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Latinoamérica

16 de agosto del 2003

América, la justicia tuerta

Reinaldo Bolívar
Rebelión

El cáncer de la corrupción y el clientelismo político en la justicia es una epidemia en toda la América: latina y anglosajona. La CEPAL y el Banco Mundial afirman que una de las grandes causas del atraso de los países es la debilidad de sus instituciones. De éstas, el eslabón más débil es el poder judicial el cual es muy vulnerable a los intereses económicos y a los compadrazgos polítiqueros..
Continuos estudios en Estados Unidos indican que en ese país el acceso a la justicia está, de hecho, prohibido a las personas de escasos recursos y que en las cárceles son pocos los presos por delitos de corrupción. Las prisiones son para los pobres que no pueden pagar un abogado y muchos menos una fianza. Este modelo se reproduce en todo el continente americano..
El mal se torna más dañino en los niveles superiores, como las Cortes Suprema de Justicia. Es común que antes de que un caso vaya a los tribunales, se averigüe el nombre de los jueces para ver su tendencia política o su debilidad económica. Aquello de "¿Cuánto vale un juez?" está más vigente que nunca. Abundan los casos..
En Estados Unidos, la Corte Federal de Florida declaró presidente a Bush, a pesar de que el otro candidato ganó con una ventaja de 300 mil votos. Casualmente, el Gobernador de Florida es el hermano del hoy Presidente designado (que no electo). Comentario aparte merece el desacato del gobierno de ese país a estar bajo la jurisdicción de la Corte Penal Internacional. Una verdadera burla al derecho internacional..
Siguiendo con los ejemplos, en Argentina, la Corte Suprema había suspendido los juicios a los oficiales que durante la dictadura militar (1976-1983) violaron los derechos humanos. Hoy la sociedad consigue que el poder legislativo reabra eso casos y anule las leyes de impunidad (¿Qué hará la Corte? En Chile, la Suprema declaró que no podía juzgarse a Pinochet; hoy los familiares de las víctimas de la dictadura exigen que sean juzgados los culpables. En Guatemala, la Corte, pasó por encima de la constitución para permitir que un ex dictador, acusado por propios y extraños (como Amnistía Internacional) de grande matanzas campesinas e indígenas, fuese candidato presidencial..
Aquí en Venezuela, el máximo tribunal dejó prescribir los juicios de corrupción contra un ex presidente y su esposa. Luego, bajo el nombre de Tribunal Supremo de Justicia, impidió, contra toda lógica jurídica nacional y mundial, que se abriera juicio a los militares que eliminaron por horas el orden constitucional, e incluso destituyeron "por ilegítimos" a los magistrados del TSJ. Ahora, en una nueva violación constitucional, sin respetar el equilibrio y colaboración entre poderes, el TSJ pretende convertirse en una Asamblea Nacional paralela y designar al Consejo Nacional Electoral en una acción que en nada contribuye a la búsqueda de la paz política en Venezuela. El TSJ no ha entendido su rol de orientador constitucional y bajo el amparo de última instancia arremete contra lo novel Constitución Nacional y por tanto contra la paz de un país agitado por la coyuntura política..
Todo lo anterior da la razón a los que afirman que el funcionamiento coartado del actual poder judicial venezolano como el de toda la América es una piedra de tranca para el desarrollo de las naciones..
(*) En Venezuela, tuerto es la persona que tiene un sólo ojo..
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