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Latinoamérica

Hace 39 años nacieron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia

por Miguel Cruz Santos*

"Nos empujan a esa lucha, no hay más remedio que prepararse y decidirse a emprenderla...La movilización activa del pueblo crea sus nuevos dirigentes : Cesar Montes y Yon Sosa levantan la bandera en Guatemala, Fabio Vázquez y Marulanda lo hacen en Colombia.... "

Ernesto Che Guevara ( Mensaje a los Pueblos del Mundo a través de la Tricontinental, abril de 1967)
El origen de la principal guerrilla colombiana, las FARC-EP (fundada el 27 de mayo de 1964), se remonta a los pequeños núcleos de campesinos militantes y simpatizantes del Partido Comunista Colombiano que se alzaron en armas a partir de 1948 para defender sus vidas y comunidades ante la matanza generalizada ordenada por el presidente conservador Ospina, luego del asesinato, por la oligarquía y la CIA, del candidato democrático-popular Jorge Eliécer Gaitán y de la insurrección espontánea con que el pueblo respondió heroicamente (Bogotazo). Eran sin duda guerrillas de autodefensa campesina. Estas no constituían un mando central unificado ni seguían un plan estratégico para la toma del poder político por medio de la lucha armada revolucionaria.
"La guerrilla comunista se asienta y se fortalece en zonas que tuvieron en los años treinta papel protagónico en la lucha por la recuperación de la tierra, ubicadas geográficamente en el sur de Tolima y Sumapaz en Cundinamarca. Entonces, por el azar de los acontecimientos, los antiguos líderes de las ligas campesinas se convierten de pronto en avanzados dirigentes guerrilleros. Era una guerrilla, la liberal y la comunista, en su conjunto, de rostro campesino, de objetivos esencialmente agrarios, con una visión militar recortada que no traspasaba los linderos o límites de sus zonas. Pero a pesar de sus dificultades, nunca fueron derrotadas militarmente". FARC-EP: Esbozo Histórico; Cap. 1
En 1953, mientras las guerrillas liberales se acogían a la amnistía "concedida" por el nuevo dictador Gustavo Rojas Pinilla, y se insertaban en la política legal para luego caer acribilladas por balas asesinas, las guerrillas comunistas, nada ingenuas, en lugar de optar por el desarme y la desmovilización, decidieron continuar siendo el brazo armado para la defensa de sus comunidades campesinas.
El movimiento guerrillero animado por el Partido Comunista Colombiano, tras la relativa tregua de 1953, fue el único decidido a continuar la lucha de forma organizada. Operando luego en condiciones excepcionalmente adversas, la mayoría de los combatientes de esta disciplinada militancia tuvieron que replegarse hacia el sur. En Tolima, guerrilleros como Manuel Marulanda Vélez, actual Comandante en Jefe de las FARC-EP, e Isauro Yosa, desplegaron sus operaciones armadas de autodefensa campesina en la zona de Marquetalia.
En 1964 y luego de que el gobierno del Frente Nacional (acuerdo oligárquico de liberales y conservadores), presidido por Guillermo León Valencia, declarara "Republicas Independientes" y "focos de subversión comunista" a las humildes pero organizadas y aguerridas comunidades campesinas de Marquetalia, Villarrica, Río Chiquito, El Pato y El Guayabero, el ejército colombiano lanza contra éstas la más grande operación de exterminio. Era la "Operación Soberanía", también llamada "Operación Marquetalia", enmarcada en el contrainsurgente Plan LASO (Latin American Security Operation) del presidente estadounidense Johnson, mientras el Imperialismo Yanqui escalaba su guerra de agresión contra el pueblo vietnamita, y se aprestaba a intervenir directamente con su maquinaria bélica en Indochina, el Estado colombiano lanzó 16,000 soldados contra 48 guerrilleros(as) de Marquetalia. El generalato y sus asesores del Pentágono calculaban que en tres semanas sus 16,000 soldados aerotransportados en helicópteros al nudo de las cordilleras andinas lograrían la victoria militar absoluta. Sin embargo, la historia dio un giro imprevisible. Los(as) 48 guerrilleros comunistas dirigidos por el Comandante Manuel Marulanda Vélez lograron vencer el cerco enemigo y constituirse en ejército guerrillero con un claro proyecto nacional: la toma del poder político por la vía de las armas, para todos los(as) trabajadores(as) explotados(as) de Colombia.
