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Movimientos Sociales

El Evangelio y la vida en Plenitud
Síntesis de los Aportes sobre la Refundación del MEDH


El Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos (MEDH) invita a compartir la base de su identidad y soñar juntos el proyecto que nos proponemos iniciar el 10 de diciembre próximo: afianzar la Refundación de nuestra organización, a partir de lo que consideramos irrenunciable: esto es que las iglesias integren la lucha por la plena vigencia de los Derechos Humanos como parte inseparable del Evangelio. Nuestro desafío es que en plena comunión logremos asumir la opción de Jesucristo mediante la defensa de la dignidad de los despreciados de hoy con la fuerza reparadora del Evangelio, al que se integra la universalidad y urgencia de los derechos humanos.
En nuestra tarea pastoral no nos encontramos solamente frente a un Dios de iglesia, sino también frente a un Dios del mundo. Sin embargo, en ambos escenarios nos orientamos con fundamentos diferentes. En la iglesia a través de la Palabra de Dios y en nuestro trabajo y lucha dentro del mundo, con los basamentos de los derechos humanos.
No obstante, estos derechos no son otra cosa que el marco jurídico creado por los hombres de los principios evangélicos que se corresponden con la justicia de Dios.

El holocausto social de hoy es continuidad del genocidio de ayer.
El pueblo argentino no está derrotado. La vivencia de la fe en Cristo desde hace siglos confiere a la Iglesia un cúmulo de experiencias sobre situaciones difíciles y un conocimiento milenario en defensa de la dignidad de la vida. El Evangelio nos muestra a un Jesús que viene a sanar a los quebrantados y a ponerse de lado de los que claman justicia. La Iglesia juega su fidelidad asumiendo la responsabilidad evangélica de cuidar y proteger a las víctimas del terrorismo político y socio-económico cuando aquellos que se oponen a la vida misma los hacen objeto de represión y muerte, igual que se persiguió a Jesús.
Pero la denuncia del horror no es suficiente. En cooperación con todos los hombres, grupos e instituciones que luchan por el respeto de la persona humana, la resistencia se torna inevitable para la supervivencia cuando las dos terceras partes de la humanidad y el 54 por ciento de nuestro país están marginados del sistema reinante.
En el pasado, un grupo de cristianos nos reunimos en el MEDH a causa del genocidio que provocó el terrorismo de Estado. Hoy, la tarea pastoral tiene frente a sí el desafío de resistir a partir de las grietas que deja el sistema para reconstruir los pactos esenciales que sostienen la vida, frente a un genocidio económico que la amenaza.