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Medio Oriente

EL CONFLICTO PALESTINO ISRAELÍ.
¿TENDRÁ SOLUCIÓN
?

Por: Ernesto Gómez Abascal
ex embajador de Cuba en Jordania, Siria e Iraq


El plan estadounidense de ocupar Iraq e imponer allí un gobierno favorable a sus intereses, se elaboró pensando que este sería un paso inicial para cambiar toda la situación en la región del Medio Oriente. Un gobierno iraquí dominado por los Estados Unidos firmaría un acuerdo de paz con Israel y establecería importantes relaciones con el estado judío, uniéndose de esta forma a Egipto y Jordania, que aunque no muy calurosas, ya tenían relaciones diplomáticas.
Con esto podrían presionar a Irán, Siria y Líbano, cuyos gobiernos continuaban haciéndole oposición a los planes de Washington y obligarlos a cambiar de actitud. Según el plan, este cambio de situación en la región unido a la continuada y criminal represión de los sionistas, influiría para que los palestinos renunciaran a sus mínimos derechos y aceptaran una solución mediatizada de acuerdo a los intereses expansionistas y hegemónicos de Israel.
Esta era la visión que tenía y tiene el grupo neofascista y sionista que se nuclea en la cúspide de la actual administración estadounidense. En sus juicios, ellos solo toman en cuenta las posiciones de los gobiernos y la utilización de la fuerza, y desprecian la capacidad de resistencia y la voluntad de los pueblos. Por ello se equivocan.
Es verdad que el sionismo ha logrado importantes avances desde su surgimiento a finales del siglo XIX con la teoría de que los pueblos que practicaban la religión judía en distintas partes del mundo, constituían una raza y una sola nación privilegiada y escogida por Dios, a quien según los libros del Antiguo Testamento de la Biblia se le había otorgado la "Tierra Prometida", es decir Palestina.
Al menos durante los últimos 20 siglos casi no hubo presencia judía en esta tierra, que antes era Canaán y después Palestina. A finales del siglo XIX estos eran alrededor del 5% de sus habitantes y creció muy poco durante las dos primeras décadas del siglo pasado, hasta que el colonialismo británico, que sustituyó al Imperio Otomano como potencia colonial en la región estimó útil para sus intereses apoyar la idea sionista y facilitar la creación de "un hogar nacional para los judíos", impulsando una emigración que aunque lenta al principio, se hizo vertiginosa con la persecución de estos por los nazis en Europa a partir de los años treinta.
La colonización y el despojo de la población palestina autóctona, que desde siempre vivió en esa tierra, se hizo a golpe de terrorismo desde entonces y se incrementó en los cuarenta, cuando fueron arrasadas aldeas completas, aunque estos crímenes tenían poca repercusión internacional al ser cometidos por las víctimas del fascismo que contaban con el apoyo británico estadounidense y no poca simpatía internacional. Sin embargo, dejaron una huella de profundo odio entre quienes habían visto morir a sus familias, perdieron sus bienes o se vieron convertidos en refugiados al ser expulsados de su tierra.
El conflicto fue llevado a la recién nacida ONU en el año 47 que determinó crear dos estados, uno palestino y otro judío. A los palestinos, que por entonces constituían el 70% de la población y eran dueños del 90% de la tierra, se les asignó solo el 44% del territorio. Rechazaron junto a otros árabes la partición acordada por la ONU y estalló la guerra que perdieron, pues se enfrentaron a un estado ya organizado y armado que contaba con el apoyo de las grandes potencias de entonces. No se creó el estado palestino y los territorios de Cisjordania y Gaza, los únicos que no ocupó Israel, quedaron en manos de Jordania y Egipto hasta 1967, en que Israel, en otra guerra, los ocupó.
