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Nuestro Planeta

8 de septiembre del 2003

La Revolución Verde: oportunidades y desafíos para la nueva Europa

Javier Manzano San Román
Rebelión
Las aplicaciones de las ciencias de la vida y la biotecnología han experimentado un vertiginoso desarrollo técnico en los países industrializados hasta el punto de constituir una verdadera revolución que abre un gran abanico de nuevas oportunidades. Esto implica también importantes retos políticos y sociales para Europa que han dado lugar a un amplio debate público, como quedó confirmado en una exhaustiva consulta pública llevada a cabo por la Comisión en otoño de 2001 .

Dada la importancia de las biotecnologías la Comisión ha elaborado una Comunicación llamada Ciencias de la vida y biotecnología. Una estrategia para Europa . La Comisión es consciente que con la actual política europea en el ámbito de la biotecnología no es posible el aprovechamiento de todo el potencial que ofrecen estas tecnologías y si no se aborda esta cuestión no se garantiza la competitividad del sector Biotecnológico Europeo frente a las otras potencias. Hay elaborar una estrategia si se pretende cumplir con los objetivos planteados en el Consejo de Lisboa. El problema está en crear un modelo de desarrollo del sector biotecnológico que compatibilice la protección de los consumidores, respeto al medio ambiente y a los derechos fundamentales de los Paises en Vías de Desarrollo (En adelante PVD) con la competitividad del sector frente a potencias como los EEUU. Actualmente existe una guerra comercial abierta entre UE y EEUU en cuyas diferencias tendrá que mediar la OMC como casi llego a hacer respecto a la moratoria Europea sobre alimentos transgénicos.

En esta Comunicación se plantean las responsabilidades de Europa ante los PVD y se cita la necesidad de dar respuesta a los desafíos globales derivados de la emergencia de las biotecnologías. La Comisión se atribuye un papel dirigente en la elaboración de directrices, normas y recomendaciones internacionales en los sectores implicados para impulsar el desarrollo de un sistema internacional coherente, transparente, global e integrado que trate los problemas de la seguridad alimentaria, salud, conservación y utilización sostenible de los recursos genéticos en los PVD.

Las Patentes Biotecnológicas

Una cuestión de vital importancia para el desarrollo de la estrategia sobre biotecnología es la protección de las obtenciones biotecnológicas a través de un sistema eficiente protección de la propiedad intelectual. Una patente es la reivindicación legal de la autoría de la idea de un invento. La patente confiere al titular de la misma derechos exclusivos de usufructo por una cantidad de años predeterminada. Desde la década de los 80 y paralelamente al rápido desarrollo de la ingeniería genética el sistema de patentes se ha venido ampliando gradualmente hasta incluir patentes sobre organismos vivos manipulados genéticamente y posteriormente a algunos ya existentes en la naturaleza a través de subterfugios legales: Dado que, las leyes de patentes exigen que se trate de algo novedoso y que implique creatividad, los individuos y las empresas eluden ese requisito extrayendo y/o manipulando las sustancias químicas o el material genético que les interesa en un organismo. Esa acción que entonces diferencia al organismo de su forma original, le permite a las empresas reclamar posesión y derechos de propiedad intelectual sobre el organismo. Esto ha ocurrido debido al interés que han suscitado los usos y aplicaciones comerciales de los recursos genéticos de animales y plantas. Entre los 'productos' que ya han sido patentados se encuentran microorganismos, especies de cultivos alimentarios básicos, organismos genéticamente modificados, etc.

No es difícil imaginar a la luz de estos datos situaciones tan paradójicas como la posibilidad de usurpación de los recursos genéticos de los PVD por parte de las grandes multinacionales del sector biotecnológico a la vez que se da la polémica inaccesibilidad de los PVD a los medicamentos genéricos para hacer frente a las crisis sanitarias de nuevo a causa de la protección por patente.

Todas estas cuestiones han suscitado serias preocupaciones sobre las connotaciones éticas, económicas y políticas del empleo de la biotecnología, evidenciando los ya citados retos políticos y sociales, incluidas las responsabilidades de Europa ante los PVD, dado el papel dirigente que se ha atribuido la comisión, a la luz de las nuevas oportunidades en materia de seguridad alimentaría, salud, y protección de los recursos genéticos.

