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La vieja Europa

7 de noviembre del 2002

Javier Madrazo:"La reconciliación es posible en Euskadi"


Noticias Obreras

Bajo la responsabilidad de Javier Madrazo, desde hace un año Ezker Batua/Izquierda Unida dirige el Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco. Este Departamento tiene adscritas las Viceconsejerías de Vivienda y Asuntos Sociales, y las Direcciones de Suelo y Urbanismo, Planificación y Gestión Financiera, Vivienda y Arquitectura, Bienestar Social, Cooperación al Desarrollo, Inmigración, y Drogodependencias. Hemos dialogado con Javier Madrazo de la experiencia de este año de participación en el Gobierno Vasco.
Hace un año, antes del acuerdo para participar en el Gobierno Vasco, dialogamos con él de una realidad del País Vasco que ha sido desplazada, como muchas otras, por el drama del terrorismo etarra, la situación social y laboral ("Noticias Obreras", nº 1.297, 1-15 de octubre de 2001, pp. 33- 35). Ahora hemos retomado aquel diálogo para hacer balance de esta experiencia de Gobierno y le hemos pedido a Madrazo que la valore desde su condición de militante obrero cristiano.
¿Cómo valoras la experiencia de compartir Gobierno con la coalición PNV-EA cuando se cumple el primer año de la incorporación de Ezker Batua/Izquierda Unida al Ejecutivo de Euskadi?
Debo decir, en honor a la verdad, que el balance es positivo; hemos aportado al Gobierno Vasco estabilidad, pluralidad y una apuesta decidida por la paz, el diálogo, la convivencia plural y la justicia social. Me consta que todas las personas progresistas comparten esta política, en la medida en que comparten con Ezker Batua/Izquierda Unida un mismo interés por resolver los problemas que nos afectan. Frente al terrorismo de ETA y la intransigencia del PP, representamos una esperanza de acuerdo y consenso, que la sociedad entiende y avala.
¿En qué medida ha influido Ezker Batua/Izquierda Unida en la política social del Gobierno Vasco?
Entendemos que nuestra aportación ha sido importante. No queremos parecer triunfalistas, pero nuestra colaboración en materia social ha permitido avances significativos, en aras a combatir la exclusión que padecen sectores de nuestra Comunidad. En vivienda, por ejemplo, la cuota de mercado de protección oficial es del 30%, mientras que en el resto del Estado sólo alcanza el 9%; también en Bienestar Social, Cooperación al Desarrollo, Inmigración y Drogodependencias estamos liderando una línea de actuación que tiene como eje central la colaboración con los agentes sociales implicados. Hemos emprendido distintas iniciativas, y todas ellas coinciden con el programa de Ezker Batua/Izquierda Unida.
Desde tu perspectiva de militante obrero cristiano, ¿qué destacarías como lo mejor y lo peor de esta etapa?
Son muchas las cuestiones positivas a destacar, y elegir sólo una resulta difícil. En cualquier caso, considero que desde mi compromiso personal la aportación más relevante es la defensa del diálogo y la apuesta por la justicia social. El aspecto más negativo, sin duda, es la persistencia de la violencia, y en concreto el dolor y la impotencia que genera entre los colectivos amenazados, las víctimas y el conjunto de la ciudadanía, que reivindica la paz.
Por expresarlo de alguna manera, me gustaría que comentaras desde esa experiencia dos afirmaciones de la Conferencia Episcopal Española en "Los Católicos en la Vida Pública", que reflejan criterios básicos de actuación de los cristianos en la vida social y política. La primera es: "Por encima de las afirmaciones de principios y de cualquier orientación ideológica o técnica, el cristiano ha de buscar en sus actuaciones el ejercicio del amor, solidario y desinteresado, que siempre requiere la preferencia por los más pobres e indefensos" (nº 88). Muchas personas piensan que éste es un planteamiento poco realista y práctico cuando se forma parte de un Gobierno, ¿cómo lo vives tú?
En muchos casos los principios se olvidan cuando se accede al poder político, no me cabe ninguna duda; la sociedad también lo percibe, y debe castigar estas actuaciones con su voto. Por mi parte, confío en que no sea así. Ezker Batua/Izquierda Unida se mantiene fiel a sus valores, y hasta el día de hoy, y así será también en el futuro, nuestra coherencia y convicción son las mejores señas de identidad que podemos ofrecer. De hecho, la incorporación de políticas activas de solidaridad y justicia social fue una condición sine qua non para nuestra participación en el Ejecutivo Vasco.
