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Latinoamérica

16 de julio del 2003

Primeros meses del Gobierno Lula: Entrevista con Sergio Haddad, presidente de la ABONG
"El desafío de una oposición crítica comprometida"

Sergio Ferrari
Rebelión
Pasado el primer medio año del gobierno de Lula en Brasil, el momento de la evaluación se impone en una nación de 170 millones de habitantes y donde las reivindicaciones sociales, por momentos explosivas, siguen presionando sobre la agenda nacional.

Sergio Haddad, presidente de la Asociación Brasilera de ONG (ABONG), de visita en Suiza para animar un curso de formación de E-CHANGER, acepta el desafío de elaborar un balance. ABONG (que reúne unas 300 ONG progresistas) y el mismo Haddad integran la secretaría ejecutiva del Foro Social Mundial, del cual junto con otros siete movimientos sociales brasileros, son fundadores. Economista y educador participa también como delegado en el Consejo Económico Social, instancia de consulta multisectorial creada por el presidente Lula.


P: Pasaron ya más de seis meses de la llegada al gobierno del presidente Lula el primero de enero del año en curso...Buen momento para una evaluación.

R: Sin duda. Pero antes de analizar la gestión gubernativa es importante recordar el marco en el cual el Partido de los Trabajadores (PT) dirigido por Lula ganaron las elecciones. Permite clarificar la comprensión.

VICTORIA ELECTORAL « CONDICIONADA »

P: Adelante...

R: El origen de la victoria, para simplificar, está marcado por tres factores fundamentales. En primer lugar, es el resultado de un largo proceso de democratización en el país. El PT ya había ganado varios municipios y Estados (provincias, cantones) en elecciones anteriores, adoptando desde hace tiempo una estrategia electoral dentro de ese amplio proceso democratizador. Lula era el punto de referencia indiscutido. En segundo lugar, la victoria es la consecuencia lógica de un profundo fracaso del modelo neo-liberal del ex-presidente Fernando Henrique Cardoso y pre- dominante en todo el continente. Basta recordar la crisis profunda de Argentina a fines del 2001 y todo el 2002 como marco de lo que puede ir mal y explotar. Y en tercer lugar, entender que Lula y su equipo se esforzaron por hacer de su candidatura algo más vendible y aceptable por el conjunto de la sociedad con el objetivo de ganar esas elecciones. Es evidente que la victoria de Lula no es el resultado de un proceso automático de concientización y de salto cualitativo en la organización popular brasilera. Y es importante tener presente que en la mitad de la campaña, cuando las posibilidades de victoria se acercaban, Lula presentó una carta-compromiso con el pueblo donde anticipaba todo lo que está haciendo ahora: pago de la deuda; elevación de la tasa de intereses; cumplimiento estricto de los compromisos internacionales etc.

P:¿Quiere decir que Lula no contradice su programa electoral?

R: Había anticipado respetar el ajuste... En la línea de tres desafíos principales. Dar respuesta a una coyuntura económico-internacional muy compleja de pérdida de la confianza de los capitales hacia Brasil -siendo el nuestro un país dependiente de las inversiones externas. Frenar el proceso inflacionario, la depreciación de la moneda, la fuga de capitales y el aumento del *riesgo Brasil* como realidad alarmante. Y, además, construir una sustentación política a largo plazo. Que significa ampliar las bases parlamentarias y sociales a través de alianzas al mismo tiempo que se implementa una estrategia de desarrollo social que consolide sus bases...Porque es evidente que los partidos de derecha y centro lo sostendrán en tanto siga existiendo un apoyo popular, sino lo dejan caer.

ORTODOXIA EN EL AJUSTE

P: Volvamos a la evaluación de la primera parte del gobierno.

R: Según el equipo de gobierno se tratan de impulsar medidas para superar los desafíos coyunturales con la idea de crear las condiciones necesarias para los cambios estructurales, de fututo. Para eso, utilizó lo más ortodoxo de las medidas de la política que le precedió y que por cierto no resolvieron para nada en estos primeros meses el agudo tema del desempleo y la marginación de un 57 % de la población económicamente productiva. Se aplicó hasta ahora una política conservadora. El gobierno asegura que está cumpliendo lo que se propuso. El problema es el futuro después de este semestre, la implementación de un verdadero programa de desarrollo social. Es cierto que el gran debate presupuestario para los próximos cuatro años comenzará en el parlamento en algunas semanas. Hasta ahora Lula actuaba con el presupuesto diseñado y heredado del gobierno anterior y con las prioridades del mismo.

P: ¿Cómo piensa continuar el gobierno?

R: Hay un primer diseño sobre la estrategia del desarrollo sobre la base de la idea del consumo de masas. Tratar de utilizar la capacidad de producción y consumo en gran escala pensando en la enorme población del país. Un crecimiento a partir de la inclusión social, de los más pobres, incorporándoles en el mercado de consumo, reconvirtiendo toda una industria hoy por hoy pensada para un consumo de élite; ampliar la exportación y renegociar la deuda y la entrada de capitales productivos. ¡El problema es cómo implementar todo eso! Porque hasta ahora se constata que si bien ejecutaron lo prometido y la ortodoxia resultó *satisfactoria* en la lógica gubernamental, a nivel estructural se agravó la situación de dependencia.

