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Latinoamérica

¿Choque o diálogo?

Leonardo Boff ALAI-AMLATINA,

Río de Janeiro.

El mundo está quedando cada vez más pequeño. La especie "homo sapiens/demens" ocupó y, en parte, depredó ya el 83% de todo el planeta. Las relaciones entre las personas y las culturas se vuelven inmediatas. ¿Cómo limitar la lucha de los egos y los intereses particulares que se sobreponen a los colectivos? ¿Cómo elaborar un consenso básico que nos permita estar juntos? ¿Cómo convivir con un mínimo de paz? Dos posiciones sobresalen, una de la escuela "realista" y otra de la escuela "ético-idealista". La escuela "realista" es representada por Samuel P. Huntington, un renombrado científico político de Harvard y ya citado por nosotros. En su famoso libro "El Choque de las Civilizaciones", con gran recopilación de datos y reflexiones, sustenta la tesis de que, inexorablemente, vamos al encuentro de un choque global de civilizaciones. Al final será el Occidente contra todos los otros. Ocurrirá, según él, una fantástica devastación de la biosfera y de las riquezas de las naciones. El escenario dramático que diseña al final de su libro nos hace pensar en la frase de Eisntein: no sé como será la tercera guerra mundial; solamente sé que la siguiente será con piedras y palos.
La posición "ético-ideal" es representada por Hans Küng, teólogo alemán católico, compañero de tribulaciones, pues también sufrió grandes censuras del Vaticano. En su ya clásico "Una ética global para la política y la economía mundial" sustenta la tesis inversa: o establecemos un diálogo entre todas las religiones y culturas, buscando puntos comunes, o entonces vamos al encuentro de un desastre nunca antes visto. Su tesis es: "Sin paz entre las religiones, no habrá paz entre las naciones".
¿Por qué comenzar por las religiones? Por una simple constatación: hoy las principales áreas de conflicto tienen subyacente una cuestión religiosa. Además el propio Huntington en su libro reconoce que "en el mundo moderno, la religión es una fuerza central, tal vez la fuerza central que moviliza a las personas. Lo que en último análisis cuenta no es la ideología política ni los intereses económicos, sino las convicciones de fe, la familia, la sangre y la doctrina, es por estas cosas que las personas combaten y están dispuestas a dar su vida". No soy como teólogo que hago esta constatación sino un científico político de la envergadura de Huntington.
El camino de la paz mundial pasa, por tanto, por el dialogo entre las religiones. En ese dialogo surgen los puntos comunes señalados ya en 1970 en la Conferencia Mundial de las Religiones a favor de la Paz en Kyoto. Pacificadas las religiones -y todavía hay mucho por hacer- se crea la plataforma para la paz política, fundada en una ética mínima del cuidado para de la Tierra y de la Biosfera, en la cooperación universal, en la corresponsabilidad de cara a nuestro futuro común y en la reverencia de cara al misterio de la existencia.
¿Por qué la propuesta de Huntington es inviable? Porque la maquina de muerte es de tal orden que ella puede destruir todo y abortar el futuro de la especie. Ya no podemos hacer más guerras como antiguamente. Hoy solo contra países débiles como vergonzosamente se hizo contra Iraq. Pero no se podrá hacer lo mismo contra Rusia y China que poseen armas de destrucción masiva. Ahí sería el fin de las civilizaciones.
Solo nos resta dialogar y aprender unos de otros para evitar el choque total y dar oportunidad a la paz perpetua, tan soñada por el filósofo Immanuel Kant.
* Leonardo Boff es teólogo.