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Latinoamérica

Guerra contra el pueblo.

FARC-EP.

Un nuevo gobierno clandestino Convocamos a fortalecer el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia y a construir el Nuevo Gobierno que defienda la Soberanía Nacional, legisle buscando el bienestar de las mayorías y reconcilie la familia colombiana teniendo como soporte la justicia social porque el destino de nuestra patria no puede ser la guerra civil a que nos lleva el Régimen de Uribe Vélez.

Tomado de las FARC-EP.
Web: www.farcep.org.

Dicen quienes conocen de estas materias, que en la guerra hay que ocultar la estrategia que sirve de eje a ésta para sorprender siempre a quien ha sido señalado como enemigo. Y sobre todo en el desarrollo de la táctica y del arte operacional y nada mejor que contar con medios masivos de difusión a fin de desviar la atención pública hacia otros objetivos. Sino que lo diga Bush con su guerra en Irak y el robo de su petróleo.
También hablan los entendidos en la guerra de guerrillas, que éstas pueden ser derrotadas de manera contundente, cuando no han consolidado las fases avanzadas del despliegue estratégico que se han fijado y que a lo sumo se podrá llegar a un final del conflicto, de la mejor manera posible, mediante el diálogo y no mediante la derrota militar. Ejemplos abundan en este sentido.
El conflicto colombiano, en términos generales, lleva largos cincuenta años y las verdaderas causas del mismo no han sido removidas, tampoco se han producido cambios fundamentales, como la reforma agraria, por ejemplo. Ha sido prolongado porque un sector de la sociedad, cada vez más pequeño, se lucra de la situación, acrecienta sus capitales, tierras, medios de producción y economía concentrada.
En estas condiciones el replanteamiento estratégico de las fuerzas armadas oficiales, su despliegue en brigadas móviles, batallones de alta montaña, soldados campesinos, millón de sapos y aumento de pié de fuerza; zonas de rehabilitación (léase: teatros de operaciones) y facultades a los militares para empadronar, detener, desterrar, allanar, capturar etcétera, apuntan es a controlar a la población civil y desarrollar el fascismo.
Así como el gobierno de Estados Unidos, primero desplegó sus fuerzas militares y luego, mediante presiones económicas, políticas, diplomáticas y militares, trata de imponer el ALCA en América, Uribe Vélez, su discípulo preferido, después del despliegue de sus fuerzas, entra a privatizar Telecom., ECOPETROL, los Seguros Sociales, la Empresa de Servicios Públicos de Cúcuta y así cumplir sus compromisos internacionales con el imperio.
Los analistas independientes de la guerra interna en Colombia, saben que se aproxima a grandes pasos la unidad del movimiento guerrillero, especialmente de las FARC-EP., con el movimiento insurreccional en las ciudades y por ello saben también que las campañas del gobierno sobre deserciones, bajas, capturas masivas de guerrilleros, milicianos y luchadores clandestinos, son pura paja, cortinas de humo. ¿Y entonces la gran cantidad de detenidos, muertos y "reinsertados" que se ven por la televisión? Unos son montajes de propaganda, otra delincuencia común, y la mayoría gentes que no tienen nada que ver con el conflicto, pero que si son potenciales opositores políticos al régimen, luchadores sociales, desempleados, habitantes de barrios pobres que podrían alzarse de un momento a otro. También uno que otro infiltrado en las guerrillas, desertor o desesperado por ganarse algunos pesos.
Lo cierto es que las condiciones de vida y la miseria, aproximan una salida abrupta. La injusticia social, el acaparamiento de la tierra, las grandes ganancias de los ricos y poderosos dueños del país y la mala distribución del ingreso; el aceleramiento de las privatizaciones, la pérdida de soberanía y la facistización del régimen, no están dejando otra salida distinta a la insurrección de los trabajadores de la ciudad y del campo.
Para demostrar lo anterior, con argumentos de organismos internacionales, no propiamente de carácter democrático y menos revolucionario, la ONU, veamos el informe de su programa para el desarrollo: PNUD, al balancear 10 años de la sociedad colombiana. Entre otros planteamientos dice que ha sido constante la caída del ingreso per cápita y el empeoramiento de la distribución del ingreso.
Sigue diciendo el informe que en 1992 del total de empleados del país, el 36.4%, devengaban menos del salario mínimo. En el 2000, del total de empleados quienes devengan menos del salario mínimo eran 47.5% y hoy son el 50%. Y concluye que 30 millones de pobres de los 42 millones que tiene Colombia, es una cifra alarmante si se tiene en cuenta que 10 millones de los 30, son pobres absolutos.
Dice además que en los últimos 4 años las filas de los pobres en Colombia, han sido engrosadas con 5 millones de personas más. Es decir que cada hora 142 colombianos ingresan a la pobreza absoluta.
Para abundar en pruebas, veamos lo que dice una entidad oficial que no es propiamente el poder moral que quisiéramos, sino más bien la tapadera de ollas podridas del bipartidismo, la Contraloría Nacional, que asumirá las funciones departamentales y municipales según la reestructuración Uribista.
Dice que 1.08% de propietarios posee el 53% de la tierra en Colombia.
Sigue diciendo la Contraloría que el 20% más rico de colombianos, que en 1990 ya lo era 17 veces más que el 20% más pobre, hoy es 20 veces más rico.
Corolario de lo anterior es que la militarización de Colombia, apunta a controlar por la fuerza de las armas a más a las dos terceras partes de la población, que luego de aguantarse 14 gobiernos bipartidistas y tres generaciones derrotadas por la guerrilla, de generales corrompidos, van a asumir el papel histórico de sacar al país del pantano de la guerra y ha imponer un régimen auténticamente democrático y popular.
Esta perspectiva va tomando cuerpo con la presencia del gobierno que en la clandestinidad, ha sido propuesto por las FARC-EP en contraposición al ilegítimo de Uribe Vélez.