Era éste el resultado de la lucha de clases en Colombia. Paradójicamente y para sorpresa de los explotadores de siempre, colombianos y yanquis, la agresión militar oligárquico-imperialista contra las comunas agrarias colombianas abonó significativamente la creación de uno de los movimientos guerrilleros más importantes de Nuestra América. He aquí, con la dialéctica de la historia como partera, el nacimiento, hace 39 años, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejercito del Pueblo (FARC-EP), el 27 de mayo de 1964.
"En medio del fragor de la lucha de Marquetalia, el 20 de julio e 1964, una Asamblea General de Guerrilleros proclamó el Programa Agrario de los Guerrilleros, actualizado por las ocho Conferencias Nacionales (de las FARC-EP), y desde entonces, es bandera de lucha del movimiento revolucionario y particularmente, de las guerrillas revolucionarias, en las cuales los combatientes de Marquetalia dejan de ser combatientes con una visión de lucha campesina para pregonar una visión más amplia, con la consigna de la lucha por el poder político para todo el pueblo". Esbozo Histórico de las FARC-EP; Cap. 1.
"Los planes del Gobierno no solo tenían en cuenta a Marquetalia sino que estaban dispuestos a continuarlos en Ríochiquito, El Pato, El Guayabero, Sumapaz, Los Llanos Orientales, Antioquia, y más tarde caerían sobre las organizaciones sindicales con el fin de acabar con el descontento que había con los partidos tradicionales y la cúpula que impedía el ejercicio de otras corrientes distintas al Frente Nacional, como el Partido Comunista, etc.. Además de una serie de medidas de carácter económico que entrabaron el desarrollo de la sociedad.[...] El accionar por estos días fue bueno, en medio de una situación de crisis, porque era implacable la acción del enemigo, pero la movilidad nos permitió golpear sin ser golpeados. Después de una serie de intercambios entre los dirigentes, resolvimos convocar a la Conferencia Constitutiva de las FARC...". Ibid.Cap.2.
En el ámbito político-programático de las FARC-EP, adquiere singular relieve desde su fundación el Programa Agrario de los Guerrilleros, principal bandera de lucha de esta organización político-militar. Es en el Programa Agrario de los Guerrilleros, o Programa de Gobierno de los Guerrilleros, documento aprobado el 20 de julio de 1964 en medio de la gesta heroica de Marquetalia; estudiado y actualizado en las ocho Conferencias Nacionales de la organización, y convertido en guía principal de educación, propaganda y organización para el accionar político y militar, que las FARC-EP definen con claridad su concepción ideológica y política en cuanto a sus objetivos a mediano y largo plazos, hasta la conquista del poder político absoluto por las masas trabajadoras que construirán la sociedad socialista en Colombia.
[...]Luchamos por una Política Agraria que entregue la tierra del latifundio a los campesinos; por eso, desde hoy, 20 de julio de 1064, somos un ejército guerrillero que lucha por el siguiente Programa Agrario* :
PRIMERO : A la Política Agraria de Mentiras de la Oligarquía, oponemos una efectiva Política Agraria Revolucionaria que cambie de raíz la estructura social del campo colombiano, entregando en forma completamente gratuita la tierra a los campesinos que trabajan o quieran trabajarla, sobre la base de la confiscación de la propiedad latifundista en beneficio de todo el pueblo trabajador.
