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Latinoamérica

"Lucio, traidor del pueblo" gritan los ecuatorianos

Maestros detenidos por protestas callejeras y los indígenas marchan al Congreso Nacional

Por: EL COMERCIO

Organizaciones indígenas y laborales iniciaron hoy una jornada de protestas en contra de la política económica del presidente Lucio Gutiérrez.
La Policía se enfrentó hoy con una marcha de maestros de la UNE que intentó ingresar al centro de la ciudad, y detuvo a trece dirigentes, quienes están presos en el cuartel Modelo. Entre los detenidos está Jorge Escala, presidente de la UNE en Guayas.
El gobernador de la provincia del Guayas, Carlos Polit, justificó las detenciones en Guayaquil porque las marchas no estaban autorizadas y bloqueaban la circulación de personas y vehículos. Las protestas comenzaron en el sur de Guayaquil con la quema decenas de neumáticos, pero la intervención de la policía y los bomberos terminó con esa manifestación.
Las fuerzas del orden reprimieron también en Guayaquil las protestas de los jubilados, que rechazaban la propuesta del Ayuntamiento de abrir un seguro municipal, pues consideran que mermaría los recursos que recibe el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). La policía disolvió la marcha de los ancianos con la utilización de gas lacrimógeno.
En Quito, los indígenas marchan pacíficamente hacia el Congreso Nacional y el vecino parque de El Arbolito. El tránsito por el sector es caótico.
En las protestas los manifestantes portaron un féretro con la leyenda 'Lucio, traidor del pueblo' y lo quemaron frente al Parlamento, donde se produjeron roces con la policía que intentaba impedir su ingreso en el Legislativo, hasta donde al final entró una delegación a conversar con los diputados.
Manuel Gachi, representante de los indígenas, denunció que la policía obstaculizó en las carreteras el paso de unos 20 autobuses que transportaban desde las provincias a personas que iban a participar en la marcha.
Pedro de la Cruz, otro de los líderes indígenas, expresó su indignación por las requisas que efectuaban los policías en los autobuses y aseguró que los indígenas 'no van armados'. De la Cruz reiteró que habían anunciado que las manifestaciones serían pacíficas.
Mientras, el palacio presidencial de Carondelet (sede del Ejecutivo), donde el jefe de Estado, Lucio Gutiérrez, celebró hoy una sesión de Gabinete, amaneció fuertemente custodiado.
Las autoridades dijeron que se desplegaron casi 30.000 efectivos en ciudades de todo el país, custodiando edificios gubernamentales en Quito, pero prometieron no reprimir a los manifestantes siempre y cuando no irrumpan al orden público.
'Estamos dando las facilidades y la seguridad necesaria para que el pueblo pueda expresarse libremente dentro de los cánones establecidos, esto es en forma pacífica', dijo el ministro de Gobierno (interior), Felipe Mantilla, en una entrevista al canal de televisión Gamavisión.
Gutiérrez, quien asumió en enero apoyado por los indígenas y movimientos izquierdistas, terminó hace dos semanas la alianza que lo llevó al poder, quedándose sin el apoyo político necesario para ejecutar proyectos cruciales para sostener un programa crediticio con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La ruptura vino tras semanas de pugnas entre los indígenas y el gobierno respecto al acuerdo suscrito con el FMI en marzo por 205 millones de dólares, que trajo consigo un austero programa económico.
Las políticas exigidas por el FMI en sus programas han sido por años un punto de divergencia en Ecuador entre los gobernantes y los indígenas, quienes provienen de los sectores más pobres del país y ayudaron en el 2000 a derrocar el entonces presidente Jamil Mahuad en manifestaciones callejeras.
Gutiérrez, un coronel retirado que encabezó al levantamiento del 2000, busca apoyo tanto en el Congreso de 100 miembros, donde su partido Sociedad Patriótica (PSP) cuenta con seis legisladores, así como en las calles, con una marcha a favor de su gestión convocada para el viernes por el PSP.
La mayor organización indígena del país, la poderosa Confederación de Nacionalidades indígenas (Conaie), no convocó a sus miembros a la marcha y les dejó en libertad de participar.