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Medio Oriente

23 de octubre del 2003

El caso Allouni
EEUU y Garzón contra los medios independientes árabes

Amira Howeidy
Al-Ahram Weekly
La detención por parte de España de un destacado periodista de al-Jazeera marca una nueva línea divisoria, cortesía de la era de la "Guerra global contra el terrorismo". El prominente juez español Baltasar Garzón, quien emitiera una orden de detención contra el periodista de al-Jazeera, Taysir Allouni, el pasado viernes [5 de septiembre], se está tomando naturalmente muy en serio las actividades de al-Qaeda. Pero al otro lado del Mediterráneo reina sobremanera el escepticismo, según se han ido filtrando las informaciones.

Allouni, un ciudadano andaluz nacido en Siria y uno de los más destacados periodistas de al-Jazeera, fue detenido en su casa de verano, en Granada, bajo la acusación de vínculos con el "lobo feroz" del primer mundo, la red terrorista al-Qaeda. La extensa cobertura que Allouni dio sobre la guerra dirigida por EEUU contra Afganistán hace dos años (que incluyó una entrevista en exclusiva con el dirigente de al-Qaeda Osama bin Laden) impulsó la imagen profesional de al-Jazeera, ganando con ello la atención internacional. ¿Se ha convertido ahora aquella cobertura en una acusación contra él?, ¿son los periodistas árabes bien informados en sensibles cuestiones de seguridad objetivos de la indefinida "Guerra global contra el terrorismo"?

Prisión indefinida

Tras una sesión a puerta cerrada el pasado lunes, 8, Garzón decidió prolongar la detención de Allouni durante 72 horas más, un periodo que debería haber finalizado el 11 de septiembre, dependiendo de la investigación. El juez Garzón ordenó finalmente mantenerlo en prisión indefinida bajo acusación de haber ayudado a la red de al-Qaeda.

Según el portavoz de al-Jazeera Yihad Balut, Allouni está siendo investigado por acusaciones que incluyen haber portado ciertas cantidades de dinero que oscilan entre 1.000 y 4.000 dólares desde España a sirios que vivían en Chechenia, Turquía y Afganistán entre 1995 y 1999, y por tener vínculos con Mohamed Atta, sospechoso cabecilla de los ataques del 11 de septiembre [de 2001] (11-S). "Allouni ha negado completamente cualquier contacto con Atta, pero mantiene que llevó ciertas cantidades de dinero a familias en Afganistán. La explicación de este hecho, que podría ser considerado como apoyo al-Qaeda, ha sido defendida por Allouni como un apoyo [económico] a familias, que es de lo que realmente se trataba", afirma Balut a al-Ahram Weekly.

La orden de detención acusa a Allouni de tener vínculos con "miembros importantes" de al- Qaeda y de utilizar su posición como periodista para conseguir una entrevista con bin Laden. "Pero esta acusación ha sido retirada finalmente de la vista", afirma Balut. Informes anteriores que citaban a fuentes judiciales de Madrid, decían que se sospechaba que Allouni estuviese pasando mensajes secretos a los operativos de al-Qaeda en Europa y de pertenecer a la misma célula de Imad Eddim Barakat Yarkas, también conocido como Abu ad-Dahdah, quien está encarcelado en España por sospechas de haber desarrollado un papel en los ataques del 11-S.

Iraq y la detención de Allouni

La liberación de Allouni [que finalmente no llegó a producirse], sometido a la legislación antiterrorista española, se esperaba tras la audiencia del día 11 [1]. El portavoz de al-Jazeera mostró menos preocupaciones por las ramificaciones legales del caso que por sus implicaciones políticas. "El juez no parecía estar convencido de las acusaciones tal y como se han presentado, lo que explica por qué está esperando todavía más información solicitada por Madrid a otros tres países", declara Balut poniendo énfasis en el momento de la detención, que tuvo lugar un día antes de que Allouni fuera a viajar, como estaba previsto, a Qatar, tras haber pasado un mes y medio en España. "¿Por qué esperaron hasta el ultimo momento para detenerle? Desde mi punto de vista, creo que el momento es significativo", dice Balut. "La situación en Iraq no está yendo en la dirección que los estadounidenses querían. Al- Jazeera y los otros canales de televisión vía [satélite] árabes lo están mostrando [2]. Creo que la detención de Allouni está dirigida contra los medios de comunicación árabes".

El editor de al-Jazeera, Ibrahim Helal, ofrece otra lectura: "Las autoridades españolas querían información de Allouni que les sirviera a sus investigaciones: saben que él es un periodista profesional con contactos e información que podrían serles de utilidad. Pero Allouni ha rechazado cooperar a pesar de las presiones que han ejercido sobre él anteriormente". Hellal afirma que por ello Allouni había evitado ir a España, pero que recientemente le pusieron un cebo para que regresase tras recibir garantías de que no se le sometería a acoso alguno. "Si Allouni proporciona información será una catástrofe para al-Jazeera porque deteriorará por completo la credibilidad de sus periodistas como un colectivo profesional de digna confianza", añade.

