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Latinoamérica

14 de julio del 2003

Batlle el dislate y el tiempo perdido
Continúa la huida hacia delante

Carlos Santiago
Lo que faltaba. El doctor Jorge Batlle, dueño de un lenguaje sorprendente y de un discurso más que contradictorio, volvió a meter la pata. Ahora dijo que Eduardo Aninat, una de las altas autoridades del Fondo Monetario Internacional, le había solicitado la renuncia a su cargo en el caso de que el país tuviera que ingresar al default.
"Lo mismo que ocurrió con De la Rúa", habría dicho nuestro mandatario, que hizo rememorar el blooper que protagonizó hace un par de años cuando lo entrevistó la cadena Blumber de EE.UU. y, ante las cámaras, con los micrófonos abiertos, sin que el periodista hubiera finiquitado la nota, acusó a "todos" los argentinos de ser "ladrones" Una oleada de vergüenza ajena invadió a todo el país, que se acrecentó cuando el propio Batlle concurrió a la Casa Rosada, para, entre lágrimas, pedirle disculpas al por el entonces presidente Eduardo Duhalde que sometió a nuestro mandatario a una humillación pública, ante las cámaras. La sorprendente escena, quizás la única en que un presidente al igual que un niño mal criado, llora por la falta cometida, fue retrasmitida en todo el mundo.

Un espectáculo similar, queremos suponer, no se debe haber producido con un presidente de la República en toda la historia del periodismo mundial.

La oleada de vergüenza que afectó a los uruguayos no fue suficiente para movilizar a los organismos del Partido Colorado o a la llamada coalición de gobierno, que, es bien claro, debieron pedirle la renuncia para que pusiera fin a ese descalabro sistemático que ridiculiza al país en todos los ámbitos.

Se imaginan los lectores lo que se debe pensar de Batlle tanto en el gobierno argentino, como entre los altos funcionarios del FMI.

Muchos están esperando a que hable y que produzca otro blooper para regocijarse con el deterioro de un gobierno que, además de su implacable aplicación del modelo, absolutamente negativo para el país, no ha hecho más que movilizar situaciones negativas para los uruguayos, tanto en lo material como en lo conceptual.

Esta es solamente parte de la anécdota, que podríamos ampliar con las contradicciones de Batlle sobre la integración de Uruguay primero al Nafta, luego al ALCA, volviendo más adelante a reiterar la importancia del MERCOSUR, descartando las relaciones comerciales 1 a 1 con EE.UU., o con la Unión Europea y, últimamente indicando que hay que aprender de Chile por sus negocios con el lejano oriente, India, China, etc.

Pero, además de la anécdota, se encuentran los hechos concretos. El gobierno de este contradictorio señor que es la quintaesencia del ultra neoliberalismo, que tiene como método teórico el dejar a la economía sin intromisiones, para que su desenvolvimiento, determine por si misma los mecanismos que la lleven al equilibrio. ¡Lástima! por los uruguayos, por quienes vivimos en este país. Ya hay más de un millón que sobreviven o mueren por debajo de la línea de la pobreza, y las condiciones sociales se siguen deteriorando a tal nivel que es evidente el resquebrajamiento de la familia como unidad esencial de la sociedad, con consecuencias trágicas de todo tipo. Ese "rebote", ¿ cuándo se producirá? ¿Cuándo seamos 2 millones lo que estemos bajo la fatídica línea que determina la marginación, el desamparo y la reducción de las expectativa de vida.

La violencia desatada por sectores de población marginada que para subsistir no tienen otro camino que el delito, el cirujeo o la mendicidad. Cualquier uruguayo ha podido observar con horror a familias enteras alimentándose de restos que quedan en la basura, como se señala de manera brutal en "Aparte", la película de Mario Handler que sigue sorprendiendo. Los sectores de las clases medias se ven abrumados por esas ampliadas imágenes que, de alguna manera, son con las que convivimos todos los días.

Destructuralización familiar a la que contribuye, además, la corriente migratoria integrada fundamentalmente por jóvenes que deben abandonar nuestro territorio, destrozando familias, para encontrar en otros horizontes lo que aquí se les niega: trabajo.

Un desechado juicio político

Pero hay más que la vergüenza ajena provocada por las "infelices" y/ o "ridículas" contradicciones del mandatario. Deben sumarse otras transgresiones, sin duda más graves que deberían, en este caso, no solo disparar una reacción de sus correligionarios, sino también detonar una deflagración política que impida que en el futuro se dilapiden los fondos públicos.

¿Cómo se puede aceptar, sin concretar una acción política, que el presidente Batlle, avalara con decretos, las órdenes verbales dadas por el ministro de Economía Alberto Bensión, para transferir alrededor de 600 millones de dólares, depositados en la Tesorería de la Nación destinados a pagar el Presupuesto, a tapar los agujeros dejados por banqueros inescrupulosos y, además, por quienes con una miopía cercana a la ceguera, no advirtieron que la mecánica del sistema financiero requería una reforma profunda.

El presidente Batlle, que es tan ligero en sus palabras como en sus acciones, resolvió utilizar todo el dinero del país para que los capitales "golondrina" depositados en el sistema financiero que se estaba cayendo a pedazos, escaparan del país sin ningún tipo de quitas. Y ello sin ningún reparo. Los mismos que no existieron para resolver "acorralar" los depósitos de los ahorristas que, todavía, no han podido rescatar ningún peso de los bancos liquidados.

¿Pueden las visiones estratégicas oponerse a las inevitables sanciones políticas? ¿La democracia no requiere de la aplicación sistemática de los reaseguros legales, establecidos en la Constitución de la República, para realimentarse?

El tiempo dirá cual es la respuesta a esta pregunta pues en país en su conjunto no soporta más la política de los neoliberales que esperan "el rebote" para medir la recuperación. Para Ceres, (Ernesto Talvi, dixis) quintaesencia de la superficialidad discursiva al servicio de la derecha, que trata de convencer a empresarios que quieren escuchar cantos de sirena, que haya habido cuatro mediciones sucesivas de que el país ha dejado de caer. Para ello es suficiente una medición propia de Ceres. Y ello aunque la Dirección Nacional de Estadística siga informando que continúa el derrumbe del consumo, que el deterioro de la capacidad industrial continúa, que aumenta la morosidad en el pago de los servicios, cuyos insumos siguen deteriorándose, que sigue adelante la caída en la marginalidad de cada vez mayores sectores de la población.

La verdad que estos 15 meses que nos quedan para tomar la sopa Batlle, aunque no la queramos, serán de males estomacales e intestinales de difícil pronóstico. Además, concienticémonos todos, que la huida hacia adelante del gobierno continuará, quizás, con mayor virulencia.

Tratarán de concesionar, de privatizar todo lo que les pase por sus cercanías. Quieren un país arrasado, en que el gobierno popular que se avecina, comience a reestructurar la economía desde un menos diez.

Es una lástima, por todo el tiempo que se sigue perdiendo.
Carlos Santiago
(
http://www.bitacora.com.uy/128general.htm)
Periodista, secretario de redacción de Bitácora. Uruguay.