La Política agraria Revolucionaria entregará a los campesinos favorecidos por ella, la ayuda técnica y de infraestructura, herramientas y animales de labor, para la debida explotación económica de la tierra. La Política Agraria Revolucionaria es condición indispensable para elevar verticalmente el nivel de vida material y cultural de todo el campesinado; librarlo del desempleo, el hambre, el analfabetismo y las enfermedades endémicas que limitan su capacidad de trabajo; para liquidar las trabas del latifundismo y para impulsar el desarrollo de la producción agropecuaria e industrial del país. La Política Agraria Revolucionaria confiscará las tierras ocupadas por compañías imperialistas norteamericanas a cualquier título y cualesquiera que sea la actividad a la cual estén dedicadas.
SEGUNDO : [...]Se liquidará todo tipo de explotación atrasada de la tierra, los sistemas de aparcería, el arriendo en especie o en dinero.[...]Se anularán todas las deudas de los campesinos con los usureros, especuladores, instituciones oficiales y semioficiales de crédito.
TERCERO : [...] Las grandes explotaciones agropecuarias, que por razones de orden social y económico deban conservarse, se destinarán al desarrollo planificado de todo el pueblo.
CUARTO : [...] Se organizarán servicios suficientes de sanidad para la atención completa de los problemas de salud pública en los campos. Se atenderá el problema de la educación campesina, la erradicación total del analfabetismo[...], se cumplirá un vasto plan de vivienda campesina y la construcción de vías de comunicación de los centros rurales productivos a los centros de consumo.
QUINTO : Se garantizarán precios básicos remunerativos y de sustentación para los productos agropecuarios.
SEXTO : Se protegerán las comunidades indígenas, otorgándoles tierras suficientes para su desarrollo, devolviéndoseles las que les hayan usurpado los latifundistas, [...] se estabilizará la organización autónoma de las comunidades respetando sus Cabildos, su vida, su cultura, su lengua propia y su organización interna.
SÉPTIMO : La realización de este Programa Agrario Revolucionario dependerá de la alianza obrero-campesina y del Frente Unido, de todos los colombianos en la lucha por el cambio de régimen, única garantía para la destrucción de la vieja estructura latifundista de Colombia. La realización de esta política se apoyará en las más amplias masas campesinas, las que contribuirán decididamente a la destrucción del latifundio. Para tal fin, se organizarán potentes uniones de lucha campesina, fuertes sindicatos, comités de usuarios y juntas comunales.
OCTAVO : Las FARC-EP, en su momento, promulgarán la Primera Ley de la Política Agraria Revolucionaria. Por eso invitamos a los campesinos, obreros, empleados, estudiantes, artesanos, pequeños industriales y comerciantes, a la burguesía nacional que esté dispuesta a combatir contra el Imperialismo,[...] a la gran lucha revolucionaria y patriótica por una Colombia para los colombianos, por el triunfo de la revolución, por un gobierno democrático de Liberación Nacional.
* Fragmentos tomados del Programa Agrario Revolucionario de los Guerrilleros de las FARC-EP
Como organización revolucionaria autentica, las FARC-EP - hoy constructora del Partido Comunista Clandestino de Colombia y del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia- en sus 39 años de aguerrida existencia mantiene y atesora entre sus grandes virtudes, en tiempos de lamentables deserciones y de desmoralizantes claudicaciones ideológicas en todo el mundo, su fidelidad, a toda prueba, a los principios que dieron origen a su fundación.
"Somos una organización marxista-leninista que encuentra también el pensamiento bolivariano, y esto nunca lo hemos negado [...] Nosotros proponemos un gobierno de reconciliación y reconstrucción nacional. Este es un proyecto en el que todos debemos participar. Obviamente, más allá de una reconciliación nacional, y como objetivo fundamental, está la construcción del socialismo en Colombia". Entrevista al Comandante Ricardo, Miembro del Estado Mayor de las FARC-EP. Revista Tricontinental; v.148; 2001.
