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Latinoamérica

Brasil: el conflicto armado en el campo

Estancieros afirman que van a reaccionar armados a las ocupaciones de tierras por el MST y grupos de hambrientos.
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La falta de una política agraria y un programa de distribuición de tierras en Brasil ha llevado a los Sin Tierra a crear cientos de campamentos en las orillas de las carreteras en todo el territorio. La inmovilidad del gobierno de Lula puede causar una guerra civil en el campo.
En el 2003 hubo 103 ocupaciones de tierras de latifundios y muertes de Sin Tierra. Ahora, el presidente de la UDR (Unión Democrática Ruralista, entidad que agrupa los latifundistas y estancieros), Marcos Prochet, del estado de Paraná, afirma que "Vamos a utilizar la misma agresividad para reaccionar a las acciones de los Sin Tierra". Segun Prochet, los latifundistas están armados para enfrentar a los hambrientos.
En la ciudad de Sâo Gabriel, en el estado de Rio Grande do Sul (extremo Sur de Brasil), estancieros armados esperan por una marcha de cientos de hambrientos del MST que debe llegar a la ciudad en los próximos días. En la región circulan panfletos apócrifos que solicitan que los pobladores asesinen a los Sin Tierra, ofrecéndoles comida con veneno para ratas. Son llamados "ratas" y "escoria humana que debe ser exterminada".

En el estado de Paraná (Sur de Brasil) una agrupación armada clandestina llamada PCC (Primer Comando Rural) ha incentivado la creación de milicias armadas para combater a los Sin Tierra. Esa agrupacion paramilitar es comandada por el médico Humberto Mano Sá.

Latifundistas del estado de São Paulo (Centro Este), del estado de Pernambuco (Noreste) y del estado de Minas Gerais (Centro Este) admiten públicamente la creación de grupos paramilitares.

El pasado jueves, periodistas de Agência Folha, han conversado con latifundistas en el estado de Paraná. El estanciero Ângelo Gudin afirmó que "sólo a balazos se arregla el país" y "buenos eran los tiempos de la dictadura militar".
Mientras se espera una masacre de los miserables, el gobierno Lula permanece callado. En la semana pasada, Lula ha pedido "paciencia" a los Sin Tierra. Olvidándose que el rugido de estómagos no admite "paciencia", Lula ha demontrado que ha botado todo su pasado y que ahora es solo un agente más del capital internacional.