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Medio Oriente

6 de octubre del 2003

Haifa de nuevo

Ramon Angel Romero
Telepolis
Pocas horas han trascurrido desde que EE.UU. censurara velada y suavemente al gobierno Sharon, por su decisión de construir 500 nuevas viviendas para colonos sionistas en los territorios palestinos ocupados.

Pocas horas transcurridas para demostrarse una vez mas que el pueblo israelí debe despertar de su letargo. Pocas horas transcurridas para que de nuevo en Haifa, en plena fiesta judía del Yom Kippur un suicida de la Yihad segara de un plumazo 20 vidas y dejara a mas de 50 personas mal heridas.

Evidentemente, y en un nuevo intento por evitar sus autenticas responsabilidades, el gobierno israelí ha culpado a una autoridad palestina que ha dejado inoperante y aislada, como responsable del acto. Bien sabe el ejecutivo de Sharon que Arafat y el gobierno que preside no controla la situación, algo de lo cual ellos mismos son responsables al haber facilitado la radicalización del pueblo palestino buscando el argumento terrorista para seguir con su política expansionista, dejando en manos del fundamentalismo islámico la única salida posible a la frustración Palestina.

Más muertes que atesora el genocida de Sabra y Shatila. Un genocida dos veces elegido por un país acongojado y en silencio, incapaz de despertar y denunciar la política de terrorismo estatal que practica su primer ministro.

Pretender que estas cosas no ocurran, cuando se sigue con el proceso colonizador, cuando se siguen levantando asentamientos, cuando se arrebata territorio del vecino para construir una de las mayores vergüenzas de la historia, es de ineptos y ciegos.

Los habitantes de Israel tienen la obligación de parar este circulo vicioso alejando del poder a estos asesinos. A estos provocadores deliberados. Si no lo hacen así, están aceptando su política de agresión permanente, la están refrendando en las urnas y por tanto se auto adjudican la calidad de objetivos legítimos de un pueblo sojuzgado, ocupado, reducido a la miseria y sin futuro. Y esa falta de futuro, esa falta de perspectiva, esa humillación permanente a la que es sometido, cultivara mas y más voluntarios dispuestos a terminar matando para recuperar su pisoteado orgullo.