"En el transcurso de los 36 años de vida política de las FARC-EP, han ingresado a sus filas mujeres y hombres de los más diversos sectores sociales. Ingresan voluntariamente y por tiempo indefinido; nadie devenga sueldo. Nuestro compromiso es luchar por los derechos del pueblo a la vida, al trabajo, a la educación, a la salud, a la vivienda; por los derechos políticos, por conquistar la igualdad entre mujeres y hombres, y en beneficio de los intereses generales de todos los desposeídos, marginados y excluidos; en síntesis, por la construcción de una sociedad sin explotadores ni explotados, marginados ni excluidos [...] Cada uno de los combatientes de las FARC-EP hace la lucha de clases en abierta confrontación político-militar contra las políticas de explotación y de violencia despiadada de la burguesía, mediante la combinación acertada de todas las formas de lucha revolucionaria de masas, a mejorar las condiciones de vida del pueblo". Somos Ejército del Pueblo; Documento de las FARC-EP; mayo/2000.
A lo largo de toda su vida y a partir de su nacimiento el 27 de mayo de 1964, esta excepcional guerrilla, con algunas altas y bajas en sus avatares, luchando contra todos los planes de exterminio dictados por el Imperialismo y ejecutados por el Estado Oligárquico - planes de guerra contrainsurgente en el marco de la Doctrina de Seguridad Hemisférica, "Guerra Antinarcóticos", Plan Colombia, "Guerra Antiterrorista"- experimenta, en el balance de 39 heroicos años, un notable ascenso, engrosa constantemente sus filas, aumenta y reorganiza sus efectivos, mandos y estructuras, mejora su arsenal, extiende su influencia geográfica, multiplica exponencialmente sus frentes guerrilleros, incursiona en las ciudades, organiza sus milicias urbanas, y en incesante construcción y fortalecimiento organiza el Partido Comunista Clandestino de Colombia y el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia; en fin, derrotando implacablemente todo plan oligárquico-imperialista contrainsurgente, y como ejemplo para los pueblos de Nuestra America que hoy despiertan a la lucha revolucionaria, las FARC- EP nunca derrotadas, se reestructuran, crecen, elevan su poder de fuego y se acercan cada vez mas a la constitución de una opción real de poder para los(as) explotados(as) y oprimidos(as) de la patria del comandante Manuel Marulanda y de los inmortales camaradas marquetalianos Jacobo Arenas, Isauro Yosa y J. Guaraca.
Desde julio de 2000, el Imperialismo Yanqui pretende con el Plan Colombia destruir la insurgencia colombiana y sus organizaciones guerrilleras, con el burdo pretexto de combatir el narcotráfico. Hoy, el Plan Colombia, rebautizado por el envalentonado Presidente George Bush con el Nombre de Iniciativa Regional Andina, intensifica la escalada militarista de los EE.UU. en el Caribe y Latinoamérica, amenazando con la guerra como nunca antes a los pueblos de la región.
Este despliegue militar masivo, sin precedentes en la región - aún con la expulsión reciente (1 de mayo de 2003) de la prepotente armada yanqui de la isla puertorriqueña de Vieques - y potenciado desde el 11 de septiembre de 2001 con la actual Guerra Antiterrorista de G. Bush- bases y concentración de efectivos, asesores militares, pertrechos bélicos, aviones de combate, bombarderos, helicópteros e instalaciones de espionaje electrónico en Colombia (Tres Esquinas, Palenquero, Apiay, Barranquilla y San Andrés), Ecuador (Manta y El Coca), Panamá (El Darién), Perú (Iquitos), Curazao, Aruba, Honduras (Palmerola y El Aguacate), El Salvador (Comalapa), y Nicaragua (Managua) - es realmente el brazo armado con el que la burguesía imperialista estadounidense pretende, a sangre y fuego, garantizar el éxito de su estratégica Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), y su corolario, Plan Puebla-Panamá (PPP), en concordancia con el Documento de Santa Fe IV.