Cooperación al Desarrollo y Revolución Verde

La Cooperación al Desarrollo como forma de relación entre Estados se ha venido institucionalizando en la sociedad internacional contemporánea tras el proceso de descolonización a partir de la segunda mitad del siglo XX. Actualmente esta Cooperación va estrechamente asociada a determinados intereses comerciales.

Un Acuerdo bilateral o multilateral es pactado directamente entre dos o más países en torno a diferentes cuestiones tales como el comercio, las inversiones, la investigación científica, la cooperación para el desarrollo, los derechos de propiedad intelectual, etc. Lógicamente tienen un peso especial en la agenda política de los Estados los acuerdos que implican temas comerciales o relativos a las inversiones, por su importancia en las relaciones de poder económico. Por ello también muchos de los acuerdos relativos a temas no estrictamente comerciales encierran tras de sí intereses comerciales o estratégicos.

En las distintas áreas sobre las que versan los tratados aparecen cada vez mas a menudo condiciones respecto a los derechos de propiedad intelectual sobre seres vivos. La razón es porque tratados bilaterales constituyen un sistema más directo, discreto, y efectivo de homogeneización de las condiciones de mercado comparativamente a las organizaciones internacionales como la OMC, mejorando sustancialmente el terreno de juego de las transnacionales que actúan en los países en vías de desarrollo. Esto se ve en las relaciones de la Unión con Los Estados de Africa Caribe y Pacífico. Estas relaciones materializadas a través del acuerdo de Cotonú, son herederas de la tradición colonial de los estados europeos y que en cierto modo han comunitarizado la gestión de sus intereses a través de los citados acuerdos, manteniendo así sus zonas de influencia en el Tercer Mundo frente a otras grandes potencias competidoras.

El Acuerdo de Cotonú, llega más lejos que lo establecido por normas de la OMC sobre propiedad intelectual. Es decir mas allá de lo que establece el llamado ADPIC o Trips .

El vertiginoso desarrollo de la ingeniería genética en los últimos años, y en concreto el incremento de las aplicaciones en el campo de la agricultura y de la farmacología han llevado a que hable de revolución verde en referencia al avance de este tipo de tecnologías así como de oro verde para referirse al material genético extraído de los PVD ricos en biodiversidad. No es nada extraño entonces que se generen grandes intereses en torno a esta industria emergente y por ello que se introduzcan determinadas prescripciones sobre Patentes Biotecnológicas en los acuerdos internacionales cuyo objetivo aparente era la Cooperación al Desarrollo.

Las relaciones UE-ACP no son el único marco de análisis posible para abordar la cuestión de las Patentes Biotecnológicas. Pero hemos optado por él, dentro gran abanico de acuerdos de esta naturaleza firmados por la UE , ya que relaciones de la UE con los Estados ACP, reguladas por los Convenios de Lomé hasta el año 2000 y en adelante por el Acuerdo de Cotonú, se han presentado como el sistema de cooperación Norte-Sur más completo y eficiente de los que existen en la actualidad como respuesta a los retos planteados por el nuevo orden económico internacional y por lo tanto parece constituir un modelo a seguir, si bien hay teóricos que mantienen una actitud más critica ante esta afirmación .

El Fondo Europeo de Desarrollo (FED) es el instrumento principal de la ayuda comunitaria a la cooperación al desarrollo con los Estados ACP. El 9º FED, celebrado durante el mismo período que el Acuerdo de Cotonú, está dotado con una suma de 13.500 millones de euros para el período de los primeros cinco años. Además, los remanentes de los FED anteriores ascienden a más de 9.900 millones de euros. Pero los anteriores FED, cuya cuantía se venía acercando a estas cifras no han logrado cumplir con los objetivos que se marcó inicialmente la Convención de Lomé, por lo que podemos intuir que no se trata únicamente de la cantidad de dinero destinado a cooperación.

A esto le debemos sumar que con la entrada en vigor acuerdo de Cotonú se ha producido un cambio de naturaleza en las relaciones UE-ACP con respecto al modelo seguido en los Acuerdos de Lomé para hacer compatibles estos con las normas de la OMC, imponiéndose la desmantelación del sistema de preferencias que caracterizó Lomé y que favorecían en gran medida a los países ACP.