La otra afirmación es: "Lo decisivo es que una experiencia cristiana integral, vivida en el seno de la Iglesia, sea capaz de iluminar y motivar los objetivos propios de la actividad política, las preferencias programáticas, la selección de los medios en sus dimensiones humanas y morales, y las mismas estrategias utilizadas" (nº 167).
Por supuesto. Ser cristiano es una concepción de vida, que debe estar presente en todas las facetas del ser humano: la familia, la amistad, el ocio, la profesión, la política, etc. No concibo otro modo de actuar. Estamos ahora en el Gobierno, y antes en la oposición, para defender un programa de izquierda, que trabaja por la igualdad de todas las personas, lo que implica de algún modo una transformación en profundidad de la realidad actual. Somos conscientes de nuestra fuerza y nos planteamos metas realistas, pero siempre desde una posición de solidaridad y justicia social.
Podrías resumir brevemente vuestras iniciativas en el Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales
Por supuesto. En primer lugar, te diré que contamos con un presupuesto global de 30.000 millones de pesetas, es decir 180 millones de euros. A vivienda se destinan 21.000 millones, a Cooperación al Desarrollo 5000, a Bienestar Social y Drogodependencias 3.000, y a Inmigración 1.000. Por lo que respecta a vivienda, hemos logrado afianzar la construcción de vivienda de protección oficial y fomentar el alquiler, de modo que en el transcurso de esta legislatura se pondrán en el mercado 25.000 pisos, que darán respuesta a otras tantas familias que ahora no pueden acceder a un lugar en el que poder residir.
En Inmigración, hay que señalar que ésta es la primera ocasión en la que se crea un Dirección, que atiende en exclusiva las demandas y necesidades de un colectivo especialmente castigado y marginado. Por ello, hemos constituido el Consejo Vasco de la Inmigración, en el que estas personas y las asociaciones que les representan tienen voz y voto; además, hemos puesto en marcha una campaña de sensibilización, de cara a fomentar el empadronamiento de estas personas como un paso necesario para garantizar su acceso a las prestaciones sociales; también hemos suscrito un convenio con los Colegios de Abogados de Euskadi para resolver sus problemas legales.
En Bienestar Social y Drogodependencias se han realizado distintas actividades en campos como la infancia, la tercera edad y el voluntariado; del mismo modo, se ha redactado la ley de parejas de hecho, que permite la equiparación real de las personas homosexuales y heterosexuales; en el ámbito de la represión vivida en el franquismo, se pondrá en marcha próximamente un decreto de ayudas e indemnizaciones, en un acto de reparación económica y ética con estas personas. Por último, es preciso señalar que la Dirección de Drogodependencias ha abierto nuevos campos de trabajo con propuestas innovadoras, que parten de la prioridad de fomentar la información, la prevención y la disuasión; en este contexto, se enmarcan programas como el testing, o convenios con autoescuelas y centros educativos en los que se proporciona a las personas jóvenes todos los datos relacionados con el consumo de drogas, poniendo el acento en los riesgos que conllevan.
¿En qué medida té afecta como cristiano la persistencia de la violencia en Euskadi?
Tal y como he dicho con anterioridad, el terrorismo es el mayor problema al que se enfrenta la sociedad vasca. La violencia constituye una violación flagrante de los derechos humanos, y quienes la ejercen y la justifican atentan contra la democracia y la convivencia plural. Como cristiano soy pacifista, y no concibo ninguna razón que legitime el uso de la violencia. Creo que la vida es un bien supremo, que nadie tiene derecho a arrebatarnos. Del mismo modo, defiendo el diálogo y el entendimiento entre todas las personas. La reconciliación es posible en Euskadi, y por ello quiero hacer un llamamiento a la esperanza. La situación es difícil, pero somos un pueblo maduro, que ansía la paz y terminará por lograrla.
¿Crees que iniciativas como la Ley de Partidos contribuirán a la solución del llamado conflicto vasco?
Evidentemente, no. El Partido Popular es consciente de este hecho, y prueba de ello son las afirmaciones de José María Aznar cuando señala que el sufrimiento continuará. Estoy convencido, y lo digo con pesar, de que el Gobierno central no trabaja por la consecución de la paz; sus medidas sólo contribuyen a fomentar la crispación y el enfrentamiento, porque cierran la puerta al diálogo, y desprecian las aportaciones de opciones como Ezker Batua/Izquierda Unida, que tenemos una larga trayectoria de lucha en defensa de las libertades y la democracia.