"...por su naturaleza de contrainsurgencia, el Plan Colombia se dirige primordialmente contra la población civil de Colombia y tiene por fin inmediato destruir o neutralizar la resistencia de todo sujeto social opuesto al proyecto de reestructuración neoliberal de la economía colombiana y latinoamericana[...]El Plan Colombia, en la realidad es un plan militar que involucra a los países de la región-a través de la llamada Iniciativa Andina-y los compromete de diversas maneras a la intervención, y se dirige, sin ninguna duda, al control de la Cuenca Amazónica, afectando la soberanía de los países que la integran[...]"
Convocatoria al Primer Encuentro de Solidaridad y por la Paz en Colombia, América Latina y el Caribe/ San Salvador; julio de 2001.
Para justificar su intervención en Colombia, el gobierno estadounidense acusa a las guerrillas colombianas de "narcoterroristas". ¿Qué tienen que decirnos las FARC-EP sobre este asunto?
"Nosotros no tenemos relación ni mucho menos negocios con ningún cartel de drogas. Las FARC-EP rechazan el narcotráfico por principio y por ética. En materia financiera, continuaremos con nuestra política de cobrar el Impuesto para la Nueva Colombia a aquellas personas, naturales o jurídicas, enemigas de la democracia, cuyo patrimonio supere los mil millones de pesos, porque nuestra lucha es contra un Estado injusto, y contra los ricos que lo sustentan y lo usufructúan. Y si estos le dan dinero al Estado para que adelante la guerra contra el pueblo, también tienen que dárselo a este para que se defienda de la agresión. Lo demás es la desinformación". Mensaje al Pueblo Colombiano en el Aniversario 31 de las FARC-EP / Manuel Marulanda Velez.
"[...] Ya el gobierno norteamericano había elevado a la Doctrina de Seguridad Nacional la cuestión del narcotráfico. Al desaparecer el peligro del comunismo, ellos iniciaron una nueva cruzada mundial, y esa nueva cruzada debía ser un fenómeno que afectara a la Humanidad, como el narcotráfico, y que nosotros en las FARC-EP condenamos por principio y por convicción [...]".Al acuñarse ese término, narcoguerrilla, se preparó al pueblo de los Estados Unidos y a la comunidad internacional, mediante una campaña sicológica, para lo que vendría después. Recuerde que con ese mismo pretexto ellos invaden militarmente a Panamá para buscar al señor Noriega". Entrevista al Comandante Ricardo de las FARC-EP. Revista Tricontinental; v.148/ 2001.
En todos los documentos en los que las FARC-EP se expresan sobre el tema del narcotráfico, se considera al comercio de drogas ilícitas como un grave flagelo para Colombia y el mundo; problema del que las FARC-EP están conscientes y por el que se ven compelidas moralmente a poner toda su voluntad revolucionaria en función de su solución definitiva. En la Propuesta de las FARC-EP para un Gobierno de Reconstrucción y Reconciliación Nacional, dedican un punto al tema, que plantea :
"Solución del fenómeno de producción, comercialización y consumo de narcóticos y alucinógenos, entendido como un grave problema social que no puede tratarse por la vía militar, que requiere acuerdos con la participación de la comunidad de naciones e internacional, y el compromiso de las grandes potencias como principales fuentes de la demanda mundial de estupefacientes".
Sobre este asunto adquiere singular relieve por su vigencia, y por presentar una síntesis de la posición de las FARC-EP sobre el narcotráfico, el documento Militarismo, narcotráfico y neoliberalismo, de Raúl Reyes, Comandante del Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP, de julio de 1997 :
"[...] Es necesario repetir que las FARC-EP no comparten, no negocian, no tienen relación con el narcotráfico y lo rechazamos por principios y por ética, porque es incompatible con la democracia y la convivencia ciudadana y porque genera corrupción, impunidad, criminalidad, descomposición social, entre otras cosas, afectando principalmente a los jóvenes del mundo.