HAMBRE *0*, MAS IDEA QUE REALIDAD

P¿Qué impacto tuvo el ampliamente publicitado -incluso a nivel internacional- programa * Hambre 0* que busca, sustancialmente, reducir la miseria de las grandes mayorías?

R: Siento que la idea vino antes que la real capacidad de su implementación. Y por el momento, si bien ahora parece tomar cuerpo, no prosperó mucho y amenaza debilitar expectativas reales de amplios sectores. Su inoperatividad puede hacerle perder fuerza. Con el agravante que, a pesar de las buenas intenciones, se comprueba una gran falta de coordinación en la acción social del gobierno. Hay buena coordinación política; hay coordinación económica; hay señales positivas de diálogo social...pero eso no se reproduce en lo social.

P: ¿Cómo son hoy los niveles de popularidad del gobierno en relación al altísimo reconocimiento al momento de su ascenso?

R: Cayó un poco pero no mucho. Lula propone dos reformas fuertes. Una de naturaleza fiscal y otra en la previsión social. Y las presenta en la perspectiva de recortar los privilegios de las minorías, de ampliación del mercado laboral y de mejoras sociales. Pero hay contradicciones. Un ejemplo, en el país el pago de la jubilación mínima para los trabajadores rurales de más de 60 años es uno de los mecanismos más coherentes y efectivos de distribución de la renta y la riqueza. Extenderlo sería mucho mejor que cualquier otro mecanismo...Pero no está realmente contemplado. Hambre 0 tendrá éxito si se liga a la profundización de la reforma agraria; a la redistribución de la renta y a otras medidas estructurales de cambio.

EL DIALOGO COMO CARISMA DE LULA

P: ¿Un panorama un tanto sombrío?

R: Diría, más bien, una realidad económico-social compleja llena de riesgos. Sin embargo quisiera mencionar elementos muy importantes de estos primeros meses. Por ejemplo, la fantástica capacidad de diálogo del presidente Lula con todos los sectores sociales. Ejemplos: las permantes reuniones con todos los gobernadores estatales, independientemente de sus pertenencias partidarias. Hizo ya tres encuentros. Algo casi desconocido hasta ahora. De igual forma la conformación de un Consejo Económico y Social que organizó el presidente y su equipo. Allí participan entre 80 y 90 personas, por mitad, representantes de la empresa. La otra mitad, prioritariamente delegaciones sindicales pero donde se incluyen otros actores, como el Movimiento Sin Tierra (MST). Yo mismo integro ese Consejo en representación de las ONG. Es un ejercicio muy interesante. Hay reuniones continuas. Esos representantes deben discutir en conjunto y no bilateral o sectorialmente como se hacía antes en la cultura política predominante. Lula preside encuentros mensuales con todo el Consejo. ¡Es impresionante de ver esa variedad de composición! Un tercer ejemplo, el proceso de elaboración colectiva del Programa Plurianual.

P: ¿En qué consiste?

R: En audiencias públicas que se hacen en cada Estado, donde participan unos 200 líderes sociales y empresariales locales. Lo que significa, un proceso a nivel nacional que involucra a más de 5000 dirigentes que participan en todo el país. La idea es ir definiendo ejes de ese plan de gobierno. Además, cada ministerio, reproduce el debate con los interlocutores de su propio sector. Por ejemplo, el de educación, consulta a los actores de esta esfera en torno al programa.

P: ¿Todas esas instancias tienen poder resolutivo o solamente consultivo?

R: Son ámbitos de consulta. Pero insisto, expresan una voluntad de cambio en la forma de hacer la política. Tiene que ver con valores propios del Partido de los Trabajadores y a experiencias muy enriquecedoras, como las del prespuesto participativo, que se integran en esas dinámicas de diálogo. Por otra parte, todo el mundo es consciente que con el concepto de participación no se juega. Se puede reunir una instancia consultiva dos o tres veces. Pero si no tiene repercusión, si las reflexiones no son incorporadas de una u otra forma por las autoridades, el riesgo de desgastar ese mecanismo es grande. Y todos están muy atentos a esto. Me permito subrayar que veo una gran esperanza detrás de estos mecanismos de diálogo. Son instancias participativas que abren el marco del Estado, que insinúan la capacidad de lucha para abrir más espacios y defender posiciones más coherentes con las reivindicaciones de abajo. Son un medio posible para que el actual gobierno de Lula, de centro-izquierda, se apropie más de la izquierda en la medida en que se renuevan las presiones desde la base de la sociedad...

P: ¿Otros aspectos positivos de estos seis meses?

R: La política internacional de Lula. Se ha mostrado muy hábil, independiente. Es la posibilidad de ejercer un cierto liderazgo. Hay que recordar que sobre todo en América Latina Lula tiene un impacto innegable.

¿ALCA O MERCOSUR?

P: Se habla de una política internacional positiva pero al mismo tiempo hay señales que indican que Lula entraría en materia en discutir sobre el ALCA (Acuerdo de Libre Comercio para las Américas). ¿No es contradictorio con la autonomía de la que se hablaba antes?

