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Latinoamérica

La perestroika venezolana en tiempos de revolución

Luciano Sepede


A finales del siglo XX y principios del siglo XXI Venezuela esta viviendo unos de los cambios más trascendentales de toda su historia política, económica, social, cultural, etc, cambios que se traducen como un verdadero proceso de manera muy profunda y radical nunca vivido por los venezolanos hasta entonces.

Venezuela esta viviendo una transición política de la cuarta república a la quinta, es decir, no ha terminado de morir la vieja política y no termina de comenzar la nueva, es por eso que vivimos en tiempos de revolución, la sociedad comienza a definirse verdaderamente en un proceso de transformación, tomando la calle, realizando marchas y contramarchas, para asumir un verdadero liderazgo con propuestas, exigencias, decisiones, de una manera participativa, que ha permitido que los excluidos del sistema se organicen en función de una transformación social de igualdad de derechos en todos sus conceptos.

Hoy en día cuando el pueblo ha comenzado a despertar, nuestra sociedad tiene el gran reto de pensar que es lo que queremos como país y hacia donde vamos, ya que la clase burguesa u oligárquica del sistema han comenzado ha sentir lo que es una revolución, revolución que se traduce que sus intereses y privilegios se han convertidos en excluidos, ya que a través de sus vidas privilegiadas han vivido parasitariamente a costilla del aparato del estado venezolano, a través de la revolución se sienten como elites decadentes, es que en realidad siempre fueron decadentes porque nunca aportaron nada hacia la sociedad, según su punto de vista, los excluidos del sistema nunca deben tener derechos civiles, sociales, ni de gozar de beneficios económicos y participación política de igualdad, pues son un obstáculo para sus intereses.

Venezuela vive un proceso de purga desde que Chávez llegó al poder, ha roto todos los paradigmas habidos y por haber de nuestra sociedad, sin miedo llego a la raíz de todos los problemas donde nadie se atrevía, primero los partidos políticos tradicionales, luego la cúpula de la iglesia católica, posteriormente con el golpe del 11 de abril las fuerzas armadas politizadas de herencia partidarias de AD y COPEI, y ahora la nomina mayor antinacionalista de la industria petrolera, mañana le tocará a Fedecamaras, después la CTV y habrá que meterle la mano definitivamente a los medios de desinformación golpista y hacer un análisis profundo sobre el rol o papel que debe cumplir el periodismo.

Todo esto heredado por la putrefacción de los 40 años de gobiernos nefastos, que lo que hicieron fue empobrecer al país de miseria y pobreza, no solo de hambre, sino de mentalidad y cultura para que el pueblo callara para siempre y ellos gobernaran hasta la muerte, algo parecido al imperio Romano, pero los bárbaros tumbaron a Roma, por eso todo reinado tiene su fin, los reinos no son eternos llegó el fin para esta gente, por eso están desesperado, nunca lo estuvieron, porque nunca se lo imaginaron, saben ¿por qué?, porque subestimaron a un pueblo y a un líder, así le sucedió a Roma.

Otro viejo paradigma que se rompe en nuestra historia y que estamos viviendo en tiempos de revolución, es que en Venezuela nunca habíamos sido gobernado por un hombre de izquierda, siempre derechistas y ultraderechistas, lo que ha llevado a que Chávez imponga ideas sociales, en pro de los excluidos, ideas que es contraproducente al capitalismo universal globalizado, que defiende sus intereses particulares, es que el capitalismo no tiene ideas sociales, solo satisface al poder económico, es el Estado quién les impone las reglas del juego para la distribución de las riquezas en la satisfacción colectiva y su bienestar social.

Chávez es un hombre de izquierda, la izquierda tiene ideas sociales más no comunista, podríamos decir una izquierda o socialismo Light en tiempo de la globalización, históricamente Venezuela nunca ha tenido modelos e ideas sociales, por ser un país netamente capitalista, donde la oligarquía es dueño y rey del poder económico y del estado, es por eso que ahí comienza la mala distribución de la riqueza, los que disfrutan de esas riquezas pues son los privilegiados del sistema, más no los excluidos.

Cosa diferente sucede en el imperio del Norte como los EE.UU., es un país también capitalista, pero es el estado quién les pone las regla del juego, cuando el poder de los capitales distribuye riquezas hacia el bienestar de la sociedad, el estado se impone con el poder de imperio en cuanto a los impuestos, para así lograr su inversión social que le compete al estado en sus funciones básicas, educación, salud, vivienda etc.

Alguna vez en Venezuela hemos oído, visto que la organización Diego Cisneros, los medios de comunicación, Fedecamaras, la CTV, PDVSA, Industrias Polar, hayan pagado sus impuestos al fisco como debe ser, siendo ellos los dueños oligárquicos y señores del estado, pues para ellos pagar impuestos, prestamos bancarios y cualquier obligación financiera, económica y legal con el estado es ¿ Castro Comunismo?, es así como realmente es la manera de pensar de estos señores que más de 40 años se apoderaron de todas las riquezas del estado para sus intereses.

Es por eso que Venezuela vive una verdadera Perestroika a la venezolana, todo lo viejo, vicioso de pensamiento político, llevado a lo social y económico en todos los sectores de la vida nacional se desmorona como la torre de babel, dando paso a otras ideas totalmente nuevas, de cambios profundos y radicales, una transición que poco a poco va eliminando viejos paradigmas que la sociedad venezolana venía heredando de los nefastos 40 años de modelo totalmente agotado, consumido y carcomido, y es que no podemos regresar a tiempos pasados, pues la perestroika al estilo soviético o glasnost de Mijail Gorbachov no tuvo marcha atrás.

Tal es el caso venezolano, si Chávez saliera del poder independientemente de cualquier manera, el post-Chavismo pudiera resultar mas caótico y turbulento, debido a la ausencia de liderazgo en todos los sectores de la vida nacional, la falta de credibilidad de los medios de comunicación, la inexistencia de partidos políticos, y algo muchísimo más grave la destrucción y derogación de la Constitución Bolivariana de Venezuela, tal como ocurrió en el golpe de estado del 11 de abril de 2002, generaría un gran vacío ideológico jamás vivido en su historia, lo que llevaría a un verdadero Shock o parálisis político, económico, social de grandes períodos de inestabilidad y explosiones sociales permanentes, es por eso que este proceso es irreversible y no tiene marcha atrás.