Las afirmaciones contrarias hacen parte a la mayoría de los casos del coro a las calumnias dirigidas a deslegitimar nuestra justa lucha y en otros, los menos, a la gran desinformación producto de la manipulación de la información por parte de los grandes medios impulsores de esa campaña, en defensa lógica de los intereses de sus propietarios. Lo que les incomoda es que no sirvamos de policías rurales para su falsa e hipócrita política antidrogas y que no atropellemos a los cultivadores de productos ilícitos arrasando con ellos y sus escasos bienes. No conciliamos con el doble juego de, so pretexto de la lucha antidrogas, reprimir a los sectores populares, criminalizar su protesta y simultáneamente lucrarse de los inmensos beneficios de ese negocio, financiando sus campanas electorales y promoviendo sus industrias y centros financieros.
Especial preocupación e intereses, merece el tema de los jóvenes, que son los mas afectados, no solo por la posibilidad del consumo y la adicción, sino también por las frustraciones de varias generaciones a las que les han cambiado los valores : se impone el objetivo de hacer dinero rápido y utilizando cualquier medio, se incrementa el consumismo a cualquier precio, se presenta como anticuada la preocupación por los problemas sociales y políticos de sus pueblos, se acentúa el individualismo y el egoísmo propios del capitalismo y la solidaridad es un anacronismo, al igual que la lucha por los derechos fundamentales.
Estamos en absoluta disposición de desarrollar una batalla contra el narcotráfico y sus consecuencias, partiendo de propuestas viables, que pasen por beneficiar a las mayorías nacionales, a los sectores populares; haciendo énfasis en los aspectos sociales, económicos y políticos y no en la represión dirigida a estas mayorías, a estos sectores populares, que están lejos de ser narcotraficantes y solo subsisten de actividades relacionadas con las drogas, obligados por las circunstancias, pues no lo pueden hacer de otra manera; mientras los verdaderos narcotraficantes, los que sacan las millonarias ganancias están tranquilos porque han desarrollado con el poder del dinero-corrupción-sus redes de protección.
Esta disposición parte del convencimiento del mal causado a la humanidad por la droga, no solo por el daño a la salud de los consumidores, sino por las posibilidades de corrupción que presenta, para la manipulación de los destinos de los pueblos, desde los aspectos económicos, políticos y sociales; estamos seguros que con grandes transformaciones en estos campos, cuando se le presente la posibilidad a nuestros pueblos de vivir dignamente de su trabajo, en condiciones de verdadera democracia y soberanía, es posible la solución del problema de las drogas y del trafico de ellas.
Íntimamente ligada al fenómeno del narcotráfico, esta la concentración de miles de hectáreas de tierra que pasan a poder de los nuevos ricos; en Colombia, el 70 % de las tierras cultivables conocidas están ahora en manos de los narcotraficantes y sus testaferros, como producto de su negocio, pero también de la quiebra a la que se han visto abocados numerosos propietarios por la aplicación de las políticas neoliberales; la consecuencia no se ha hecho esperar, Colombia es ahora el primer productor de hoja de coca, porque los campesinos desplazados por esta contrarreforma agraria, se dirigen a las zonas de colonización a sembrar, lo único que les permite subsistir, coca, amapola y marihuana; en zonas donde no hay vías de comunicación, no hay posibilidades, ni políticas de mercadeo, no hay asistencia técnica, ni mucho menos asistencia financiera; es la solución encontrada por los campesinos para no morirse de hambre.
Los campesinos se han organizado en defensa de sus vidas, no en defensa de la coca, la solución planeada a los gobiernos, en particular en el caso colombiano, donde el consumo ancestral, ligado a las culturas indígenas es irrelevante, es la sustitución de cultivos y la posibilidad de explotar otros productos agrícolas, con verdaderas garantías políticas, económicas y de mercadeo para producir en sus regiones distintos bienes de consumos derivados del sector agrario; pasando obligadamente por la construcción de la infraestructura necesaria, que no es extraordinaria, sino la indispensable para la vida de un pueblo.
