VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Argentina: La lucha continúa

El humanismo del Che Guevara

(A propósito de José Pablo Feinmann y el "terrorismo" del Che Guevara)
Leemos en el artículo "El Che y las torres gemelas" [8/10/2002] de J.P.Feinmann: "En algunos pasajes el Che pareciera acercarse al fundamentalismo terrorista que anima al errático Bin Laden y también a su archienemigo, el texano George Bush. El lenguaje de Bush es el del odio y el de la venganza, que es devolver la muerte con la muerte. El lenguaje del terrorismo es semejante. La racionalidad no queda atrapada en el medio, queda aniquilada [los subrayados me pertenecen. N.K.]".
Quizás un adolescente desinformado e ingenuo, después de mirar la CNN, pueda haber asociado la calificación de "terrorista" con el Che Guevara –con su teoría, con su práctica-. Feinmann no es un adolescente. No está desinformado. Lamentablemente tampoco es ingenuo.
Seguramente conoce que el Che resumió su apuesta HUMANISTA por el socialismo del siguiente modo: "Déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad". Esto lo planteó en su trabajo más importante "El socialismo y el hombre en Cuba" (Página 12 lo publicó). Podríamos apelar a sus lecturas de El Capital, de los Manuscritos de 1844 o cualquier otro de sus escritos teóricos, pero no es ésta la oportunidad.
¿Tiene entonces sentido recortar una frase aislada, sacada del contexto, y hacer luego con ella malabarismos "filosóficos" o políticos?
No es la primera vez que Feinmann hace estas "trampitas" (en la Academia, a eso se le llama "mala fe", también tiene otros nombres). Siempre contra el mismo flanco.
Antes, en La sangre derramada (1998), y todavía más atrás, en la revista Envido (primeros ’70) o en Filosofía y nación (1982 y 1996), Feinmann había atropellado contra el fantasma de la izquierda que adoptó al Che y al marxismo como su guía. En este último libro llega incluso al exabrupto de incluir a Marx entre... ¡los defensores del Imperio británico!
No es tampoco la primera vez que Feinmann pretende provocar al lector utilizando la figura del Che. En La sangre derramada reconoció que "Es muy difícil «meterse» con el Che". Sin embargo no tuvo ningún empacho en llamarlo..."Superman con kryptonita en los pulmones", "Jesucristo superstar" e incluso "Principito de la izquierda". Como no podía ser de otro modo, también lo calificó de "voluntarista", " implacable jacobino", "extremista" y otros previsibles lugares comunes. Pero ni eso le alcanzó. Como un juez, Feinmann dictó sentencia, preguntándose: "¿Quién puede no pensar que Ernesto Guevara es uno de los grandes responsables (sic) de las masacres de nuestro continente?".
No está mal provocar si con eso se pretende remover la pereza mental, introducir un pensamiento inédito o un nuevo tipo de preguntas. No es el caso de Feinmann. En sus escritos encontramos invariablemente lo mismo: el repetido intento de conjurar "filosóficamente" a las corrientes políticas radicales de las que el Che es máximo exponente. En los ’70, con citas de José María Rosa y Fermín Chávez; en los ’90 de la mano de Gianni Vattimo y ahora con la jerga de Toni Negri. Siempre a la moda, siempre con la ola del momento.
Si quiere continuar esa cruzada, está en todo su derecho. Pero sospechamos que no es por ese rumbo donde se encontrará el camino para terminar con la explotación y la enajenación de nuestros pueblos, creando una sociedad nueva, más justa, más digna, más racional.
Néstor Kohan