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Latinoamérica

27 de mayo del 2003

Bolivia: El pacto, tabla de salvación

Marcos Domich Ruiz
Rebelión

La crisis general que está viviendo el país se ha manifestado los últimos días particularmente en relación a los partidos políticos neoliberales. Estos no podían exhibir mayor desastre. Los partidos de la derecha están haciendo aguas por todo lado. Todavía los sostienen a flote los aparatos que, desde el poder, les proveen de ingentes recursos económicos. Es en particular su debacle política la que los lleva a buscar, como a una especie de salvavidas, la suscripción de un pacto social. Su fracaso político, su naufragio ideológico, su hundimiento en el lodo de la corrupción y la descomposición de sus lideratos, es decir, su crisis y las causas de ella merecen un análisis, un serio intento de explicación.

¿QUÉ ES LA CRISIS?

No es fácil definirla pero, en un esfuerzo de síntesis, podemos decir que es un fenómeno indicador de que los sistemas o procesos - sociales, económicos, políticos - o las instituciones - gobiernos, parlamentos, partidos, formaciones armadas, iglesias - sufren una trabazón interna que se expresa en el no-funcionamiento normal y fluido de sus mecanismos; las leyes o regularidades, formales o tradicionales, que presiden su funcionamiento, parecen haber perdido su capacidad de acción. Más simplemente aún, podríamos decir que nada funciona como esperan los interesados, la gente, los colectivos. La medicina define la crisis como un momento de cambio en el curso de una enfermedad que, generalmente, lleva al deceso del paciente. Es la crisis terminal. Rara vez, muy rara, la enfermedad desaparece y la persona se cura.

LA DEBACLE DE LOS PARTIDOS DE DERECHA

Si se examina someramente a los partidos, particularmente de las últimas coaliciones derechistas que dirigieron al país, se observa que prácticamente ninguno de ellos escapa a la crisis. El MNR, el MIR y la ADN virtualmente están llenando las páginas de los periódicos con sus sacudones internos, sus remezones cismáticos. También podríamos referirnos a otras tiendas políticas como la UCS, CONDEPA, MBL, FRI y otros, pero la regla general, para casi todos estos, ha sido el peligro de desaparición. En algunos la desaparición ya es un hecho. Por ejemplo ¿quién se acuerda de CONDEPA? Los otros van por el mismo camino. Y no se trata sólo que carezcan de alguna representación, por ejemplo en el parlamento o en los consejos municipales. Lo que pasa es que han perdido toda influencia sobre cualquier sector social que se examine.

Volvamos a los "grandes actores políticos" y tomemos los casos del trío derechista más connotado, empezando por el titular del ejecutivo: el MNR. Es un partido que ha llegado a una situación de decrepitud política irremediable. Es el más típico ejemplo de la impotencia para aplicar alguna de sus propuestas políticas, económicas o de cualquier otra naturaleza. Es tal su impotencia que su lema de campaña electoral "Si se puede", debería ser sustituido por "No, no se puede" o más exactamente por el de "No, no puedo" en boca de un jefe que ya no "camina", según lo admitió en la conferencia nacional mirista.

FRACCIONES MOVIMIENTISTAS

En el MNR se pueden distinguir al menos tres corrientes: La corriente de los viejos movimientistas, nostálgicos de las banderas de Abril; viven del recuerdo de los buenos tiempos cuando el MNR tradujo en acciones de gobierno lo que había madurado como requerimiento social y meta popular: la nacionalización de las minas, la reforma agraria, el voto universal, etc. Los nostálgicos: la mayoría jubilados y algunos activos, todos "bonosólicos", no se atreven a cuestionar abiertamente a su actual jefe; como tampoco lo hicieron con el Dr. Paz, cuando esté dio el viraje de 180º, hacia el más crudo neoliberalismo. La otra corriente es la de los arrimados de los últimos años. Ubicuos personajes entre ex-elenos, ex-socialistas, ex-udepistas y otros ex's que aparentando alguna fidelidad a las ideas, por las cuales antes se rasgaban las vestiduras, quieren enmendar la conducta del MNR en conjunto. No tienen ninguna fuerza para hacer prosperar sus pujos y dentro de poco quedarán "con la conciencia tranquila pues, dirán, que sus esfuerzos cayeron en saco roto". La corriente más importante es la "gonista", del propio Sánchez de Lozada. Sus miembros no le objetan nada al jefe, cada día más obsecuente con la embajada norteamericana. Su real apoyo está en los institutos armados. Pero Sánchez de Lozada no ha escuchado aquella advertencia de Tayllerand a Bonaparte: "Sire, con las bayonetas puede hacer todo lo que quiera, menos sentarse sobre ellas". Por ello mismo, su permanencia en el poder es cada vez más incierta. La aplastante mayoría de los analistas, incluidos los "sistémicos", piensan que SdL no concluirá con su mandato. Por eso el recurso del pacto.

