VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Latinoamérica

27 de marzo de 2003

Análisis metodológico del régimen de Lula
¿Adónde va Brasil? (I)

James Petras y Henry Veltmeyer)
Traducido para
Rebelión por Manuel Talens (www.manueltalens.com)

Necesitamos el liderazgo estadounidense para las muchas cosas que hemos de hacer en este mundo.
Celso Amorin, Ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, 16 de marzo de 2003.

Vamos a declarar la guerra.
George W. Bush, 17 de marzo de 2003. Introducción
La elección de Luis Inacio "Lula" da Silva hizo nacer grandes expectativas en el centro izquierda. Para la mayoría de los escritores izquierdistas, su elección anunciaba una nueva época de cambios progresistas que, incluso si no eran revolucionarios, significarían "el fin del neoliberalismo". Notables figuras religiosas progresistas, como Leonardo Boff, anunciaron el "cambio" inminente, que iba a desafiar la hegemonía estadounidense y conducir a una gran participación popular. Frei Betto, un colaborador cercano de Lula, lanzó un vitriólico ataque contra los críticos que ponían en entredicho algunos de los nombramientos de Lula, en el cual recordó sus raíces populares de antiguo trabajador metalúrgico y de sindicalista durante el cuarto de siglo anterior. Olivo Dutra y Tarso Genero, dos miembros del ala izquierda del Partido de los Trabajadores designados para puestos ministeriales poco relevantes en el gabinete de Lula, exigieron medidas "disciplinarias" (la expulsión o el silenciamiento) contra Heloisa, la senadora disidente del PT que se opuso al nombramiento del senador de derecha José Sarney como Presidente del Senado. La progresía europea, estadounidense y latinoamericana, así como los izquierdistas y sus movimientos, las ONG y los periódicos se unieron a la celebración de la presidencia de Lula, de su "agenda progresista" y de su "liderazgo en la lucha contra el neoliberalismo y la globalización". Mientras que más de 100.000 participantes en el Foro Mundial Social de Porto Alegre aclamaron a Lula en enero de 2003 como héroe de la izquierda y precursor de una nueva ola de regímenes izquierdistas (junto con el presidente Lucio Gutiérrez y el presidente Hugo Chávez de Venezuela), algunos de los intelectuales partidarios de Lula (Emir Sader) le pidieron que no fuese a Davos a defender su agenda de inversiones extranjeras ante los especuladores más rapaces y los inversionistas más ricos del mundo. Además de la gran mayoría de los intelectuales de izquierda, de las ONG y de los políticos que de manera agresiva e incuestionable apoyan Lula en su calidad de fuerza nueva progresista, los medios financieros brasileños y extranjeros, las instituciones financieras internacionales (el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, Wall Street, la City de Londres y prominentes líderes de la derecha, como el primer ministro británico Tony Blair y el presidente Bush) elogiaron a Lula como "hombre de Estado" y "líder pragmático". En otras palabras, los grandes capitales, los banqueros y los líderes políticos de la derecha consideran a Lula como a un aliado en la defensa de sus intereses contra la izquierda y los movimientos populares de masas. Este ensayo analizará y evaluará las expectativas de las percepciones izquierdistas y capitalistas a la luz de la realidad política y económica. La rigurosa evaluación del régimen de Lula y de su trayectoria futura se basa en diversos procedimientos metodológicos:
(A) Un examen de la dinámica histórica del Partido de los Trabajadores (PT). No es posible entender al PT estudiando simplemente lo que era en sus orígenes, hace casi un cuarto de siglo. Los partidos políticos evolucionan a lo largo del tiempo, de la misma manera que lo hacen sus relaciones con la base social original que los apoya, sus fuentes de financiación, la composición del partido, la membresía en los congresos y las estructuras internas, tal como indicaron hace mucho los sociólogos clásicos Michels, Pareto y Weber. En el caso del PT, el cambio en relación con los movimientos sociales, los procesos electorales y la maquinaria estatal es crucial. (B) La relación entre el PT y los gobiernos nacional, estatal y local en los que ha ejercido el poder. Antes de la elección de Lula como presidente, el PT ocupó los cargos de gobernador o gobernó en coalición en varios estados importantes (Rio Grande do Sul, Brasilia, São Paulo) y en muchas ciudades grandes y medianas, incluidas Porto Alegre, São Paulo, Belém, Brasilia, Florianopolis y otras). Los gobiernos del PT han evolucionado en todos estos niveles durante los últimos 25 años, desde la socialdemocracia al neoliberalismo, y representan un importante papel en la provisión de ministros, funcionarios y actitudes políticas al gobierno de Lula. (C) El programa político económico del PT ha cambiado de manera muy significativa a lo largo de la pasada década y, en particular, durante la campaña