Relaciones Económicas Internacionales

Las normas establecidas por la OMC suponen una profundización en las políticas de liberalización de los mercados en relación con los criterios anteriores fijados por el extinto GATT. La OMC ha tenido también un impacto más significativo en la reformulación de las políticas comunitarias como es el caso de la Política Agrícola Común, La Política Comercial Común o la Ayuda al Desarrollo . La incompatibilidad con las normas de la OMC , es el argumento clave utilizado por la UE para acabar con el sistema de las concesiones arancelarias no recíprocas. A partir de la Ronda de Uruguay y dentro del marco fijado por la OMC, muncho sde los acuerdo preferenciales con Paises en vías de Desarrollo, infringen el principio del trato general de la nación más favorecida sobre el que se basa el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, el cual establece que cualquier preferencia concedida a un país miembro debe extenderse automáticamente a todos los demás países pertenecientes a la OMC.

La UE se ve obligada a compatibilizar sus políticas con las normas de la OMC, por lo que en este nuevo periodo de relaciones de la UE con terceros países se abandona las concesiones comerciales unilaterales y se impone el criterio de reciprocidad.

Una de las formas en las se materializa la liberalización de los intercambios comerciales es el sistema de registro de patentes ya que se abre la posibilidad de patentar invenciones biotecnológicas y eliminar todos los límites de excepción para los seres vivos. y esos derechos de propiedad intelectual (En adelante DPI) constituyen una forma de materia prima que se intercambia por ayudas al desarrollo. Quizás sea algo beneficioso a corto plazo, pero también es una forma de usurpación de una fuerte de riqueza para los Países en vías de desarrollo (PVD).

Los nuevos mecanismos de dependencia

El fomento de la Democracia, el Estado de Derecho y el respeto a los Derechos Humanos que acertadamente ha introducido la UE en los acuerdos con los Países ACP, coexisten con una serie de cuestiones que dibujan un escenario un tanto paradójico.

Los tratados bilaterales de inversiones y cooperación que encierran condiciones sobre los DPI, dejan desasistida la soberanía de los países en vías de desarrollo con respecto a sus recursos genéticos. Además de, los ya mencionados, costes económicos a medio y largo plazo para los PVD, que supone desproveerse de los derechos de explotación de esa fuente de riqueza que son sus recursos genéticos, a cambio de acceder a las inversiones y a la ayuda al desarrollo condicionada.

Por otra parte, y dentro de la UE, los acuerdos, como el que nos ocupa, quedan fuera de las agendas de los poderes legislativos nacionales por la falta de transparencia que rodea la negociación estos acuerdos.

Son pocos los países que se plantean, ante los cuantiosos rendimientos del negocio que ofrece la biodiversidad, su legitimidad para desarrollar estas negociaciones en las que se les imponen a los países del sur condiciones al margen de sus preferencias nacionales, y que no tendrán mas remedio aceptar al verse atrapados en unas estructuras de dependencia dada su condición de países subdesarrollados.

Ya se menciona en el Dictamen del Comité Económico y Social sobre la Comunicación de la Comisión: Hacia una visión estratégica de las ciencias de la vida y la biotecnología la necesidad de incluir a los países pobres en los debates acerca de la biotecnología ya que estos países son los mas afectados por los problemas alimentarios de salud y contaminación y por lo tanto son parte muy interesada en esta cuestión. En la citada comunicación La Comisión y los Estados miembros apoyarán la conservación y utilización sostenible de los recursos genéticos en los países en vías de desarrollo y el reparto justo de los beneficios resultantes, apoyando el desarrollo y aplicación de medidas eficaces para la conservación, la utilización sostenible y el acceso a los recursos genéticos y conocimientos tradicionales, así como el reparto justo de los beneficios resultantes, incluidos los ingresos generados por la protección de la propiedad intelectual.

También aconseja la participación de delegados de países en vías de desarrollo en las negociaciones de los convenios internacionales pertinentes; y propone medidas para fomentar una mayor coordinación regional de la legislación que reduzca las disparidades en cuanto a acceso, beneficios y comercio de productos derivados de los recursos genéticos, con arreglo a los compromisos internacionales.