El narcotráfico, como tal, realizado por quienes obtienen la primera de las grandes ganancias producidas en el negocio, al enviar la cocaína a los centros de consumo, a los países desarrollados, especialmente a los EE.UU., constituyen los verdaderos carteles de la droga; su enriquecimiento es exorbitante y esta demostrada su relación con los partidos políticos tradicionales, con las cúpulas dominantes de los países, extendiendo su poder de corrupción a todas las actividades de la economía, la política, la sociedad y hasta en la cultura y diversión.
Los distribuidores en esos centros de consumo (con la participación de nacionales de las metrópolis, nunca denunciados y mucho menos perseguidos), quienes se quedan con la segunda de las grandes ganancias, manejan la distribución también del dinero, entre el que envían como pago a los narcotraficantes y el que se queda como su ganancia, ambos movidos por la banca internacional.
Y la legalización o lavado de dineros, hecha en las instituciones bancarias de esos países, siendo la tercera de las grandes ganancias y la mas importante, en la circulación bancaria pasa a convertirse en capital financiero, soporte fundamental del neoliberalismo y mecanismo de dominación actual. En esta etapa también hay algunas ramificaciones o escalas, desde los grandes distribuidores hasta los jíbaros.
No hay real interés por resolver este problema, es un tema económico y político. Económicamente, deja grandes dividendos; solo en EE.UU., el país con una de las mayores deudas externas, se recicla el 80 % del medio trillón de dólares producido como ganancia de las drogas anualmente; esta economía se ve beneficiada realmente por esos dineros; pero no son los únicos. En los países donde se termina la legalización de esos dineros, a través de inversiones, se convierten en la base para mostrar cifras macroeconómicas positivas, pero mentirosas, porque esto no se refleja en la economía nacional, ni en los niveles de vida de la mayoría de la población Nos preguntamos la relación de estos dineros del narcotráfico, circulando vertiginosamente en las respetables instituciones bancarias-algunas de las cuales no acaban de explicar sus relaciones y negocios con el fascismo italiano y alemán, desde la Segunda Guerra Mundial-con el desmesurado incremento del capital financiero; padre, madre y sustento del monstruoso modelo neoliberal responsable del incremento de la miseria en los pueblos del mundo; ni siquiera los de los países desarrollados se escapan de esta situación, aunque pretenden esconderla buscando y señalando otras causas.
Políticamente, el tema es manipulado por los EE.UU. y los diferentes gobiernos. En el caso colombiano, todo aquel que no está de acuerdo con las políticas oficiales es declarado objetivo militar con la sindicación de terrorista y/o narcotraficante.
Es con el narcotráfico como se justifican las intervenciones abiertas y descaradas, retrocediendo a formas coloniales supuestamente superadas, que van desde las invasiones-caso de Panamá-hasta las negociaciones de la soberanía, a través de tratados para la lucha contra el narcotráfico, como los hechos por varios países del Caribe, cediendo su mar territorial para que los EE.UU. los patrullen. Colombia también firmo un acuerdo en similares términos, pasando por las imposiciones hechas por el Imperio en materia de políticas internas, hasta el chantaje, no solo a algunos de los mandatarios de algunos países, sino incluso también a los aspirantes a la presidencia; y en su conocida actuación con doble moral, caben también las incursiones en el negocio de las drogas para su beneficio-abastecimiento de narcóticos a los soldados de su ejercito en el Vietnam-y el escándalo llamado Irán Gate.
La lucha contra el narcotráfico como flagelo de la humanidad, que beneficia económicamente y políticamente al Imperio, es una lucha antiimperialista, por la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, pero también es una lucha contra las cúpulas dominantes nacionales por el beneficio de las mayorías nacionales, y hace parte fundamental de la agenda a resolver para garantizar a nuestros pueblos una vida con justicia social, digna en paz, con democracia y soberanía."
