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Medio Oriente

19 de febrero del 2003

Hebrón: tumulto en el mercado

Sue Rhodes
CPT Hebrón
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

No hace muchos días el equipo de CPT* compraba todos los vegetales en Bab Izzawia. Era un mercado activo, bullicioso, en el que la gente se empujaba para atraer la atención del vendedor, para comprar repollos, coliflores, zanahorias, berenjenas, papas, tomates y manojos de hierbas frescas; todo de una calidad que obtendría premiso en las ferias rurales de mi país..
En noviembre pasado, tanques y aplanadoras del ejército israelí arrasaron y quemaron todos los puestos del mercado. Fue hace 95 días; desde entonces ha estado en vigor el toque de queda: los puesteros han tenido que mudarse cuatro calles más hacia el norte, al área de Al Manara..
Resultó más difícil comprar allí; los taxis, coches y autobuses compiten por encontrar sitio entre los puestos en las aceras y la mediana elevada en el centro de la calle. Los potenciales clientes se mueven en medio del ruido de las bocinas tocadas por conductores nerviosos por temor a chocarlos a ellos o a otros vehículos..
El ejército israelí se dio cuenta de que los puesteros habían vuelto a establecerse. Hace una quincena nos horrorizó contemplar la demolición de ese mercado: los tanques pasaron por sobre los puestos de vegetales bajo sus coloridos toldos avanzando y retrocediendo hasta que todo quedó reducido a metal retorcido y a alimentos desmenuzados. Desde entonces el mercado ha vuelto a crecer lentamente: ya no hay frutos y vegetales poco acostumbrados, pero han colocado montañas de pepinos y montones más pequeños de caquis y manzanas de mala calidad en puestos improvisados hechos con viejas heladeras y máquinas de lavar descompuestas; han vuelto los tomates, los repollos y las coliflores. Para mostrar su solidaridad, el equipo de CPT ha estado allí cada día para apoyar su intento..
Hasta ayer..
Esa tarde gris oscuro, con un viento frío que empujaba las cortinas de lluvia, el agua corría por las calles en riachuelos de barro y desechos. El toque de queda era total para toda el área central de la ciudad. Sólo una anciana y su hija adulta, ambas en lágrimas, en camino al hospital, pasaron delante de mí; unos pocos taxistas buscaban ansiosamente indicios de la presencia militar, mientras conducían a sectores más seguros. Un conductor palestino me gritó advirtiéndome que no fuera al área del mercado de Manara, donde había visto un tanque y una aplanadora del ejército israelí. Sentí la necesidad de investigar y caminé chapoteando por la calle inundada..
Me encontré sola en un campo de batalla desierto. Barras retorcidas y deformadas de metal sobresalían de charcas de barro negro y armazones de heladeras aplanadas yacían como parches blancos sobre el pavimento. Lonas agitaban sus restos hechos jirones y trozos de alambre trataban de agarrarme al pasar. Me sentí muy sola, atrozmente desalentada y cada vez más aterrada..
Permanecí brevemente en la rotonda central, atemorizada ahora por los tanques que habían llegado demasiado cerca, y miré a mi alrededor, incrédula ante la devastación y la desolación. Una rata mojada corrió a ocultarse bajo un trozo de lata..
Atravesé a la rosaleda: Había gustado de ese pequeño jardín, hecho en un pequeño triángulo de tierra. Era un sitio tranquilo en medio del ajetreo. En los días de sol, los gatos se sentaban sobre el césped o se acostaban sobre las losas calientes del monumento ubicado al medio mirando perezosamente a los gorriones que revoloteaban y gorjeaban provocativamente..
Ahora, me quedé verdaderamente horrorizada: la hermosa reja verde, que protege el área, era un revoltijo retorcido; un tanque había pasado por sobre la acera y lo que era un hermoso trabajo de enladrillado en el pavimento estaba todo esparcido por la calle..
Los únicos signos de esperanza en esa terrible escena eran las matas de rosas blancas, que bajo la luz etérea de un cielo cargado de tormenta, brillaban desafiantes en medio del estrago que hombres habían descargado contra otros hombres..
żDónde comprarán sus alimentos mañana nuestros hambrientos vecinos? .
17 de febrero de 2003
*Christian Peacemaker Teams (CPT) es una iniciativa ecuménica para apoyar los esfuerzos de reducción de la violencia en todo el mundo. Para más información sobre el trabajo por la paz de CPT, visite el sitio en la red http://www.cpt.org