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Latinoamérica

POBREZA, MAL QUE NO SE ALEJA

Pedro Pop y Antonio Jiménez
(PRENSA LIBRE)

A dos años de haberse dado la voz de alarma de la hambruna en Jocotán, Camotán y Olopa, Chiquimula, la situación se mantiene crítica y el riesgo de que empeore es latente. El fantasma del hambre, la miseria y la enfermedad, se niega a abandonar el área, donde la gente dice está 'batallando' con la vida, que les muestra uno de sus lados más flacos.

Al igual que hace dos años, es en las aldeas de esos municipios chiquimultecos, donde el panorama se transforma en imágenes de poblaciones depauperadas.
Niños con estómagos enormes y ojos saltones, que visten andrajos, es lo que se observa.
'Aquí seguimos igual', estamos

tristes'; 'hoy comimos tortillita con sal y guineitos (bananos)'; 'sólo nos engañaron y ya no nos trajeron comida'; 'no hay trabajo por ninguna parte', son las frases más escuchadas en tres comunidades tomadas al azar para conocer su condición.
Desolación
El Roblarcito, Olopa, es de clima frío, donde la lluvia ha caído irregularmente, por lo que la cosecha de maíz, esperada para finales de septiembre, se cree que no tendrá mayor éxito.
Sus pobladores se quejan de diversas enfermedades, provocadas sobre todo por la debilidad física, como Isabel Pérez, de 73 años, que a la orilla del camino lamentaba no tener una pastilla para el dolor de cabeza.
Los niños, en casi su totalidad, andan vestidos con harapos, padeciendo enfermedades respiratorias y con muestras de desnutrición. Como detalle interesante, la mayoría de menores no deja de asistir a la escuela; según los maestros, no por recibir clases, sino por el almuerzo escolar.
Unas 26 familias ya no están viviendo en ranchos, sino en casas de block, mandadas hacer por la alcaldía local y el gobierno central. Sin embargo, están preocupados porque las casas fueron construidas con poco piedrín y hierro, y con techo de lámina muy delgada, lo que podría provocar que las viviendas les caigan encima.
La petición incansable de los vecinos es por trabajo. No tienen dinero para comprar maíz, muchos menos ropa, como pasa con Aníbal Pérez, de 7 años, que cubre su cuerpo con una gran camisa, que más parece una túnica.
En El Rodeo
Pero las necesidades no se quedan sólo en Olopa. En El Rodeo, una aldea de Camotán, los guardianes de salud están preocupados, porque hay por lo menos 10 niños en el nivel rojo de desnutrición, el más severo.
A pesar de que la mayoría de niños son del nivel naranja, o moderado, éstos en cualquier momento pueden pasar al rojo.
Al visitar los ranchos del barrio el Cementerio, una gran cantidad de pequeños tiene tos persistente, y otros muestran los estragos de la falta de nutrientes, que les ha provocado brazos y piernas huesudas.
Según algunos padres de familia, se les han muerto hasta siete


hijos por diversas enfermedades.
Uno de ellos se atreve a decir: 'aquí se logran los que tienen ganas de vivir'.
En este lugar, la Organización No Gubernamental Pro Chortí ha puesto en marcha un proyecto de reforestación, dándole trabajo a cien hombres, pero aún hay más del 40 por ciento de la población laboralmente activa sin cubrir, pues la necesidad de empleo es muy alta.
Suchiquer
En lo alto de las montañas de Jocotán, está Pinalito Suchiquer,



donde el hambre 'aprieta', según Plácido Martínez, vecino que sembró maíz, pero la falta de lluvia no la dejó prosperar.
Lauterio Díaz, guardián de salud, lamenta no tener trabajo, si tuviera podría darle algo más que tortilla de maíz a sus 9 hijos. 'A lo mejor, hasta les podría dar frutitas', dice.
Señala que un proyecto llamado Ajpatnar, que compra artesanías, beneficia a la gente, pero que no todos saben hacerlas.
Problema de fondo
Carlos Arriola, director del dispensario Bethania, de Jocotán, donde hay 20 niños internados por desnutrición, refiere que el problema en la región, es cíclico y estructural.
Explicó que es cíclico, porque todos los años se repite, aunque con mayor o menor intensidad, y estructural, porque se encuentra enquistado en el ámbito social y económico.
Arriola advierte que hasta que no se atienda el problema de fondo y con voluntad política, no habrá una solución.
En estos meses el problema ha ido creciendo y 'tan sólo en agosto se han atendido a 66 niños'. Arriola afirma que el número de pacientes se ha incrementado mes a mes.
Héctor Peña, alcalde de Jocotán, resalta que comparado a hace dos años, cuando se denunció la hambruna, la situación sigue igual. Expone que el gobierno puso a funcionar un programa de peso y talla, pero no ha llegado ninguno que proporcione soluciones estructurales, como programas productivos. Indica que las organizaciones no gubernamentales han estado muy activas, pero no pueden atender todo el problema.
Jorge Luis Medina, jefe de proyectos de Acción contra el Hambre, apunta que atraviesan los meses de mayor riesgo, que inician en julio y terminan en octubre, período que lleva el crecimiento de la milpa.
Es durante este tiempo que los alimentos escasean y la gente se desnutre, quedando vulnerable a cualquier enfermedad, las cuales podrían provocar grandes complicaciones.
Juan Monge, presidente de la Fundación Castillo Córdova, informa que durante estos dos años han estado pendientes de las necesidades del área, aunque no pueden cubrir a la totalidad de la población.
Para ello, se necesitaría la participación de entidades gubernamentales, lo que esperan suceda en el próximo gobierno, pues la necesidad es muy grande.
Llega ayuda
Para los próximos tres años, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) pondrá en marcha un plan de asistencia alimentaria, que beneficiará a unas 200 mil personas por año.
Pablo Medina, oficial de información del PMA, explica que con alimentos atenderán a municipios de alto riesgo.
Distribuirán 44,520 toneladas métricas de maíz, frijol, aceite y un alimento nutritivo mezcla de maíz y soya.
Medina aclara que los municipios que atenderán son aquellos con alta vulnerabilidad, pero que la lista puede ampliarse, dependiendo de la necesidad existente.
Algunas fuentes del PMA señalaron que hasta ahora se distribuyen alimentos, porque el gobierno tardó mucho en dar la autorización. Sin embargo, Medina no quiso comentar al respecto.