La desconfianza de estas buenas intenciones es lógica que lo que muchas veces aparece ante la opinión pública como acuerdos de inversión, cooperación al desarrollo o colaboración científica acaba siendo en la práctica algo muy distinto, que se asemeja más a una nueva y sofisticada fórmula de explotación colonial, ya que fortalecen las relaciones de dependencia estructural. Pero en principio de cumplirse estos compromisos estaríamos ante un sistema de relaciones mucho mas justo al modelo que siguen otras grandes potencias biotecnológicas como es el caso estadounidense. También cabría dentro de este debate el efecto de la implacable presión sobre las instituciones europeas del lobby de la industria biotecnológica, representado por Europabio como la más grande organización dentro de las diversas asociaciones nacionales de bioempresas. Esta organización tiene alrededor de 40 miembros corporativos que operan en todo el mundo y 20 asociaciones nacionales de biotecnología que representan 1.200 pequeñas y medianas empresas que trabajan en investigación y desarrollo, evaluación, fabricación y distribución de productos biotecnológicos

Muchas de estas empresas biotecnologicas se ven afectadas por existencia de normas e instrumentos internacionales que protegen los conocimientos y costumbres tradicionales de los pueblos. Las grandes empresas del sector biotecnológico y farmacéutico han incrementado sus actividades de exploración de la biodiversidad, conocidas como 'bioprospección', en busca de recursos bioquímicos y genéticos con valor. El empleo de patentes sobre seres vivos constituye estrategia defensiva de los inversionistas de cara a la competencia entre las diferentes empresas. En el mundo altamente competitivo de la industria biotecnológica, la acumulación de patentes se ha convertido en una estrategia defensiva muy valorada, haciendo que a veces el valor de inversión de una empresa esté determinado únicamente por su capital en propiedad intelectual. Y por otro lado la UE se ha convertido en cómplice en el controvertido juego de doble moral en el que están embarcadas las compañías farmacéuticas que por una parte, le impiden a los países del Sur fabricar y comprar medicamentos genéricos más baratos para combatir las crisis de salud pública como el SIDA, ya que esto que eso transgrede sus derechos de patente, mientras que al mismo tiempo saquean el patrimonio de los PVD y de los pueblos indígenas apropiándose de a través de las patentes de plantas medicinales y el conocimiento asociado a su uso, y extraen cuantiosas ganancias.

El empleo de las biotecnológicas ha traído consigo muchas incertidumbres, sobre todo para los países que dependen en su mayor parte de la agricultura, como son la mayoría de los PVD. La agricultura y la alimentación son fundamentales para todo el mundo, en términos de la producción y disponibilidad de cantidades suficientes de alimentos nutritivos y seguros, pero las patentes biotecnológicas socavan en gran medida la seguridad alimentaria de los países más pobres dada la relación de dependencia que queda establecida con las grandes empresas biotecnológicas.

Los Acuerdos bilaterales o multilaterales de asociación, inversión, cooperación o colaboración entre UE y PVD que contienen prescripciones y ajustes estructurales de regulación de sistemas de propiedad intelectual relacionados con las biotecnologías constituyen una herramienta de mejora de las condiciones de mercado para la UE. Por un lado facilitan la obtención de patentes biológicas a la vez que eliminan las barreras a la exportación a estos países de productos biotecnológicos, acciones que generan más dependencia y subdesarrollo en los PVD a largo plazo y que desde luego contrastan con el espíritu de la estrategia propuesta por la Comisión.

Los tratados con prescripciones sobre patentes biotecnológicas, en general, rebasan las normas establecidas por la OMC. Muchos de estos acuerdos eliminan todos los límites de excepción para los seres vivos en las leyes de patentes y pasan desapercibidos ante gran parte de la opinión pública evitando así la crítica. Los Países desarrollados pretenden en estos Tratados Bilaterales facilitar la obtención de patentes a las multinacionales, rebajando el nivel de burocracia imponiendo en algunos casos a los PVD la pertenencia a la UPOV y a la adhesión al Tratado de Budapest y a la OMPI . Estas condiciones no han sido impuestas aún en las relaciones UE-ACP, pero constituyen una realidad para países como Marruecos, Túnez, Sudáfrica, o Bangladesh entre otros a los que se les exige el compromiso de proteger los DPI más rigurosamente que bajo el acuerdo TRIPS de la OMC.

Quizás la UE deba plantearse una política de cooperación basada en los mismos principios que implemento en si misma en su constitución, si realmente quiere colaborar con el desarrollo de los países pobres. En otras palabras, si en lugar de diseñar un sistema complejo para el mantenimiento de sus áreas de influencia, apoyase las iniciativas y estrategias regionales que sienten la base de un mercado interno que facilite el desarrollo, antes de competir en un mercado global en están en clara desventaja.