Brevemente esto da una idea del crimen histórico que se ha cometido. Israel nunca peleó solo contra los árabes, la imagen que se ha divulgado de un pequeño estado enfrentado a muchos países enemigos que lo rodean es falsa. Primero, era Israel creado como proyecto colonialista por intereses del Reino Unido que le ofrecía todo su apoyo y a partir de finales de los años 40, era Israel apoyado por los Estados Unidos que lo incorporó como base de avanzada de sus fuerzas en el Medio Oriente, cuando el conflicto se insertó en la confrontación este-oeste y la guerra fría.
En la actualidad, la población palestina que vive dentro de todo el territorio que ha ido ocupando Israel, asciende a unos 4 millones de habitantes, de los cuales hay casi 3 millones en Gaza y Cisjordania. La población del estado de Israel ha llegado a cerca de 5 millones, después de traer judíos de todos los rincones del mundo, incluido más de un millón de la desmoronada Unión Soviética. La inmensa mayoría de los millones de inmigrantes judíos que han llegado en los últimos 50 años para poblar estas tierras no tenían ninguna relación con ella que no fueran las historias del Antiguo Testamento, escrito unos 3000 años atrás. Fueron a ocupar tierras, casas y pertenencias de familias palestinas que siempre vivieron allí.
Al conflicto, además del componente político militar, se incorporaron también elementos de confrontación religiosa debido fundamentalmente a que el pensamiento sionista se basa en interpretaciones de las sagradas escrituras. El sionismo puede considerarse la corriente fundamentalista de los judíos, desgraciadamente mayoritaria entre ellos debido a coyunturas históricas. Actualmente, está muy vinculada a círculos fundamentalistas cristianos presentes en los estamentos de poder de Estados Unidos.
Para entender lo que sucede a diario en el conflicto Palestino-israelí, es fundamental conocer estos antecedentes.
Israel, los Estados Unidos y quienes los apoyan en Occidente, con el gran dominio que poseen de los medios de comunicación masiva, omiten consciente y deliberadamente las historias de despojo y terrorismo practicadas contra el pueblo palestino y hablan diariamente del holocausto practicado por los nazis contra el pueblo judío para tratar de ocultar sus crímenes de hoy. El terrorismo primario es el despojo, la ocupación ilegal y la negación de los derechos del pueblo palestino a constituir su propio estado.
Lo que vemos hoy en Palestina, obedece al intento del fundamentalismo sionista apoyado por Washington, de liquidar la resistencia palestina y sus justas aspiraciones, que ya se reducen a que se le conceda el derecho a constituir su estado independiente en Gaza y Cisjordania, territorio que representa aproximadamente un 20% de su Palestina histórica, pero que Israel se niega a acceder, y ya lo ha estado colonizando implantando allí pueblos militarizados donde viven extremistas judíos armados.
El actual gobierno de Tel Aviv saboteó el llamado Mapa de Ruta, pues en el se hablaba de un estado palestino independiente, aunque no se definía nada de territorio ni otros detalles que los palestinos exigen para avanzar en las negociaciones. Los Estados Unidos habían presentado el tal Mapa cinco días antes de iniciar sus ataques contra Iraq en marzo pasado, para tratar de apaciguar a los árabes haciendo ver que estaban interesados en resolver el conflicto. Conscientes de que Israel lo sabotearía y de que los palestinos no avanzarían por el camino que se les imponía, conocían desde el principio que era una propuesta inviable. El documento incluía el desarme unilateral de la Intifada, única opción de fuerza popular que poseían los palestinos y dar un golpe de estado a Arafat mediante la imposición de un primer ministro y la creación de instituciones y mecanismos que lo sacaban del poder real. Estaba dirigido también a crear conflictos internos dentro de las filas palestinas y posiblemente pensaban estimular una guerra civil.
Abu Mazen, prácticamente designado como primer ministro por Washington, era fundador de la resistencia palestina junto con Arafat y había sido mencionado muchas veces como su posible sustituto, pues ocupaba el cargo de Secretario General de la OLP. Posiblemente se había entusiasmado con esta idea y aunque no se podía considerar un traidor, se estaba deslizando por un camino peligroso de concesiones que fue rechazado enérgicamente por la mayoría de los integrantes de su organización Al Fatah y de la OLP. Su sustituto, Abu Alá (Ahmed Qorei), ha trabajado siempre a la sombra de Arafat , es de su absoluta confianza y no tiene aspiraciones de relevarlo. No es de esperar que cometa sus mismos errores.
