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Derechos Humanos

JUICIO A SONIA TORRES, ABUELA DE PLAZA DE MAYO

Boletin de Recosur

Córdoba, miércoles 24 de Julio de 2002- Ayer se inició en Córdoba, en el edificio Tribunales I, el juicio por calumnias e injurias contra Sonia Torres, la abuela de Plaza de Mayo que fuera denunciada por Tránsito Rigatuso, ex interventor del colegio Manuel Belgrano, institución de la que desapareció un grupo de adolescentes en los años de plomo. El juicio que se ventila en Córdoba es el primero en que una Abuela de Plaza de Mayo tiene que responder en calidad de acusada.
El juez correccional de tercera nominación Rubens Druetto abrió el proceso que demandará entre cuatro y cinco días de audiencias, y que ostenta, en uno de sus ribetes mas paradójicos y dramáticos, la presencia de ex -represores, citados por la defensa de Rigatuso como testigos , entre los que se encuentra Luciano Benjamín Menéndez, el ex - titular del Tercer Cuerpo de Ejército. En la jornada de hoy no se presentó Menéndez (como estaba previsto) porque hubo un equívoco en la citación, pero si declaró otro de los ex-represores citados César Anadon, quien expresó "no recuerdo nada" cuando fue consultado sobre Rigatuso como Interventor del Colegio Manuel Belgrano. Agustin Ditofino, integrante de HIJOS, con firmeza e indignación expresó las sensaciones presentes en el nutrido auditorio que acompaña a Sonia Torres, integrado por amigos y militantes de organismos defensores de los derechos humanos, al referirse al represor " Anadon es un personaje clave de la fuerzas represivas de nuestro país, una persona que asesinó y es responsable de la muerte de muchos cordobeses, entre otros es responsable del asesinato de mi padre, entonces siento que es increíble que un asesino como él esté libre y sea testigo, tanta impunidad provoca mucha impotencia".
26 años buscando justicia
Sonia Torres es una de las tantas abuelas que buscan a sus nietos desaparecidos por la dictadura militar. En esa búsqueda por la justicia, que viene transitando desde hace 26 años, debió pasar ayer por la perversa experiencia de estar sentada en el banquillo de los acusados. Sonia Torres había sido imputada de haber calumniado e injuriado a Tránsito Rigatuso, el ex director de la Escuela Manuel Belgrano en los años previos al golpe. En ese establecimiento educativo había cursado sus estudios Silvina, la hija de Sonia, quien desapareció estando embarazada en marzo de 1976, junto a doce compañeros. Desde entonces Sonia Torres busca a su nieto, quien nació durante el cautiverio de su madre.
En reiteradas oportunidades quedó comprobado en la Justicia que Rigatuso había tenido un papel clave en la entrega de información sobre los adolescentes. Para demostrar lo contrario, su abogado patrocinante pidió los testimonios del represor Luciano Benjamín Menéndez y de César Anadón, los dos principales hacedores del terror de aquellos años en el ámbito del Tercer Cuerpo.
"Son los chicos que delató Rigatuso"
Ayer testimoniaron Miguel Flores y Luis Grunspan, ex docentes del Manuel Belgrano, el ex celador Daniel Ficetti y el periodista Adrián Bassola, los tres primeros habían sido cesanteados por las nuevas autoridades que instalara la dictadura militar en 1976.
La defensa pretende demostrar que Rigatuso no sólo no tuvo que ver con la confección y entrega de listados, sino que fue una víctima más de la represión. El del periodista fue el testimonio más importante del primer día del juicio. "Son los chicos que delató Rigatuso", fue la frase que Bassola le adjudicó a Sonia en la nota del 21 de junio del '98, después de escribir que "Silvina no fue la única desaparecida, sino que la cifra supera los diez". Bassola le explicó al Tribunal que sólo la frase entre comillas le corresponde a la abuela y que el resto lo escribió él. Y se remitió a otro artículo que publicó en 1996, también en La Voz del Interior, titulada "Cuando el horror tomó nombre de escuela", en la que cuenta las historias de los 13 alumnos desaparecidos del Belgrano. Allí menciona el fallo del juez Gustavo Becerra Ferrer en el caso de otro alumno, Jorge Nadra, cuyos padres acusaron a Rigatuso de haber "entregado" a su hijo. Relata que el magistrado dió por acreditada la existencia de listas y la información proporcionada por Rigatuso a las autoridades, por los testimonios que había recabado. En ese momento nadie cuestionó la nota, ni al diario ni al periodista, por lo que resulta al menos curioso que Rigatuso arremeta a posteriori contra la representante de Abuelas. El abogado Mariano Arbonés impugnó el testimonio del periodista, dejando claro así que no le convino a la querella. La denuncia presentada por Rigatuso tergiversa la nota periodística, y le atribuye todo el párrafo a la abuela de Plaza de Mayo, sin diferenciar lo escrito por el medio y la cita textual.
Un grupo de Abuelas opinó que está claro que "con esto se pretende una sanción supuestamente ejemplificadora", para acallar la verdad y la justicia que desde hace casi tres décadas buscan los familiares, los abogados y los organismos de derechos humanos. Aunque cada nueva arremetida parece obtener el resultado contrario: numerosos representantes de Hijos y de Abuelas de Plaza de Mayo estuvieron junto a Sonia, aplaudida y saludada con emoción cuando salía de la primera audiencia. Entre militantes y abogados de los derechos humanos, representantes sociales, familiares de desaparecidos, dirigentes políticos y gremialistas, también estuvo como observadora Verónica Reyna, representante de Amnistía Internacional. Judith Gerbaldo - Radio Sur 90.1 FM / RECOSUR (Córdoba-Aregentina)