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La vieja Europa

10 de octubre del 2002

España destinará el 34% del gasto en investigación a programas militares

El País

Helicópteros de ataque, un misil, un carro de combate y hasta un submarino figuran entre los programas militares que el Gobierno ha incluido en el presupuesto de investigación y desarrollo para 2003, en el que uno de cada tres euros se destinará a créditos a empresas para fabricar armas. Estos programas se añaden a los anteriores existentes en este apartado (fragatas, aviones y carros de combate) a cargo de cuyo presupuesto se ha financiado no sólo la fase de I+D, en caso de existir, sino también la construcción de las unidades, algunas de las cuales ya circulan.
El Gobierno se resiste a invertir en ciencia y España en 2001 sólo dedicó el 0,94% del PIB a tal fin (0,45% el sector público y el resto el sector privado), frente a casi el 2% de media de los países de la UE.
Si se descuenta el discutido desvío de parte del presupuesto de I+D a programas militares, el porcentaje del PIB descendería al 0,75%, según los cálculos hechos por el PSOE, lo que situaría a España en el último lugar europeo.
En el presupuesto de 2003 el Gobierno consolida la tendencia que inició en 1996 de engordar el Capítulo 8 (créditos a empresas) de la Función 54 de los presupuestos Generales del Estado (el gasto público en I+D) con el dinero destinado a financiar la participación española en programas militares internacionales, consignando este gasto como destinado a investigación y desarrollo. Esta tendencia ha sido criticada en medios europeos, ya que los expertos señalan que, en todo caso, un 10% de cada programa es verdaderamente trabajo de investigación y desarrollo y que incluso, en algunos programas que son simplemente la compra de equipos a otros países, este porcentaje baja al 0%.
Este año, los gastos militares de la Función 54 ascienden a 1.373 millones de euros, lo que supone un 34,32% del total de 4.000 millones. Es decir, uno de cada tres euros destinados a investigación y desarrollo por el Gobierno se gastará en estos programas militares, como subrayó ayer Jaime Lissavetzky, portavoz del PSOE en la Comisión de Ciencia y Tecnología del Congreso, ante la cual compareció el secretario de Estado de Política Científica, Pedro Morenés. Este porcentaje ha disminuido ligeramente respecto al año pasado por haber terminado el programa del Eurofighter, el avión de combate europeo, pero se han incorporado 13 nuevos proyectos militares que irán necesitando más dinero en los años siguientes a 2003.
Lissavetzky criticó la asimetría en el presupuesto destinado a I+D, por el excesivo peso del Capítulo 8 y calculó que menos de uno de cada dos euros se dedican a financiar el sistema de ciencia y tecnología.
Más créditos
Mientras que el presupuesto de la citada Función 54 aumenta el 5,5%, el del Ministerio de Ciencia y Tecnología, que absorbe casi todo el capítulo 8, aumenta sólo en un 3,6%. El mayor aumento, dentro del ministerio que dirige Josep Piqué, va destinado a los créditos a empresas. Además de los programas militares, aumenta en un 37% el dinero destinado al programa Profit (créditos a empresas para que hagan innovación), pasando de 328 millones de euros a 450 millones de euros, explicó ayer un alto cargo del ministerio. A este programa hay que añadir otros destinados a la aviación civil (el Airbus 380 entre ellos). Por el contrario, el Fondo Nacional de I+D, que financia los proyectos incluidos en el Plan Nacional de Investigación, aumenta un mero 3,5%. Hay más dinero para créditos que para subvencionar el trabajo científico que hace el sector público. En parte, esto se debe, según las fuentes consultadas, a que los créditos no contabilizan para el déficit, dentro de la línea gubernamental de conseguir el déficit cero.
Morenés, ayer, dijo que la secretaría de Estado que ocupa gestiona el 85% del presupuesto de Ciencia y Tecnología y que todas las partidas para los organismos públicos de investigación, ciencia básica y becas han aumentado respecto a este año, informa Efe. Defendió las inversiones en programas militares como impulsoras del desarrollo industrial y justificó que en el presupuesto del 2003 no figure una partida concreta para el sincrotrón a construir en Cataluña, un proyecto aprobado durante la gestión de la ministra Anna Birulés, porque es un asunto no cerrado. La Generalitat y el Gobierno no han especificado todavía su participación respectiva, a pesar de que debían haber llegado a un acuerdo en junio pasado.
En cuanto a la gestión, tan criticada en la etapa anterior, Morenés aseguró que el ministerio está en disposición de ejecutar el presupuesto al 100% el año que viene. En cuanto a éste, las cifras conocidas indican que subsisten las deficiencias que se arrastran desde la salida de Birulés. En 2001 dejaron de gastarse 520 millones de euros según datos oficiales.