Sin embargo, ni planes como el Mapa de Ruta, ni designaciones de primeros ministros van a cambiar las cosas de forma decisiva en el Conflicto. Estados Unidos e Israel eluden y sabotean desde hace años la solución del problema, que está claramente contemplada en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, que establecen que Israel se retire incondicionalmente de los Territorios Ocupados (Gaza y Cisjordania), permitiendo que los palestinos establezcan allí su propio estado independiente con la parte árabe de Jerusalén como capital.
Los palestinos ya han perdido bastante y no pueden ni están dispuestos a retroceder más. La Intifada -característica guerra de liberación nacional- que ahora ha cumplido tres años, es una demostración de su disposición a resistir y luchar, cosa que hacen en condiciones extremadamente difíciles. Enfrentan una represión terrible, pero también ganan fuerza.
Mirando retrospectivamente la situación, la Resistencia Palestina se inició primero por los refugiados en Jordania de donde fueron expulsados a principios de los años 70, para establecerse en El Líbano de donde Israel los sacó en 1982 y la OLP tuvo que irse a Túnez. Hasta hace pocos años no les era posible a los palestinos poner una banderita propia sobre el techo de sus casas en los territorios ocupados. Hoy, los dirigentes palestinos están dentro de estos territorios, las banderas palestinas ondean por toda Gaza y Cisjordania y se ha desarrollado una resistencia armada en los últimos tres años que difícilmente puede ser liquidada. Es verdad que han muerto casi 2400 palestinos en ese período, la mayoría civiles, ancianos, mujeres y niños, muchos en asesinatos llamados selectivos llevados a cabo con modernos aviones F-16 o helicópteros Apache, puro terrorismo de estado. Pero Israel en ese mismo período ha tenido unas 800 bajas, cifra que no han tenido en ninguna guerra anterior. La mayoría también civiles. Pero el terrorismo lo iniciaron ellos y la violencia tiene su origen en el despojo, esto no debe olvidarse a pesar de la cotidiana propaganda que trata de desvirtuarlo. Esta cifra de bajas para el estado judío es insostenible.
Otro problema que tienen Israel y los Estados Unidos es el crecimiento de la población palestina, cuyas mujeres tienen un promedio de 4-5 hijos mientras las mujeres judías promedian uno solo. Es una bomba de tiempo ya que en pocas décadas la población palestina sobrepasaría la judía y ellos no tienen solución para esto, solamente matar y este ejercicio está probado que envilece a los países y corrompe sus sociedades. Existen sectores en Israel que ganan conciencia de esto, pero todavía no parece cercano el momento en que la mayoría de su población se convenza de que su seguridad no se garantizará matando, sino otorgándole al pueblo palestino los mínimos derechos que le corresponden. Cuando esto ocurra se crearán condiciones para comenzar a resolver el conflicto.
El otro factor que se necesita para que se produzca una solución justa y definitiva, sería que los Estados Unidos llegue al convencimiento de que esto conviene más a sus intereses que una solución impuesta por la fuerza que no traerá la paz ni la estabilidad a la región y por lo tanto el conflicto permanecería. Lamentablemente y teniendo en cuenta las tendencias que predominan en las estructuras de poder estadounidenses, esto tampoco parece cercano.
Por ello, mientras que no se creen estas condiciones para alcanzar una solución justa, global y definitiva del conflicto, habrá otros Mapas de Ruta que no lleven a ninguna parte.
30 de septiembre del 2003.
*ERNESTO GÓMEZ ABASCAL: ex embajador de Cuba en Jordania, Siria e Iraq, especialista del mundo árabe, en el Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Enviado por Comité Democrático Palestino – Chile
Jueves 20 de noviembre de 2003