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Movimientos Sociales

Rosario, julio de 2002

CARTA ABIERTA A LA SOCIEDAD Y AL PERIODISMO INDEPENDIENTE


Ante las trágicas horas que vive nuestra Argentina, decidimos tomarnos el atrevimiento de escribir estas líneas para transmitir nuestras preocupaciones. Nuestra Patria vive horas difíciles, busca nuevos rumbos ante la traición de la inmensa mayoría de su clase dirigente y está cruzada por graves problemas aún sin respuestas: hambre, falta de trabajo, represión, corrupción y vaciamiento de las riquezas nacionales. Cómo se resuelvan los mismos determinará el futuro de muchas generaciones. En esa búsqueda de los caminos que puedan conducir al país en nuevo rumbo, también es fundamental la lucha cotidiana por la supervivencia. Como decía Mariano Moreno, una Patria grande necesariamente debe estar hecha por hombres que no se asusten de tamaña empresa. Ese tipo de hombres se forjan en las grandes ideas, pero también en los pequeños gestos cotidianos.

Ese es el espíritu que nos moviliza en nuestro reclamo. Detrás de los desocupados, las marchas, los cortes de calles, las ollas populares, los piquetes, hay argentinos que buscamos un futuro mejor. Lo que nos ayuda a continuar ante la permanente indiferencia de los gobiernos y las actitudes represivas que hemos tenido que soportar es la solidaridad. Lo que no se ve, lo que no quieren ver quienes nos califican de "piqueteros" para ponernos en el plano de la violencia, es lo que nos permite sostenernos. Centros comunitarios, ollas populares, comedores, ropero comunitarios, educación popular, talleres de reflexión, asambleas en los barrios, peñas solidarias, actividades recreativas para que nuestros pibes crezcan un poco más esperanzados. El calor de la solidaridad, la fuerza de los lazos comunitarios, la esperanza de la dignidad es lo que permite que las organizaciones de desocupados sigan creciendo día a día. Es nuestra forma de derrotar a la miseria: llenarnos la panza, expresar nuestra bronca y juntar nuestros corazones.

Como no podemos pensar en construir otra Argentina si no somos capaces de transformarnos nosotros mismos, de cambiar las pequeñas injusticias de todos los días, también hay que ser honestos: esta no es una tarea de unos pocos. El problema de la Argentina es demasiado grande para que lo solucionen dos o tres iluminados. Debe ser el compromiso de todos, aportando lo mucho o poco que podamos. Es el camino que venimos construyendo desde distintos sectores sociales, individuos y organizaciones. Cada uno con sus diferencias pero también con nuestro corazoncito celeste y blanco por sobre todo. Porque esto lo arreglamos entre todos, o "nos devoran los de afuera".

En este marco es que queremos transmitir nuestra preocupación por los hechos que venimos sufriendo desde hace tiempo, pero que se han agravado en los últimos meses: 30 muertos en los hechos del 19 y 20 de diciembre de 2001, 2 compañeros asesinados a sangre fría el 26 de junio en Avellaneda, la prisión de Raúl Castells por pedir comida, la persecusión y la represión de cientos de compatriotas en todo el país.

A todos estos hechos que son de dominio público, lamentablemente debemos agregarle en nuestra ciudad la persecución judicial, policial y política de que estamos siendo objeto. Tras el corte efectuado en la entrada sur de Rosario el 26 de junio, nuestro compañero Julio López ha sumado una causa judicial más en el Juzgado Correccional de la 81 Nominación por el delito de interrumpir el tránsito para reclamar lo que la Constitución nos garantiza: salud, trabajo, educación y una vivienda digna. En el país de la deuda externa es un delito ser pobre y no resignarse a la marginación. A esto se suman numerosas intimidaciones policiales antes, durante y después de las marchas a nuestros compañeros, así como amenazas anónimas a Roberto Pérez.

Cuando la democracia tambalea, es cuando estamos más cerca del abismo. La importancia de la libertad no la podemos medir hasta que la perdemos. No dejemos que esto ocurra. Con una policía corrupta, un poder político vendido a los designios extranjeros y una justicia mercenaria, nuestra única garantía es la sociedad. Nuestro respaldo más fuerte es la opinión pública, es por eso que recurrimos a ustedes ante esta situación. Sabemos perfectamente que detrás de las grandes empresas periodísticas que son hoy la mayoría de los medios de comunicación, hay hombres que toman su trabajo como una verdadera vocación de servicio público. Sabemos también que eso les implica riesgos. Sabemos también de quienes se esfuerzan día a día en construir espacios de comunicación alternativos. En cualquiera de los casos, cualquier aporte que puedan hacer para difundir esta persecución que estamos sufriendo es una gran ayuda para nosotros. Deseamos, sobre todo, poder difundir nuestras actividades cotidianas. Presentar a la sociedad la verdadera cara del movimiento de desocupados, con todas nuestras actividades comunitarias basadas en la solidaridad y el trabajo conjunto; es la mejor información que podemos brindar a todos.

En síntesis, esto no es más que una apelación para tratar de revertir la imagen distorsionada del movimiento de desocupados que brindan intencionadamente los grandes medios de comunicación. Es, también, en el fondo, un llamado a ejercer un acto de libertad, el más importante, el más peligroso: el de la solidaridad.

Agradeciéndoles su atención, los saludan con un fuerte abrazo.

Julio López - Roberto Pérez - Aldo Villalba

MOVIMIENTO BARRIOS DE PIE - ROSARIO

(Central de los Trabajadores Argentinos)

Para comunicarse: 0341 - 155-102599