Piensa que se puede arrancar a la oposición, a los trabajadores, a la sociedad una especie de tregua que le permita llegar a concluir su mandato. Su ley-motiv es ejercer el poder durante los cinco años prescritos por la CPE; ejercerlo como sea para cumplir algunas metas como la erradicación de la coca, la venta del gas a EUA y el ingreso al redil del ALCA.

EL MIR atraviesa el peor momento de su historia. Pasar y pisar por encima de principios, de estados de conciencia; burlar lealtades, enlodarse en procedimientos dolosos y obrar en sentido inverso a las promesas, lo han conducido a una situación de una casi inevitable implosión. Algunos ven en el MIR tres tendencias: la del Alcalde Paredes, la de Doria Medina y la del propio Jaime Paz. No creemos que la primera exprese una tendencia real; a nuestro juicio se trata apenas de un estilo político mirista, consistente en aparentar independencia de criterio para acabar avalando al jefe eterno e inamovible. Sabiendo cómo funciona el MIR, es posible que mucha gente, a sottovoce, esté de acuerdo con la tendencia de Doria Medina. Al final, este buen señor no plantea otra cosa que la democratización del partido y la sustitución de los desgastados jefes máximos: Jaime Paz Zamora (JPZ) y Oscar Eid Franco (OEF). En materia social y económica su programa es el mismo que de cualquier neoliberal. Un tiempo metió alguna bulla por impuestos que escamoteaban las transnacionales petroleras. Pero no toca los problemas de fondo como la deuda externa, el ALCA y otros y vive muy apegado a la embajada de la Av. Arce. Tanto es su predicamento allí, que sus buenos oficios para que devuelvan la visa a JPZ, OEF surtieron efecto cuando parecía que se trataba de causas perdidas.

La tendencia jaimista opera sobre el temor, el ojo avizor del aparatchik Eid, y las granjerías. JPZ, con OEF al lado, resuelve listas de candidatos, ministros, embajadores y hasta cargos menores. Practica un nepotismo escandaloso (sus dos aguiluchos ya están en el parlamento). Pero por sobre todas las cosas es un timócrata (es decir un ambicioso de poder sin límites); como Fausto no trepida en vender su alma al diablo. No hay pacto imposible para él y siempre encuentra una explicación adecuada a sus frecuentes giros. Se inició como radical de izquierda, pasó a acompañar al Dr. Siles Zuazo en posiciones socialdemócratas, pactó con Banzer en dos períodos y, por último, bajo la égida y la presión del embajador Rocha, cruzó el lodoso río del gobierno de responsbilidad nacional.

Durante la última campaña electoral prometía, con la misma desfachatez de Tony Blair, una tercera vía y la revisión de las capitalizaciones del gringo "vendepatria". Pero las aguas están muy agitadas en el MIR y acompañando su irremisible declinación es probable que acabe partido. De todos modos concurrirán, aunque sea divididos a la mesa del pacto.

EL OCASO DE ADN

La criatura del dictador es un partido a la deriva. Entre pitufos y dinosaurios, a muy corto plazo, asistiremos a su desaparición y probablemente al surgimiento de dos fracciones. El legado banzerista no es nada por lo que la gente ande disputando banderas. La artificialidad de este partido queda demostrada en el hecho de que para la reinscripción de partidos, presentaron más de 400.000 afiliados. Empero, en las elecciones apenas pasaron el 3% de los votos. Pero lo central de todo esto es que ambos bandos (pitufos de Quiroga y dinosaurios de Mc Lean) son harina del mismo costal neoliberlal. La diferencias de estilo no son lo suficientemente grandes como para hacer olvidar su obsecuencia con el imperio y su origen inocultablemente derechista y autoritario, en cualquiera de sus versiones.

En el marco de semejante crisis partidaria es obvio que no les queda otro recurso que una temporal estabilización del régimen, lo que supuestamente se lograría un pacto. Pero aunque se lo suscriba ya ha recibido los santos óleos. No pueden haber pactos mientras la injusticia social, la exclusión y la explotación sigan como hasta ahora.

* Primer secretario del Partido Comunista de Bolivia y escritor