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Latinoamérica

Señal de Alerta

por Herbert Mujica Rojas

¡Perú: cielos libres para narcos!

La propuesta dice: "Concesionar el control del tránsito aéreo al sector privado". ¿Quién sostiene tamaña monstruosidad lesiva al Estado y a la Defensa Nacional? Pues nada menos que una parvada de ignorantes que bajo el liderazgo de José Luis Bonifaz, del Centro de Investigación (¿qué investiga?) de la Universidad del Pacífico, integran Roxana Barrantes de Osiptel; Gustavo Guerra García, ex-viceministro de Transportes; Edgar Zamalloa del MEF; Gonzalo Tamayo de Macroconsult y....¡oh sorpresa! Alejandro Chang de Ositran. Con la excepción de este último, todos los anteriores son ilustres profanos en aeronáutica.
Dice la Constitución: "El que practica un acto dirigido a someter a la República, en todo o en parte, a la dominación extranjera o hacer independiente una parte de la misma, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince años". ¡Y esto es precisamente lo que han mocionado estos pseudo-especialistas en el Foro Nacional de Competitividad llevado a cabo con el auspicio de la Presidencia del Consejo de Ministros hace un par de días.
En efecto, en un país con cinco fronteras, con graves problemas de narcotráfico, el control del tráfico aéreo es, por ley, potestad exclusiva y fundamental del Estado. ¿Qué pasaría en caso de guerra si, por ejemplo, alguna empresa privada decide no dar la información estratégica de las posiciones de nuestras naves y las del enemigo?: muy simple, nos bombardean y pulverizan todas las ciudades importantes.
¿Qué ocurriría, le pregunto a estos burros tecnócratas, si el Cártel de Medellín o el de Tijuana, o la mafia rusa, o la Yakuza, o Chile, Ecuador, Brasil, Bolivia o Colombia, compran el control del tráfico aéreo del Perú? La respuesta es inequívoca y flagrante: tendríamos parte del país en manos extrañas y ajenas.
Con la excepción de Nueva Zelanda y parcial de Canadá, el control del tráfico aéreo en todo el mundo está en manos del Estado que supervisa, vigila, impulsa o impide manejos inadecuados o transporte ilegal de drogas o armas o contrabando. Quiere decir que este concepto es básicamente uniforme en la comunidad internacional.
Es más ¿por causa de qué estos zopencos tecnócratas sostienen que "el Estado debe asegurar y preservar el cumplimiento de las normas aéreas para mantener el estándar IATA A1 en relación a la seguridad y control del tráfico aéreo".
IATA agrupa a las aerolíneas privadas del mundo, esta ridícula aserción equivale a que el Estado peruano debe de mantener estándares dictados por el Club de Leones, por algún club de barrio o porque así lo ordena el reglamento del Atlético Bilis del Callao. ¿Qué más clase de esperpentos se tiene que aguantar de gente tan improvisada en la materia pero que sí cobra religiosamente fondos ingentes que salen del bolsillo de todos los peruanos? Una pregunta elemental: ¿se consultó con la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) o con Corpac? Si no lo hicieron como parece fluir de lo inverosímil, por torpe y traidor del planteamiento, entonces simplemente hay que tirar a la basura toda esta colección de sandeces.
Otro cuestionamiento ¿es ésta la nueva política oficial del ministerio de Transportes y Comunicaciones? ¿contra la propia Constitución? Esto merece una aclaración más que urgente.
Altas autoridades de la aviación norteamericana, alarmadas por lo absurdo de lo expresado en el Foro Nacional de Competitividad, ya han informado a sus pares de la agencia federal de los Estados Unidos. El narcotráfico celebraría con mucho alborozo si se privatizara el control del tráfico aéreo porque entonces los licitantes podrían ser todos los cárteles corruptos del mundo y se estaría sentando un precedente de los más nefastos. ¿Acaso no saben estos bobos que este es un punto neurálgico en nuestra relación con el gobierno de George Bush? Si estos tipos no son enjuiciados penalmente por rebuznar tonterías en contra de la seguridad nacional, querría decir que ya no quedan sectores dignos en el Perú. No merecen otra cosa. Y ¿sabe la Presidencia del Consejo de Ministros, qué clase de expositores está pagando? Nada puede estar por encima del cumplimiento de la ley y el control del tráfico aéreo no admite privatizaciones ni monsergas parecidas, tiene y debe continuar en manos del Estado. Así de simple. El resto son tesis ociosas e inútiles.
¿Quién en su sano juicio podría imaginarse la adopción de la "doctrina fujimontesinista" de crear zonas liberadas a través de la pérdida de soberanía estatal en el control del tránsito aéreo como política oficial de un gobierno que está tratando de luchar contra la corrupción? Parece absurdo constatar que estos torpedos fueron expuestos en un cónclave inaugurado por el primer ministro Luis Solari y clausurado por el presidente Alejandro Toledo. ¿A qué genio se le ocurrió mayúsculo disparate? Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.