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La vieja Europa

5 de diciembre del 2002

El estrecho de Gibraltar: la gran tumba africana

Verónica Sánchez Valdehita
Radio Nederland
El Estrecho de Gibraltar, ha sido a lo largo de toda la historia uno de los más importantes puntos estratégicos del mundo, política y geográficamente. Y es en nuestros tiempos también, una de las mayores tumbas humanas jamás conocidas, el mar se ha tragado 4000 vidas en 5 años.
Aunque el número de muertos y desapariciones en aguas españolas del Estrecho de Gibraltar bajó de 114 a 32 entre enero y junio de 2001 y el mismo período del 2002, las catástrofes humanitarias siguen repitiéndose en los 14 km de agua que separan Marruecos de España, donde miles de personas se juegan la vida cada año huyendo de la pobreza, el hambre o la violencia de los países africanos de los que proceden.
Cruzar el estrecho puede costarte desde una hora y media en barco desde el puerto de la ciudad de Algeciras, hasta la vida, si el punto de salida está al otro lado del Estrecho, y en vez de en Ferry, se viaja en patera o en manos de las mafias.
La mayor de estas tragedias en lo que va de año, tiene lugar el 1 de agosto, al tiempo que millones de turistas acuden a las costas gaditanas, 13 inmigrantes pierden la vida tras ser arrojados al agua por los patrones de la embarcación en la que intentaban cruzar el estrecho, a 150 metros de las costa de Tarifa (Cádiz).
Y en la memoria de algunos todavía permanece la del 15 de septiembre de 1997, cuando 14 inmigrantes murieron y una decena desaparecieron, y la del 5 de febrero de 2001, cuando 12 magrebíes perdieron la vida tras hundirse su embarcación.
Localidades de la provincia de Cádiz como Tarifa y Barbate son testigos continuos del goteo de inmigrantes que diariamente llegan e intentan llegar a sus playas. Las pateras cargadas de inmigrantes, que aprovechan las buenas condiciones climatológicas que el verano ofrece para hacer el viaje que puede cambiarles la vida, arriban a las playas de Los Lances, Valdevaqueros y Bolonia al tiempo que turistas y surfistas aprovechan las mismas condiciones climatológicas para disfrutar de sus vacaciones.
Al llegar a suelo español, son interceptados por la Guardia Civil o por el SVA (Servicio de Vigilancia Aduanera), y varias ONG como el CEAR, ACOGE, ATIME y La Cruz Roja Española se ocupan de darles la asistencia médica y humanitaria que necesitan dadas las condiciones inhumanas en las que suelen llegar los inmigrantes. Muchos de ellos mujeres embarazadas, que se arriesgan a hacer el viaje, porque si logran que el bebé nazca en suelo español no podrán ser expulsadas y al menos tendrán la oportunidad de conseguir los papeles y quedarse en España.
Un caso más en el que podemos observar como recae sobre las ONG el peso del trabajo social y humanitario que el gobierno debería estar realizando, en lugar de centrar todos sus esfuerzos, junto con sus colegas europeos, en convertir sus fronteras en muros infranqueables y blindar sus políticas de inmigración para frenar la ola de inmigración que tanto les asusta y de la que exclusivamente hablan en términos paliativos.
Las condiciones de hacinamiento, falta de higiene e infraestructura sanitaria en las que el gobierno español recluye a los inmigrantes en los mal llamados centros de acogida han sido ya denunciados en numerosas ocasiones por Amnistía Internacional, Human Rights Watch y La Cruz Roja Española. Centros donde son sometidos a duros procesos interrogatorios con el fin de determinar su nacionalidad y poder llevar a cabo la expulsión.
Los marroquíes son los primeros candidatos a la expulsión, ya que su nacionalidad es fácil de establecer. Pero averiguar la procedencia de los subsaharianos es más complicado, porque se suelen deshacer de su documentación e intentan confundir a las autoridades con el fin de no ser deportados. Con lo cual, los interrogatorios suelen estar dirigidos a probar que son de nacionalidad nigeriana, ya que Nigeria es el único país subsahariano que ha firmado un acuerdo de repatriación de inmigrantes con España.
Si no ha sido posible determinar la nacionalidad del inmigrante en cuestión, es posible que sea enviado a alguna otra comunidad autónoma, como Madrid, en cuyas calles será soltado con una orden de expulsión inejecutable y sin posibilidad legal de vivir y trabajar en España.
De esta forma el gobierno tiene la excusa perfecta para afirmar que la delincuencia se alimenta de la inmigración irregular.
Todo este proceso ocurre sin que el drama de las personas que lo viven llegue a alterar la ignorancia y la ceguera de todos los turistas y surfistas que de forma tan distinta comparten con ellos el mar.
A las 21 horas del 10 de agosto de 2002, me acerqué a la iglesia de Tarifa para acudir a la manifestación que un grupo religioso de apoyo a los inmigrantes había organizado como muestra de denuncia y solidaridad con las trece personas que el 1 de agosto habían dejado sus vidas intentando cruzar el Estrecho de Gibraltar, creo que no llegué a contar 7 personas...



Verónica Sánchez Valdehita – Psicóloga; investigadora del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH, Madrid).