Garzón, un juez de alto perfil e internacionalmente reconocido, encabezó la campaña para extraditar al ex dictador de Chile, general Augusto Pinochet desde Londres a Madrid por abusos contra los derechos humanos. Se dice de él que es un juez con ambiciones políticas también. Los observadores que conocen su historial consideran que la detención de Allouni, sin tener suficientes pruebas, es bastante sorprendente y que puede dañar su reputación como juez [3].

Informar en tiempos de 'guerra global'

Desde la Federación Internacional de Periodistas (FIP, con base en Bruselas) la situación "parece que se está desarrollando una caza de brujas" contra los medios de comunicación en lengua árabe. Según Aidan Whita, secretario general de la FIP, "durante el año pasado ha existido una expresión de irritación desde Occidente, particularmente desde EEUU y desde sus estamentos oficiales, sobre el trabajo de algunos medios de comunicación árabes y de al- Jazeera en particular".

La Comisión Árabe de Derechos Humanos (con sede en Francia), el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe (CSCA, de Madrid) [4], y la Organización Árabe para los Derechos Humanos (de El Cairo) han hecho públicas declaraciones de condena por la detención que describen como un serio ataque contra la libertad de expresión. La vasta mayoría de los sindicatos de la prensa árabe han tomado la misma posición. Pero las protestas más fuertes proceden de Pakistán, donde se ha llevado a cabo una manifestación para denunciar la detención de Allouni y exigir su inmediata liberación. Igualmente, una concentración ante la Embajada de España en Londres se ha llevado a cabo el 12 de septiembre [5].

Al término de la edición de al-Ahram Weekly [el mismo día en que se llevaba a cabo la vista, 11 de septiembre], el abogado español de Allouni se mostraba optimista sobre su próxima liberación en 24 horas. Pero para muchos periodistas, especialmente para los árabes, una nueva amenaza se ha añadido a la dificultad de su profesión:

"Nos encontramos ante una situación en la que un reportero arriesga su vida y su seguridad para hacer su trabajo, consigue una información para que la gente pueda saber qué ocurre y entonces ese reportero es criminalizado por hacerlo", sostiene Balut. "Ya es hora de que se elabore una normativa que regule la protección de la profesión de ataques motivados por cuestiones políticas o de seguridad".

Sin embargo, en el mundo moderno donde la tecnología hace colapsar miles de kilómetros de distancia en un momento de comunicación, el creciente papel de unos medios que pueden transmitir noticias de sucesos en el mismo momento en que están ocurriendo, compite con la influencia de los aparatos de seguridad y de los gobiernos. Por ello, una cadena fuerte e independiente como al-Jazeera, parece indeseable en ese contexto, como se ha puesto de manifiesto explícitamente por altos representantes oficiales de la superpotencia mundial. De hecho, las imágenes del secretario de Defensa o incluso del secretario de Estado de EEUU criticando a la cadena árabe por emitir esto o aquello se han convertido en escenas demasiado familiares.

Los bombardeos contra las oficinas de al-Jazeera en Kabul en 2001 [6] y en Bagdad el pasado abril [7], en el ultimo de los cuales se asesinó al reportero Tarek Ayub, ilustran que los objetivos elegidos por la "Guerra global contra el terrorismo" que lidera EEUU lo son demasiado a menudo árabes cuya única culpa es tratar de mostrar la verdad de dicha guerra.

* Amira Howeidy es periodista del semanario egipcio al-Ahram Weekly.

Traducción: Loles Oliván, CSCA



Notas de CSCAweb:

1. El 17 de septiembre el juez Garzón dictó auto de procesamientos contra 35 supuestos miembros de al-Qaeda, incluido el propio bin Laden y Taysir Allouni.

2. Además de la qatarí al-Jazeera, las cadenas de Abu Dabi y Dubai.

3. En medios jurídicos Garzón es considerado un mal instructor, poco concienzudo y descuidado, preocupado más por fomentar su fama que por instruir debidamente los procesos.

4. Véase el comunicado de condena del CSCA en CSCAweb:
Nota del CSCA sobre la detención del corresponsal de 'al-Jazeera' en el Estado español

5. Tras su detención, profesionales de los medios internacionales en Bagdad también se concentraron ante la representación española en la capital iraquí.

6. Ataque en el casi pierde la vida el propio Allouni.

7. Ataque realizado el día 8 de abril, pocas horas del ataque contra el hotel Palestine, en el que resultó muerto José Couso y Taras Protsyuk. Ese mismo día también fueron atacadas las oficinas en Bagdad de la televisión de Abu Dabi.