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Nuestro Planeta

14 de octubre del 2003

Peligro latente en las centrales nuclerares españolas
Ecologistas en Acción pide que no se juegue con la seguridad de Zorita


Rebelión
Tras el suceso sufrido por la central nuclear de Zorita (Guadalajara), Ecologistas en Acción denuncia la nula cultura de seguridad demostrada por Unión Fenosa, su propietaria, que somete a la central a una serie de pruebas que agravan el ya maltrecho estado de seguridad de la central. En estas condiciones lo más sensato sería proceder a su cierre inmediato.

El pasado día 12 de octubre, la nuclear de Zorita sufrió un suceso notificable cuando los propietarios de la central estaban haciendo una serie de pruebas. Éstas consistieron en manipular las válvulas manuales de las turbinas, para lo que fue necesario bajar la potencia producida por la central al 81%. De forma inopinada, la potencia cayó al 43%. La naturaleza arriesgada de estas pruebas queda patente puesto que se ignoran las causas de esta caída de potencia Este suceso fue notificado al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), como es preceptivo, puesto que durante la caída de potencia se superaron varios límites de los parámetros claves de la seguridad durante unos 40 segundos, tales como la presión y temperatura del circuito primario. Especial mención merece el hecho de que se superaran los límites en el presionador, que es una pieza vital para la seguridad de la central y que puede estar aquejada de corrosión.

La falta de cultura de seguridad de la empresa propietaria fue uno de los argumentos claves en el debate que condujo a fijar la fecha de cierre de la central en el 30 de abril de 2003. Este hecho es una muestra más de que la empresa propietaria descuida sistemáticamente las más elementales precauciones de seguridad.

Dado el precario estado en que se encuentra la central, el CSN debería extremar su vigilancia y la empresa propietaria debería hacer lo propio. Aunque, desde luego, lo más sensato sería proceder al cierre inmediato. En lugar de esto, los operadores de la central se dedican a hacer experimentos que pueden dañar aún más los ya maltrechos sistemas de salvaguardia de la central. Si era necesario probar esas válvulas, la compañía propietaria podría haber optado por parar la central. Cabe también preguntarse por qué tales pruebas no se realizaron en la última parada para recarga.

En resumen, según Ecologistas en Acción el estado de la central es lo bastante inseguro como para proceder a su cierre inmediato, sobre todo teniendo en cuenta las prácticas que realiza la empresa propietaria, Unión Fenosa.