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Movimientos Sociales

Arte y Confección: movida cultural por Brukman

Mabel Bellucci*

El conflicto laboral de las obreras de Brukman está experimentado formas de resistencia ingeniosas e inaugurales que difieren de las clásicas estrategias de confrontación entre las partes involucradas; más allá de la persistente militarización de la protesta popular por parte del estado. No obstante, pese al tenaz cerco policial que- en determinadas circunstancias se convierte en un muro humano armado y divide al barrio de Monserrat en dos- las trabajadoras siguen sumando apoyos de diferentes sectores y movimientos sociales.
A lo largo de un año, abrieron las puertas de su fábrica a la cultura; permitiendo así cruzar las producciones artísticas con las producciones textiles
De alguna manera, esta experiencia puntual trae al presente ese clima de ruptura generado por las vanguardias librepensadoras rioplatenses de principios del siglo XX, para las cuales todos los frentes- el social, cultural y vida cotidiana- estaban interconectados en torno a una tentativa de subvertir lo instituido para la construcción de un nuevo orden comunitario desligado de la propiedad y del autoritarismo.
Brukman en manos de sus obreras logró abrir grietas en la dinámica tradicional de una empresa capitalista. Más aún: en esos momentos de autogestión representó lo opuesto. Vale decir: un territorio laboral donde se plasmaría grandes ensayos políticos y exploraciones de articulación entre movimientos diversos. Por otra parte, estimuló a pensar que ese cambio social por el que ellas luchan encierra también un cambio cultural, una práctica novedosa de enfrentar las contradicciones de la relación capital-trabajo.
De allí, nace la movida cultural llamada Arte y Confección, que rememora el clásico oficio de modista.
A partir de los años ’30, las mujeres de sectores populares de los centros urbanos ingresan masivamente a los cursos de Corte y Confección. Ellas toman clases en el barrio para después abrir en sus casas, talleres de costura con clientela propia; permitiéndoles disponer de una fuente de ingresos independiente sin descuidar, por ello, sus obligaciones familiares y el manejo de la unidad doméstica.
La jornada Arte y Confección remite al conflicto laboral desde una mirada culturalista. Se llevó a cabo, durante cinco intensos días, en las inmediaciones de la fábrica, básicamente dentro y en los alrededores de la plaza donde los activistas acampan para la vigilia y sostener el fervor del reclamo.
Arte y Confección contó con el apoyo solidario de colectivos autoconvocados culturales y políticos -Colectivo de Documentalistas; Kino; Nuestra Lucha; Taller Popular de Serigrafía; Intergaláctica; Colectivo Arde Arte; ETC; Grupo Contraimagen; Grupo de Boedo Films – quienes con su intervención, vienen acompañando la multiplicidad de protestas sociales con un estilo irruptor en los modos de impugnación ( acciones directas; desobediencia civil; porformances callejeras; consignas emblemáticas estampadas en la indumentaria). A la vez, en Arte y Confección participaron grupos y personalidades representativas del mundo de las artes plásticas y visuales: cine , video, fotografías, collages, pinturas, como también de la movida teatral, la literatura y la música, entre otras tantas expresiones.
* Asambleísta. Activista nómade.