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Medio Oriente

12 de mayo del 2003

Greenpeace consigue un embargo internacional a la madera de Liberia

Ania

El Consejo de Seguridad de la ONU reconoce la utilización por parte del Gobierno de Liberia de los beneficios de la industria forestal para comprar armas y financiar la inseguridad en África.
Greenpeace da la bienvenida al acuerdo aprobado ayer por unanimidad en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (SCUN) para poner fin al papel del comercio de madera liberiana en la financiación de la máquina de guerra del presidente de Liberia Charles Taylor. La decisión renueva las sanciones existentes impuestas a Liberia e incluye por primera vez una prohibición de todas las exportaciones de madera que se hará efectiva el próximo 7 de julio.

Las sanciones a las exportaciones de madera de Liberia se producen tras una intensa campaña de Greenpeace y otras organizaciones (en especial la organización humanitaria británica Global Witness) y sienta un importante precedente para combatir las causas profundas de la destrucción de los Bosques Primarios en Africa Occidental. Además, esto supone por primera vez el reconocimiento del papel que juegan los recursos forestales en los conflictos bélicos, lo que Greenpeace viene denunciando a través del término "madera de la guerra" (1).

Desde el año 2000, Greenpeace ha expuesto repetidamente las conexiones entre las empresas madereras liberianas y el incumplimiento de las sanciones sobre comercio de armas en Africa Occidental. Las organizaciones ambientales han puesto en evidencia, a través de investigaciones e informes, el impacto ambiental y social negativo de la industria forestal en Liberia, han bloqueado cargamentos de madera de Liberia en su entrada en los puertos europeos y han pedido a las empresas importadoras y consumidoras el fin de las compras de madera procedente de este país. La primera mención del CSNU a una posible sanción al comercio de madera de Libera se produjo en diciembre de 2000. Sin embargo Francia y China, los dos primeros importadores de madera de Liberia, bloquearon la propuesta.

Pese al escándalo, muchos importadores y almacenistas europeos decidieron ignorar los hechos. En España, grandes empresas como Maderas Perarnau (Barcelona), Gabarro Hermanos (Barcelona), Radisa (Madrid), Maderas Selección (Valencia), S. Riera (Mallorca), Camasa (Valencia), etc. han seguido comprando madera de Liberia.

"El sector importador y consumidor de madera en España ha perdido una oportunidad de oro para actuar de manera responsable. Más allá de sus constantes apelaciones a la legalidad de sus compras y a sus códigos de buenas prácticas incumplidas por la mayoría del sector, éste debe entender que su obligación es comprar madera únicamente a aquellas empresas madereras que garanticen totalmente la gestión social y ambientalmente sostenible", ha declarado Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace.

Según los datos de la Asociación Española de Importadores de Madera (AEIM) el volumen de madera liberiana importada por España en el año 2001 era de 18.000 metros cúbicos, un porcentaje inferior al 0,1% del total de la madera importada, por lo que un embargo de madera liberiana no crea problemas de abastecimiento al sector importador y transformador español.

Importaciones españolas de madera de Liberia Miles de m3 / millones de pesetas

 

1990

1991

1992

1998

1999

2000

2001

Troncos

52,9

3,3

8,7

6800

8000

14100

17990

Aserrada

4,2

0,75

0,4

-

-

-

240

Valor

-

-

-

208

215

517

> 700


Fuente: Greenpeace, con los datos aportados por la Asociación Española de Importadores de Madera (AEIM), 1990-2001 y el Servicio de Aduanas, 2001.
Nota 1:

El término madera de conflicto o madera de la guerra fue utilizado por primera vez en el año 2000 en un informe del Panel de Expertos de Naciones Unidas sobre la Explotación Ilegal de los Recursos Naturales y otras Fuentes de Riqueza en la República Democrática del Congo. Global Witness define la madera de conflicto como aquella "madera que ha sido utilizada en algún punto de su cadena de custodia por grupos armados, por facciones rebeldes, soldados regulares o de la administración civil, con el objeto de perpetuar un conflicto o beneficiarse en provecho propio de las situaciones de conflicto. Actualmente, la madera procedente de regímenes dictatoriales, fuerzas de ocupación o facciones rebeldes en países en conflicto, como Burma, Liberia o República Democrática del Congo, es considerada bajo esta definición.