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La vieja Europa

10 de octubre del 2002

La Comunidad Europea y los agricultores del sur

Cidaf

Siete ministros de Agricultura de la Comunidad Europea (*) han firmado recientemente un documento titulado "Algunas ideas sencillas para la agricultura europea".
En dicho documento, los ministros defienden la llamada PAC (Política Agrícola Común). Es su derecho. Sin embargo, en él escriben:
"Algunos afirman que la PAC sería responsable de la hambruna en el Tercer Mundo. Hay que ser razonables. Los agricultores de la mayoría de esos países, especialmente en África, tienen como vocación asegurar la autosuficiencia alimenticia, la cual está gravemente en peligro por la destrucción de las agriculturas tradicionales. Esto hace aumentar las importaciones y el endeudamiento de esos países".
No podemos dejar pasar en silencio tales afirmaciones, pues nos hacen creer que la PAC no tiene efectos negativos para los agricultores de los países del Sur. Y esos efectos perversos son numerosos.
1. ¿Tienen que ser los ministros de la Comunidad Europea quienes definan la vocación de la agricultura africana? ¿Por qué el único objetivo de la agricultura de los países africanos habría de ser la "autosuficiencia alimenticia".
Esta afirmación es aún más extraña cuando se sabe que, en tiempos de la colonización, los países europeos no se interesaron por los cereales tradicionales africanos sino que desarrollaron cultivos de exportación para la metrópoli.
Extraña todavía más cuando ha sido Francia, a través de la CFDT (Compagnie Française de Développement des Textiles) la que desarrolló el cultivo del algodón en África Occidental y Central. Además con cierto éxito, siendo esta región la segunda en la exportación, después de los Estados Unidos. Pero hoy, esta bella aventura está en peligro. Desde el mes de octubre de 2001, el precio del algodón se ha hundido. Y permanece desesperadamente tan bajo que está poniendo en peligro a el sector comercial del algodón en África Occidental y Central. Por ello, a partir de noviembre de 2002, los productores lanzaron una llamada urgente, donde se podía leer:
"Las subvenciones que benefician a los agricultores de la Unión Europea y de los Estados Unidos les permiten resistir mejor a la caída de los precios. Pero además estas subvenciones tienen efectos negativos en las economías de los países pobres, porque estimulan de manera artificial la producción y provocan una superproducción, y como consecuencia, la caída de las cotizaciones en el mercado mundial. Al subvencionar a sus productores de algodón, los EEUU y la Unión Europea amenazan de manera grave el algodón africano y por lo tanto el futuro de millones de productores, y las economías de numerosos países como las de Benín, de Burkina Faso y de Malí. Por todo ello, pedimos solemnemente a los EEUU y a la Unión Europea que supriman las subvenciones a sus productores de algodón".
A aquellos que pudieran pensar que el cultivo del algodón se ha desarrollado en detrimento de otros cultivos de subsistencia, hay que decir, aunque sea sólo de paso, que las regiones algodoneras son también grandes productoras de maíz.
2. Por cierto, el "dumping" practicado con los cereales y otros productos agroalimentarios de base desanima a los productores de maíz, que no consiguen vender su producción a un precio suficientemente remunerador. El trigo es malvendido sin relación con su coste de producción, de forma que en la ciudad (e incluso en los poblados los días de mercado) la gente come cada día más a menudo pan y pasta, abandonando la comida tradicional.
3. ¿Habéis oído hablar de los "pollos-bicicleta"? Es el nombre que se da a los pollos de granja que se venden en los mercados urbanos de Burkina Faso y de todo el África Occidental. El nombre les viene de esos ciclistas incansables que recorren los poblados para comprar esos pollos y transportarlos todavía vivos, cabeza abajo y colgados del manillar de sus bicicletas, o en una jaula artesanal fija sobre la parrilla. Algunos de esos pollos continuarán el viaje hasta Abidján, esta vez en camión y en cajas jaulas de fortuna. Después de sus cultivos, estos pollos son la única fuente de ingresos de la mayoría de muchas familias de agricultores. Y leía yo estos días en un número de Afrique Agriculture (No. 298, Diciembre 2001): "En cuanto a los pollos, los subproductos occidentales pueden llegar a Abidján a menos de 500 Fcfa el kilo... Se trata esencialmente de gallinas de cría intensiva europeas, americanas y brasileñas y de subproductos como la casquería".
¿Como hacer frente a esta concurrencia? Y podríamos multiplicar los ejemplos.
Quisiera concluir con estas palabras: los efectos perversos de la PAC sobre las agriculturas de los países del Sur son evidentes, aunque la PAC no sea la única en ahogar a los productores del SUR. La política agrícola de los Estados Unidos, por ejemplo, no es mejor. Por eso pedimos a todos los países occidentales que eliminen inmediatamente todas las formas de "dumping" que van unidas a sus subvenciones, abiertas y ocultas, a las exportaciones agroalimentarias. Así solamente se podrá garantizar el derecho de los pueblos a producir sus alimentos de base y a participar en el comercio mundial de una manera equitativa.
Maurice Oudet
Koudougou, 27 de septiembre de 2002
Burkina Faso
(*) Se trata de los Ministros:
Fernand Boden (Luxembourgo)
Miguel Arias Cañete (España)
Wilhlem Molterer (Austria)
Armando José Cordeiro Sevinate Pinto (Portugal)
Hervé Gaymard (Francia)