Militarismo, narcotráfico y neoliberalismo. Comandante Raúl Reyes, del Secretariado del Estado Mayor Central, FARC-EP/ julio de 1997.
En una entrevista publicada en el numero 7 de la Revista Resistencia de las FARC-EP, el comandante Raúl Reyes abunda aun mas sobre los vínculos estrechos entre capitalismo y narcotráfico, relaciones que solo cesaran con el fin del capitalismo.
" El fenómeno del narcotráfico es consustancial al sistema capitalista. Nace de sus entrañas y es parte inseparable de la corrupción, el militarismo y la inmoralidad que con la impunidad apuntalan las políticas imperiales como el modelo Neoliberal.(...)
En lo que concierne a las FARC-EP, por principio no trafica drogas. No es cierto que comercialice, tampoco transporta, no siembra, ni le vende favores a los narcotraficantes, porque es contrario a nuestra política e ideología. A pesar de esas realidades demostrables, los adversarios políticos mantienen una campaña deliberada de calumnias, enmarcada en la conocida estrategia contrainsurgente,
que cada día tiene menos credibilidad, al punto que el propio embajador gringo Miles Frechette, reiteradamente ha dicho que su gobierno no tiene informes de que la guerrilla colombiana trafique drogas, ni que sea un cartel de narcotraficantes.
(...) Ciertamente, la administración norteamericana invierte cerca de la mitad de la asignación militar para el hemisferio en Colombia, porque con el cuento de la llamada lucha contra el narcotráfico se equipan las fuerzas militares para la lucha contraguerrillera. Es que su enemigo es la oposición política armada encarnada en la guerrilla, que combate al lado del pueblo por el poder para construir la sociedad socialista, donde no pueden haber explotadores, ni explotados.(...) Los trabajadores deciden alzarse en lucha contra el mal gobierno, escogiendo el camino digno de la lucha revolucionaria, por una Colombia para todos en igualdad de derechos, en combate abierto contra el sistema capitalista. Los militares colombianos torturan, amenazan, masacran, desaparecen y asesinan indiscriminadamente al pueblo desarmado; unas veces lo hacen vistiendo el uniforme de los agentes de seguridad del Estado y en otras ocasiones bajo la sombrilla del Paramilitarismo.(...)podemos decir que buena parte, lo más corrupto, descompuesto y criminal de las fuerzas de seguridad del Estado, conforman el narcoparamilitarismo, que además financia la industria del crimen con los negocios sucios del narcotráfico.
(Entrevista al Comandante Raúl Reyes. Revista Resistencia. Núm. 7. Julio 1997)
En este glorioso aniversario de las FARC-EP y ante la sangrienta y genocida escalada de la guerra imperialista y oligárquica en Colombia (con el nefasto binomio fascista Bush-Uribe a la cabeza) que anuncia graves calamidades para todos los pueblos de Nuestra América, la solidaridad de todos(as) los(as) revolucionarios(as) con el pueblo colombiano en lucha se hace urgente. La amenaza nos compele, por nosotros(as) y por todos los pueblos del continente y del mundo, a actuar consecuentemente con nuestra conciencia solidaria. Es tarea prioritaria neutralizar y contrarrestar la creciente campaña que a través de los grandes medios de prensa internacionales al servicio del Imperialismo pretende presentar libelosamente a la insurgencia como narcoguerrilla (o narcoterrorista) y que en medio de la actual era de voraces guerras imperialistas busca crear próximamente una atmósfera favorable a una invasión yanqui sin precedentes a Colombia y al corazón de los pueblos andinos.
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* Miguel Cruz Santos es miembro de la dirección nacional de Refundación Comunista (Puerto Rico).
refundacionpcp@hotmail.com