reciclaje está generalizado y la industria tiene que trabajar con algunas estrictas regulaciones, hasta ahora demasiado pocas, y con demasiadas excepciones, cuando tiene que ver con la contaminación. En general vamos, pero sólo lentamente, por el camino correcto y lo mismo ocurre en la mayoría de los demás países europeos. El gran obstáculo cuando hablamos de corregir el problema es, ya que los GHG tienen la tendencia de no permanecer sobre el país que los produce, EE.UU. Ahora sabemos quién es el principal culpable por ésta y por futuras inundaciones catastróficas. Y la paciencia se acaba muy fácilmente cuando uno ha tenido que remover dos toneladas de lodo y suciedad de su planta baja y cuando la mayor parte de los muebles han sido destruidos.
Muchos dirigentes industriales, que siempre se quejan de la interferencia del estado y de los mayores costos de producción, pueden, a pesar de las futuras regulaciones más estrictas, ver un futuro brillante. Después del período inicial de reestructuración con costos más elevados, la industria alemana tendrá una ventaja considerable al ser capaz de suministrar productos de primera línea, utilizando técnicas favorables al medio ambiente y material reciclado a precios muy competitivos. Lo mismo se aplica otros países progresistas.
Tarde o temprano, desde luego, EE.UU. llegará a tener dirigentes políticos cuya inteligencia y preocupación por las futuras generaciones logrará pasar por encima de la codicia y del egoísmo miope, propio y de sus amigos, y esas personas estarán dispuestas a introducir regulaciones y límites y a comenzar a apartarse de la total dependencia del petróleo que ha causado tanto daño al mundo. Queda la duda si será demasiado tarde para la industria estadounidense. ¿Y será demasiado tarde para el mundo? ¿Será demasiado tarde para la hermosa ciudad vieja de Praga?
Señor Terrorista Internacional Nº 1, George W. Bush, mentiras y sus clichés no bastan para cubrir su indecencia. ¡El mundo sabe que el emperador está desnudo!
21 de agosto de 2002
Jerre Skog es un escritor, músico y observador alternativo sueco, que vive en Alemania desde 1999. Se puede encontrar más artículos, políticos y satíricos en: Jerre´s Thinktank www.skog.de. Su dirección de correo es: jerre@skog.de