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La vieja Europa

30 de septiembre del 2002

El conflicto España-Marruecos: la tapadera de una expoliación

Hassán El Hajch

A Luchar por el Socialismo

La crisis que arrastran las relaciones entre Marruecos y España se puso al rojo tras el conflicto por el control de la isla Leila-Perejil, saldado por la intervención de los Estados Unidos. No obstante las verdaderas causas de la crisis no se hallan, como nos quieren hacer creer los medios de comunicación, en un problema de seguridad fronterizo.
EEl papel de España en el desarrollo económico reciente en Marruecos.
En la actualidad España es el segundo inversor en Marruecos después de Francia, con inversiones por valor de 238 millones de euros en los últimos cinco años. 800 empresas se encuentran actualmente afincadas en ese país, donde explotan con bajos salarios a 30.000 trabajadores y ejercen un importante control sobre bancos y sociedades financieras, que controlan el grueso del sector industrial. Telefónica es la más importante de las multinacionales españolas que intervienen en el mercado marroquí, seguida de Cortefiel y el Corte Inglés, Roca, Indo, Grupo Textil Sans y otras.
Pero la expansión de la inversión española en Marruecos ha chocado con Francia, el país que tradicionalmente ha controlado la economía marroquí. La contradicción de intereses franco-españoles se incrementó tras la muerte de Hassán II y la ascensión al trono de Mohamed VI.
Entre los cortesanos destaca la figura de R. Azoulay, consejero real, pro-sionista, verdadero hombre fuerte en el país y, al mismo tiempo, el "hombre" de las multinacionales francesas. La sucesión al trono ha sellado el giro de la Corona hacia Francia, como evidencia la privatización del monopolio telefónico en favor de la empresa Maroc- Telecom (filial del grupo francés Vivendi, que posee el 35 %). Así mismo el Rey concedió las obras de construcción de un nuevo puerto comercial en Tánger a las constructoras francesas, en competencia con el puerto de Algeciras que es quien recibe más mercancías anualmente en España.
A raíz de la nueva orientación profrancesa, el gobierno español comenzó a realizar gestos diplomáticos, congelando las inversiones públicas acordadas para desarrollar el Norte de Marruecos y desalentando la inversión privada.
Ceuta y Melilla, las últimas colonias que aseguran la penetración económica española en Marruecos.
En la lucha por el control económico de Marruecos, España tiene una importante ventaja: dos plazas coloniales donde puede asegurar físicamente la penetración económica de las empresas y productos españoles. Contrariamente a lo que se piensa, dichas ciudades no sólo tienen una importancia militar por el papel geoestratégico de control del Estrecho, sino también una importancia económica cada vez mayor. Desde esas plazas se produce un constante flujo de mercancías desde la península hasta el mercado marroquí por el paso de la frontera que se encuentra en las afueras de ambas ciudades, ya sea por medio de los vendedores ambulantes marroquíes que masivamente cruzan dicha frontera diariamente o por multitud de contrabandistas.
Esta situación provoca que Ceuta y Melilla se sitúen a la cabeza del ranking español en número de licencias comerciales por cada mil habitantes. A las grandes riquezas que en estas colonias se generan como consecuencia de la actividad comercial, legal o por medio del contrabando, hay que añadir el tráfico de divisas. Éste se genera por el hecho de ser la frontera entre Europa y África y por los ingresos del tráfico de hachís y del lavado de dinero procedente de este tráfico, que ha atraído a estas ciudades a ramificaciones de la mafia italiana y rusa.
Esta situación provoca el hundimiento de la economía local de las ciudades limítrofes a estas colonias (Tetuán y Nador) así como una pérdida considerable de ingresos para las arcas del Estado marroquí. El profesor Mohammed Naciri cifraba entre cinco y seis mil millones de dirhams el valor del beneficio previsto que escapa al control del Estado. Comparado con el presupuesto nacional del país, esta cifra representaría casi la sexta parte. En términos de comercio exterior, vendría a ser la cuarta parte de las exportaciones. Son datos que hablan por sí solos de la amenaza permanente que la presencia de las colonias españolas representa para la economía marroquí.
¿Quiénes son los verdaderos saqueadores de las riquezas del pueblo marroquí?.
Desde que comenzó la tensión entre España y Marruecos, los medios de comunicación españoles vienen sosteniendo que la "transición democrática marroquí" se está paralizando tras la llegada al trono de Mohammed VI y denuncian la falta de derechos democráticos que sufre el pueblo marroquí. Pero dicha denuncia sólo se produce cuando los intereses económicos y comerciales españoles se ven resentidos por la nueva política exterior económica marroquí. ¿No se producían los mismos atropellos cuando había buenas relaciones entre Madrid y Rabat?.
Marruecos es un país expoliado por el imperialismo español y francés. Actualmente el 35 % del PIB marroquí se destina al pago de la Deuda Externa y gran parte de la riqueza generada en Marruecos es "exportada" país a través de la repatriación de los beneficios de las multinacionales y por el pago de los compromisos financieros con el FMI.
Tras la independencia formal de Marruecos, que no real, tanto España como Francia apoyaron a la monarquía alauita, tanto en su política interna como en su política expansionista respecto al Sahara Occidental. Los reyes marroquíes han sido fieles defensores de los intereses de las empresas españolas y francesas e impulsaron el expolio de los recursos naturales marroquíes.
Pero la denuncia del carácter reaccionario de la monarquía marroquí no puede ser excusa para no reconocer la soberanía de Marruecos sobre los enclaves coloniales españoles, del mismo modo que la lucha del pueblo marroquí por su soberanía no puede reducirse a la soberanía territorial y, para poder ejercerla realmente, será necesario romper amarras con el imperialismo español y francés, nacionalizar las multinacionales y dejar de pagar la deuda externa.