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Nuestro Planeta

30 de septiembre del 2003

Agricultura urbana, tan novedosa como tradicional

Nancy Cabanillas-Terán
CICEANA
Esta actividad es clave en la elevación de los niveles de seguridad alimentaria y de nutrición
La agricultura no forma parte de nuestras actividades cotidianas, menos si vivimos en la ciudad, aunque la historia alimenticia está directamente relacionada con esa actividad de la que todos escuchamos y de la que sabemos en términos generales en qué consiste.

Las tendencias de la sociedad actual nos alejan cada vez más de esta actividad, sin embargo, algunos programas de agricultura urbana luchan por revertir estas tendencias en las ciudades.

Maíz, calabaza chile y jitomate fueron los primeros alimentos del mexicano, ya que crecían en forma silvestre y resistían fácilmente las condiciones ambientales variables. Hoy día, a pesar de que la dieta básica puede no ser tan distinta ¿quién estila un huerto familiar? ¿Quién en una ciudad realiza una actividad agrícola? Reintroducir especies vegetales en zonas urbanas, mediante la agricultura, es un proyecto que desde hace tres años tiene el Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norteamérica (CICEANA), su meta, la producción de verduras y la generación de una cultura de una agricultura de subsistencia en las ciudades.

Hazet Cervantes, coordinadora del proyecto de Agricultura Urbana del Centro de Información y Comunicación Ambiental de Norteamérica, explica que la técnica que utilizan es la organoponia, basada en la descomposición de la hojarasca y la producción de fermentos orgánicos, produciendo sustrato fértil que posteriormente es utilizado como abono.

La milpa a la ciudad. Agroecosistemas

Desde un enfoque ecológico, a los espacios de agricultura urbana se les considera como ecosistemas, ya que éstos presentan un flujo energético, compuestos por entidades bióticas y abióticas en los que prevalecen interacciones como simbiosis, mutualismos, comensalismo, etcétera. "De acuerdo a Odum estos espacios pueden ser considerados ecosistemas transformados, aunque algunos autores como Bolund y Hunhammar los consideran ecosistemas naturales".

En la ciudad de México no hay ni jardines, ni espacio, ni parcelas en donde cultivar, sin embargo, con esta técnica no es necesario tener un gran espacio, justamente es una optimización de éste y una generación de suelo donde los beneficios son enormes".

Quienes participan en el proyecto siembran maíz, acelgas, lechugas, jitomate, chile, flor de calabaza, calabaza y cempasúchitl. Actualmente realizan trabajos de educación ambiental en escuelas, con niños de la calle y con personas de la tercera edad con la idea de inculcarles el valor de los huertos familiares como una alternativa para paliar los problemas de hambre y como un fácil método para obtener los productos de la dieta básica del mexicano.

"Hemos visto que con esta labor, además de que los niños aprenden a trabajar y a valorar la tierra, disminuyen notablemente sus conductas agresivas y antisociales".

Arturo Pérez Vázquez, del Imperial College de Wye, Reino Unido, en su ensayo "Métodos Adecuados para la Agricultura Urbana" hace una distinción que es pertinente mencionar, la diferencia entre agricultura urbana y agricultura en las ciudades. La agricultura en las ciudades, desde su punto de vista, se da como una estrategia informal de sobrevivencia en áreas no autorizadas (legalmente) y de manera temporal según prevalezcan o se agraven las condiciones socio-económicas que la indujeron, por otro lado, concibe el hecho de una agricultura urbana como una actividad que pertenece más a la ciudad, es decir, que ha sido practicada por un número considerable de años, que existe por tanto una cultura alrededor de ella.

Para los estudiosos del tema, la agricultura urbana representa todo un reto conceptual, metodológico y tecnológico encaminado hacia la búsqueda de una nueva sociedad.

La presencia de trabajos nacionales e internacionales es de gran relevancia, puesto que ha habido una creciente participación de personas, organizaciones e instituciones en el desarrollo y gestión de estudios y programas que abordan no sólo la práctica de la agricultura en espacios urbanos, sino que también analizan sus problemas en la actualidad y su relación con los procesos metropolitanos.

La realidad sociocultural impidiendo su eficiencia

Ojalá en la sociedad mexicana exista un reconocimiento pleno de la relevancia de esta actividad y su contribución para aminorar los efectos adversos en los que nos ha colocado nuestra economía, habría que cambiar esa mirada de soslayo y permitir una visión más integradora en donde puedan explotarse las ventajas que nos otorga.

México posee una realidad sociocultural, política, económica y geográfica tal, que la afirmación de una panacea en la agricultura urbana, desgraciadamente sólo se quedará en frase si no se hace algo por revertir rasgos que frenan ésta y otras actividades, pues si sigue persistiendo una desigualdad social entre comunidades rurales y urbanas, y de desequilibrios territoriales entre regiones desarrolladas y atrasadas no podrá darse un paso firme hacia delante, sólo hasta que se reconozca y apoye verdaderamente la relevancia de las actividades tradicionales se avanzará en la valoración de estos conocimientos.