R: Lula nunca se había expresado por un no al ALCA en su programa de gobierno. Hay que reconocer además que en la gran campaña del plebiscito contra el ALCA en el 2002, el Partido de los Trabajadores no se involucró orgánicamente. Fueron actores sociales, como el MST, comunidades eclesiales de base, organizaciones asociativas, algunos sectores o individuos del partido y las ONG que la impulsamos.

Para el gobierno la propuesta sería reforzar y extender el MERCOSUR (mercado regional de Sudamérica) y entrar a discutir el ALCA con condiciones que no perjudiquen al Brasil y a la subregión. No se puede olvidar que las presiones son enormes y que los Estados Unidos son el principal socio comercial de Brasil.

P: Compleja trama la de la actual etapa brasilera. ¿Cómo situarse en tanto dirigente social?

R: Mi posición es la de promover una oposición crítica comprometida. Es el dilema y desafío de diferentes sectores sociales. Crítica comprometida implica ir en la dirección de conquistar una mayor hegemonía dentro del gobierno a favor del cambio. Pero sin desestabilizarlo. Pienso que sería muy riesgoso que de esta compleja etapa política salga como única conclusión la incapacidad de la izquierda a gobernar o la necesidad del retorno de la derecha.

Insisto: involucrarse en el campo de la política institucional para avanzar en una posición de cambio. Que el gobierno escuche y atienda las reivindicaciones de las mayorías. Con la idea de un proceso sustentable. Que le permita al pueblo aprovechar estos 4 años que tenemos por delante para crecer en su nivel de organización y conciencia en la perspectiva de los cambios de fondo y de futuro.




« Lula no cambió de bando...»: Leonardo Boff

Personalidad faro de la Teología de la Liberación, escritor, asesor de los movimientos sociales brasileros, Leonardo Boff es también amigo íntimo del presidente Lula. Su reflexión enriquece la lectura sobe la compleja etapa política que vive Brasil.

« Durante la Cumbre de la Tierra del 1992 en Río de Janeiro bajo una fuerte presión de las autoridades del Vaticano presentes en ese evento, debí tomar una decisón dolorosa: dejar el ministerio sacerdotal y autopromoverme al estado laico », señala Leonardo Boff introduciendo su reflexión sobre la actual situación de Brasil.

En esas circunstancias, y « no queriendo que un amigo se enterase de mi decisión a través de la prensa, lo busqué en su hotel y se lo comuniqué », recuerda Boff. Ese amigo, que estaba en Brasil para la Cumbre y que era el presidente cubano Fidel Castro le preguntó ante su decisión: « ¿pero seguirás siendo el mismo con la opción de los pobres y por su liberación? »

Le contesté con un *sí* categórico, admitiendo que « eso es una opción de vida », enfatiza Boff. Fidel Castro adelantó en ese momento la siguiente reflexión: « hay momentos en la vida que para seguir siendo los mismos tenemos que cambiar »

Este recuento anecdótico le permite responder a Leonardo Boff con extrema humanidad cuando se le interroga sobre el presente de la gestión de Luiz Inácio Lula da Silva al frente del más grande país latinoamericano. « El Presidente Lula cambió, como ha reconocido, porque la vida cambió. Antes estaba en la oposicion, ahora está en el poder central, inspirado en las opciones de base del partido, de la coalición que lo llevaron al gobierno. Atento siempre a la realidad concreta...Y ésta es compleja, contradictoria y expuesta a los imponderables de las políticas mundiales que no pueden ser ignoradas si queremos sobrevivir », reflexiona el teólogo.

« Gobernar en un marco sí es moverse en una relidad cuántica, llena de incertidumbres y de virtualidades que requieren capacidad de respuesta a nuevas coyunturas y flexibilidad para cambiar a fin de continuar en la misma dirección, la de rescatar Brasil », agrega.

¿Es coherente la gestión de Lula en lo que está implementando en estos primeros meses? Toda la cuestión se resume a lo que entendemos por coherencia, enfatiza Boff. « Coherencia es la adecuación entre teoría y práctica, entre cabeza y manos. Sucede sin embargo que entre cabeza y manos no hay un paso directo. Por el contrario, ambas se encuentran dentro de una realidad compleja, donde actores y factores poseen su lógica y fuerza propia, no son controlables por mi cabeza. Quien no toma en cuenta esos factores, reduce la realidad al tamaño de su cabeza. Esto hace el fundamentalismo y todo pensamiento autoritario »

Boff toma distancia y sentencia: « Cículos cercanos del gobierno comentaron hace muy poco que Lula había heredado un diluvio y un Titanic. Que el presidente está haciendo un esfuerzo inmenso para convertir el Titanic en un trasatlántico. Y que ahora está intentando manejar el trasatlántico en el rumbo para el que fue elegido. Y esto se demora porque se trata de un trasatlántico y no de un automovil ». Y remata su reflexión con un voto de total confianza: « El presidente Lula cambió para seguir siendo el mismo. Por eso no cambió de bando, en la misma lucha cambió de trinchera »