electoral presidencial de octubre de 2002. Los entusiastas de la presidencia de Lula poco informados, en particular los observadores de ultramar, suelen referirse a los programas pasados del PT, que no tienen relevancia alguna con respecto a la política actual y a las prioridades inmediatas para el futuro. Los juicios a priori, las proyecciones de los deseos y la exuberancia excesiva e irracional han nublado el juicio de muchos de los defensores nacionales y extranjeros de Lula con respeto a sus prácticas y prioridades socioeconómicas actuales. (D) La campaña electoral y, lo que es más importante, las alianzas políticas y los pactos económicos que la acompañaron, son importantes puntos de referencia para un análisis serio y para la evaluación subsiguiente del régimen. En el terreno de las campañas electorales, lo más importante no es la frecuente "retórica populista", el "mezclarse con el pueblo", las promesas socioeconómicas de empleos y de la mejora del nivel de vida o incluso las denuncias del neoliberalismo (que es lo que suelen hacer los políticos de todas las tendencias y colores desde finales de los años ochenta), sino las alianzas sociopolíticas, las visitas a Washington y Bruselas y los pactos económicos con el Fondo Monetario Internacional y otro "centros de poder". Igualmente importante es la relación de las campañas electorales con las luchas de masas en curso: ¿exigen los políticos durante la campaña electoral que cesen los movimientos y desistan de la acción directa para no asustar al mundo de los negocios y a las elites bancarias o bien los animan y combinan con ellos su estrategia electoral? La relación entre los partidos electoralistas y los movimientos de masas y sus luchas es un indicador importante de la trayectoria futura de un partido cuando llega al poder. (E) La "imagen" y la "realidad" de un candidato es un indicador importante de la dirección del partido y su futuro curso político en el gobierno. La mayoría de la propaganda electoral se centra en el perfil pasado de su candidato, en sus orígenes humildes, en sus vínculos pasados con las luchas populares y en sus gestos "plebeyos"; a pesar de que esta retrospectiva es importante, es también compatible con una alianza actual con la elite del poder y con pactos con banqueros y grandes capitales. Lo fundamental es en qué lugar se encuentran hoy los políticos y hacia dónde van. Un análisis mediocre de clase se centrará en los orígenes sociales, mientras que el análisis riguroso examinará la movilidad de clase, los nuevos referentes y la resocialización política adulta del personaje. Existen demasiados ejemplos, pasados y actuales, de presidentes electos que empezaron siendo pobres y progresistas y terminaron ricos y reaccionarios como para pasar por alto esta hipótesis en el caso de Lula. El más reciente es el del presidente Toledo, de Perú, que se presentó vestido de campesino y como antiguo limpiabotas. Más tarde, recibió un doctorado honoris causa en los Estados Unidos, colaboró con el Banco Mundial y, tras su elección, puso en práctica un programa neoliberal profundamente reaccionario, apoyado por el Fondo Monetario Internacional y rechazado por la gran mayoría de los peruanos, incluida buena parte de los votantes pobres que se dejaron embaucar por su folclórica propaganda electoral. (F) La identidad, el historial y las políticas económicas de los funcionarios ministeriales y económicos claves. Los nombramientos del gabinete son fundamentales en la configuración de la política y en la definición de la clase y del carácter nacional de un régimen. De manera más específica, los ministerios de Finanzas, de Economía, de Asuntos exteriores y de Agricultura, así como la dirección del Banco Central, determinan los parámetros y las prioridades de la política social y económica del régimen. Estos ministerios definen los presupuestos y las posibilidades de los demás. Por ello, lo importante no es el número de ministros que representan una u otra tendencia política, sino la perspectiva política y económica de los ministerios claves y del Banco Central. (G) Las decisiones políticas y económicas durante las primeras semanas del régimen de Lula y las política estructurales que propuso, los presupuestos, los "pactos" y las alianzas nos proporcionan la base empírica para evaluar la dirección en la que avanza. Las prioridades públicas económicas fijadas por el presidente y su equipo económico con respeto a la deuda externa, el presupuesto, el ALCA, las tasas de interés, el Fondo Monetario Internacional, la reforma agraria, las pensiones y la legislación industrial tienen que enorme impacto sobre las clases sociales y definen el carácter presente y futuro del régimen.
Analizaremos el régimen de Lula de acuerdo con este método, para lo cual seguiremos los siete criterios mencionados más arriba, con vistas a evaluar de manera realista y objetiva su naturaleza y sus perspectivas.
(continuará)