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Medio Oriente

12 de enero del 2003

Dirigir la Intifada

Amira Howeidy
Comité de Solidaridad con la Causa Arabe / La Fogata


"Según avanza la proyectada guerra dirigida por EEUU contra Iraq, las tensiones encubiertas están saliendo a la superficie en la región. Y resuenan altamente en El Cairo, donde se está llevando a cabo la preparación de una segunda ronda de negociaciones entre las facciones palestinas destinada a 'discutir' más que a 'parar' las operaciones dentro de las fronteras israelíes de 1967. Egipto siente el peligro de la guerra de EEUU contra Iraq y su política de cambio de régimen y de 'reformas' para la región".
Según avanza la proyectada guerra dirigida por EEUU contra Iraq, las tensiones encubiertas están saliendo a la superficie en la región. Y resuenan altamente en El Cairo, donde se está llevando a cabo la preparación de una segunda ronda de negociaciones entre las facciones palestinas destinada a "discutir" más que a "parar" las operaciones dentro de las fronteras israelíes de 1967 (Línea Verde). Las conversaciones vienen también rubricadas por la unidad palestina. Según Mohamed Sobeih, representante palestino en la Liga Árabe, delegados de seis facciones palestinas mantienen negociaciones bilaterales con representantes oficiales egipcios orientadas a "conversaciones de unidad" fijadas en El Cairo para "pronto".
En noviembre de 2002 dos delegaciones del movimiento Fatah (de Yaser Arafat) y Hamas, el movimiento de resistencia islámico, llevaron a cabo negociaciones secretas en El Cairo. La reunión acabó con la recomendación de seguir con las negociaciones tras consulta a las direcciones de ambos movimientos. Los rumores confirmaron que las primeras conversaciones se enfocaron en el cese de las operaciones palestinas dentro de la Línea Verde [Israel] aunque la posición oficial tanto de Fatah como de Hamas fue que las conversaciones versaron sobre la unidad palestina y la situación interna en los Territorios Ocupados (TTOO), además de la prevista guerra contra Iraq.
Diálogo Fatah-Hamas
Algunos observadores han sugerido que el secretismo que rodeó a las conversaciones de noviembre y las maniobras en las declaraciones a los medios de comunicación fueron el resultado de la historia de fracasos que ha seguido a las conversaciones entre Fatah y Hamas, algo que ambos están tratando a toda costa de evitar esta vez. Realmente, la sensibilidad de las cuestiones a discutir no da lugar a hacer público lo que ocurrió entre los representantes detrás de la puerta. Y de manera muy significativa, la puerta tras la que se encerraron era la del jefe de la inteligencia egipcia, Omar Soliman, quien participó y, de manera importante, condujo las negociaciones. El diálogo Fatah-Hamas, después, prosiguió en Gaza.
De acuerdo con fuentes cercanas a las negociaciones, el jefe del politburó de Hamas, Jaled Meshaal, con base en la capital siria de Damasco, había visitado en secreteo El Cairo más de una vez durante el mes pasado para negociar con antiguos representantes oficiales egipcios la preparación del terreno para las conversaciones de la semana pasada. Meshaal transmitió la sugerencia de Hamas de un diálogo que incluya a todas las facciones palestinas. El Cairo la aceptó e invitó a Fatah, Hamas, Yihad Islámica, al FPLP, al FDLP; y al comunista Partido del Pueblo, para mantener conversaciones bilaterales la semana pasada. Según Sobeih, los delegados de todas esas facciones hablaron con representantes egipcios esta semana y al punto de cerrarse esta edición de Al Ahram Weekly, las conversaciones continuaban entre los representantes del Partido del Pueblo. Igualmente, se esperaba la llegada a El Cairo de una delegación de Hamas.
El significado de las conversaciones, según fuentes bien informadas, yace en el hecho de que esta es la primera vez que tales representantes oficiales egipcios han abierto un diálogo con grupos islamistas como Hamas y Yihad Islámica, orquestadores de la mayoría de las operaciones contra [el interior de] Israel. En el pasado, la comunicación con Hamas se producía a través del Departamento de Investigación de la Seguridad del Estado, dependiente del Ministerio del Interior. La participación de Soliman ha sido una sorpresa para Hamas que ha dado la bienvenida a la iniciativa egipcia. El Cairo, según fuentes de Hamas, respetó las decisiones del grupo y "no intentó, ni siquiera una vez, presionarnos para poner fin a nuestras operaciones". Tras cuatro días de negociaciones durante la última semana de diciembre de 2002 entre Soliman, el secretario general del FDLP (Frente Democrático para la Liberación de Palestina), Nayef Hawatma, declaró también que el cese de las operaciones suicidas no había sido discutido.
Tales informaciones han sido confirmadas por el ministro de Exteriores [egipcio] Ahmed Maher, quien en conferencia de prensa el 30 de diciembre, reveló que "poner fin a la Intifada o a la resistencia no es una propuesta encima de la mesa".
Fuentes de Hamas, hablando en condición de anonimato, mantienen que Egipto "siente el peligro" de la guerra de EEUU contra Iraq y su política de cambio de régimen y de reformas en la región. "El Cairo está muy, muy preocupado. Nuestra impresión es que [Egipto] se está tomando la nueva visión de EEUU muy seriamente y quiere demostrar que tiene un papel poderoso en el conflicto árabe-israelí". Es igualmente en interés de las facciones palestinas unir sus fuerzas e identificar "un terreno común".
"El objetivo de esas conversaciones es doble", dijo Meshaal en entrevista telefónica desde Damasco con Al-Ahram Weekly, "establecer la unidad palestina y poner un fin al caos interno y a los desacuerdos, que solo sirven a los intereses de los sionistas"."Queremos desarrollar una visión política sobre cómo gestionar la resistencia y la Intifada para hacerla más efectiva", dijo.
Eso pudiera no ser tan fácil, dadas las divisiones que existen en la propia Fatah. Mahmud Abbas (Abu Mazen), un abierto opositor a la Intifada, será probablemente quien encabece la delegación de Fatah en las próximas conversaciones sobre la unidad, un hecho que muchos comentaristas ven como un problema para cualquier salida exitosa. Meshaal dice: "Nosotros negociaremos con cualquier delegado de Fatah [...]. En cualquier negociación nuestra posición es clara. Tenemos dos constantes: los derechos palestinos y el mantenimiento de la resistencia". La participación de Abu Mazen en las conversaciones previstas podría ser también una táctica del propio Arafat para socavar al hombre que tanto EEUU e Israel desean que le remplace, dice el activista palestino asentado en El Cairo, Abdel Qader Yassin, cercano al FDLP.
Otro obstáculo añadido para el éxito es que, tras una reunión con Soleiman al mes de noviembre, el primer ministro Ariel Sharon rechazó ofrecer garantías de que su ejército estaría obligado por cualquier tregua negociada con los palestinos.
Pero ello no frena a Egipto y a los palestinos de poner toda la carnes en el asador de las conversaciones sobre la unidad que, de tener éxito en la construcción de un frente nacional, ofrecerá al menos la oportunidad de un progreso en una región que está tomando aliento a la espera de que el primer misil aterrice en Bagdad.
Al-Ahram Weekly, núm. 619, 2 a 8 de enero de 2003
Traducción: Loles Oliván, CSCAwerb (www.nodo50.org/csca)