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La vieja Europa

Una multitud reclama la autodeterminación ante la ofensiva global contra Euskal Herria

Una marea humana recorrió ayer el paseo de La Concha de Donostia en dirección al centro de la ciudad como respuesta a la "ofensiva global" y el "estado de excepción que sufre Euskal Herria". En la manifestación, que concluyó ante el Ayuntamiento, participaron entre 25.000 y 30.000 personas, según el recuento de GARA, y al final de la misma se leyó un texto en el que se afirma que "sólo desde el respeto al derecho de autodeterminación es posible construir un futuro radicalmente diferente al actual" DONOSTIA Tras cruzar el túnel del Antiguo, minutos después de haber comenzado la marcha, Itziar Lopategi y Xabier Amuriza ofrecieron una primera impresión a los numerosos medios de comunicación que requirieron su valoración sobre la respuesta obtenida por la convocatoria «Demokrazia Euskal Herriarentzat.
Autodeterminazioa orain!».
La masiva afluencia ya era evidente, y así lo reflejó Lopategi: «No sentimos desbordados». Por ello, calificó la movilización de «importante paso» y expresó su esperanza en que «sirva para activar una respuesta que dé a Euskal Herria el respeto de sus derechos, una democracia real para nuestro pueblo, y la autodeterminación». Y añadió que «éste es uno más de los pasos que tiene que dar este pueblo, sobretodo teniendo en cuenta todo lo que tenemos en contra».
También Amuriza admitió la «enorme satisfacción» de los impulsores de una convocatoria que, de entrada, ya había logrado superar en los tribunales la prohibición dictada por el Departamento de Interior del Gobierno de Lakua.
«Los que no han venido, los que no se han adherido aun compartiendo estos lemas, sabrán por qué, tendrán sus razones, pero el sentimiento mayoritario de Euskal Herria está aquí», comentó Amuriza, que posteriormente subrayó la necesidad de «ejercitar» el derecho de autodeterminación.
«Como hemos repetido en las últimas comparecencias ante la prensa, el lema de esta manifestación es compartido por la mayoría de la sociedad vasca y eso es lo que se está demostrando hoy aquí», reiteraron los portavoces de la convocatoria.
Tras estas declaraciones se retomó la marcha por el Paseo de la Concha. La cabeza de la manifestación había partido desde El Antiguo a las 17.10 y concluyó su recorrido a las 18.00 ante la explanada del Ayuntamiento. No obstante, en algunos puntos, como ocurrió ante el Mercado de San Martín, ya cerca de Alderdi Eder, el paso de los manifestantes llegó a prolongarse prácticamente durante una hora completa.
A unos metros de la pancarta de cabeza se colocaron representantes de los organismos sociales, sindicales y políticos que habían respaldado la convocatoria, entre ellos un nutrido grupo de cargos electos independentistas. Gran parte del recorrido se realizó en silencio, aunque también se escucharon reiteradamente gritos y canciones a favor de la independencia y de los presos políticos.
Cuando se inició el acto final en en Alderdi Eder, miles de personas seguían recorriendo el Paseo de la Concha en dirección al centro de la ciudad. Los convocantes destacaron que «Euskal Herria atraviesa un momento crucial en su historia», tanto por «las dificultades a las que se enfrenta como por «las nuevas oportunidades» que se observan en el horizonte.
Oportunidades que ­según se recoge en el texto leído ayer en euskara, francés y castellano­ «quieren ser de nuevo cercenadas por las salvajes políticas de represión que los estados español y francés plantean por un lado, y por los intentos de reedición de nuevos pactos políticos que no superan el grave problema estructural de nuestro pueblo: la imposibilidad de decidir su futuro en libertad».
Si bien se señaló que «Euskal Herria vive bajo un estado de excepción» y que «está haciendo de nuevo la transición de una dictadura a otra», no se cayó en el pesimismo. Así, en el texto se reivindica «un escenario que respete los derechos y las decisiones adoptadas democrática y colectivamente por este pueblo».
«Conscientes de ello, hoy volvemos a manifestar con rotundidad democrática que sólo desde el respeto al derecho de autodeterminación para el pueblo vasco es posible construir un futuro radicalmente diferente actual». Este fue el mensaje que se contrapuso directamente a «las prácticas antidemocráticas de los tiempos de la dictadura fascista y de la ocupación nazi» que soportó Euskal Herria durante décadas.
En un análisis más detallado de la «ofensiva global» contra los derechos del pueblo vasco se hizo mención al «recorte de libertades fundamentales, como el derecho de asociación, de representación política, de opinión y de manifestación; así como los decretazos en el ámbito socio-laboral; las ilegalizaciones de Batasuna y otras organizaciones de la izquierda abertzale; las imposiciones en la enseñanza; la negativa al reconocimiento institucional en Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa; las iniciativas encaminadas a combatir el euskara y nuestra cultura; la práctica de la tortura...». Y un largo etcétera que, según indicaron los portavoces de la convocatoria, «quiebra los principios y anula las bases fundamentales en las que se sustenta la democracia».