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Latinoamérica


7 de diciembre del 2003

Venezuela
El pueblo bolivariano frente a las y los escuálidos

Dax R. Toscano S.
Rebelión

¡Uh, ah, Chávez no se va! es el grito de emoción, lleno de esperanza por la continuación del proceso revolucionario bolivariano que entonan los seguidores del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.

Son las y los humildes que viven en las barriadas populares, las y los que nunca tuvieron nada y que hoy están conscientes que son las y los verdaderos hacedores de la historia de su Patria, las y los que no van a dejar que se les arrebate la posibilidad cierta de construir sus sueños.

No son las y los que van al "Sambil", uno de los centros comerciales más lujosos de Caracas, a derrochar sus riquezas comprando lo que les ofrece la sociedad de consumo capitalista, tampoco son las y los que viven en las casas lujosas de la zona escuálida de Altamira (aunque también hay gente honesta que apoya el proceso revolucionario en estos lugares) ni las y los acomodados que viven en apartamentos modernos y que sacan a los balcones sus ollas de miles de bolívares para golpearlas, amargados porque el pueblo tiene un plan popular para la adquisición de alimentos, las y los que con firmeza, piden a su Comandante que les de con todo a las y los enemigos de la revolución bolivariana.

Es el pueblo, que fue vilipendiado, maltratado y despreciado por las y los escuálidos, el que se moviliza en las calles, en las plazas, el que se organiza en los barrios, en las milicias revolucionarias para defender con su vida el sueño de construir la República Bolivariana de Venezuela. Ahí están las y los niños, las y los jóvenes, las y los adultos, las y los ancianos que hoy tienen acceso a la salud, a la educación defendiendo a su Comandante.

Las y los escuálidos, es decir las y los poderosos económicamente, las y los de la "high society", las y los oligarcas, las y los que solo se interesan por ellos mismos, las y los que como decía Víctor Jara "no son ni chicha ni limoná", las y los que no quieren que Chávez y el pueblo sigan por el camino que señalaron el libertador Simón Bolívar, su maestro Simón Rodríguez y el general liberal Ezequiel Zamora.

Están preocupados las y los escuálidos. Sufren porque el pueblo ahora tiene una "Misión Robinson", una "Misión Rivas", una Universidad Bolivariana que ha dado a las y los pobres la posibilidad de que se alfabeticen, de que aprendan a leer y escribir, de que adquieran conocimientos; todo lo cual les permitirá ir acabando con la ignorancia, la manipulación y la mentira a la que le fueron sometidas y sometidos por la oligarquía venezolana.

Las y los escuálidos están molestos porque se les acabaron los privilegios que mantuvieron gracias al saqueo de las riquezas provenientes del petróleo venezolano; están enfurecidos porque hoy ese dinero se destina a los planes sociales emprendidos por el gobierno revolucionario de Hugo Chávez Frías. No les gusta a las y los escuálidos que varias de las instalaciones de la otrora central de los corruptos sindicalistas de PDVSA, hoy estén en poder de la Universidad Bolivariana de Venezuela, donde las y los jóvenes han emprendido un proceso de formación académico-profesional.

Son las y los escuálidos las y los que se oponen a que el pueblo tenga una atención médica adecuada, en forma solidaria y gratuita; quieren ser solo ellas y ellos atendidos por esos profesionales mercachifles que realizan su tarea por dinero, mientras pretenden negar al pueblo que un médico-amigo, sea un venezolano honesto o un compañero internacionalista cubano, les atienda con respeto, cariño y abnegación, a cualquier hora, en cualquier momento, circunstancia y desinteresadamente.

Amparados por una dictadura mediática, comandada por los libelos "El Universal", "El Nacional" y por los canales privados de televisión RCTV, Globovisión y Venevisión, pretenden imponer el caos a través de la utilización de la mentira, de la banalidad con una arremetida publicitaria ofensiva para el público, con programas escuálidos y con el llamado permanente a la desestabilización. Son estos escuálidos medios de la desinformación, que actúan ilegalmente, violando la Constitución Bolivariana, los que hablan de la libertad de expresión, mientras arremeten diaria y permanentemente contra el gobierno democrático de Hugo Chávez Frías. Estas industrias mediáticas de la falsedad gozan del respaldo de escuálida Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que trabaja para la CIA.

Estos bandidos de la desinformación son los que se mortifican porque el pueblo pueda tener sus medios alternativos, populares como los periódicos Desafío de la Coordinadora Simón Bolívar, el Correo Bolivariano de la Agencia Bolivariana de Medios de Caracas o que puedan acceder a la página de los Antiescuálidos en el Internet o que vean el canal de la televisión estatal Venezolana de Televisión, al servicio de la revolución bolivariana o que escuchen y miren a su Comandante informarles y comunicarse con las y los pobres a través del programa Aló, Presidente.

No les gusta a las y los escuálidos que hoy se entonen libremente los hermosos cantos populares, henchidos de rebeldía y amor, del compañero Alí Primera o que el pueblo tenga acceso al teatro Teresa Carreño; otrora centro de los espectáculos a los que solo podían asistir la escualidería oligarca. No les agrada que el presidente Hugo Chávez Frías hoy se abrace con el pueblo y no con la oligarquía.

No quieren las y los escuálidos que el pueblo se organice tal y como lo han hecho a través de los "Círculos Bolivarianos" o en la parroquia 23 de enero, en Caracas. Tienen temor frente a estas experiencias revolucionarias maravillosas de construcción del poder popular.

¡Qué hermoso es llegar y mirar en un sector del 23 de enero la bandera roja y negra flameando en la terraza de uno de los edificios de apartamentos, como símbolo de liberación. ¡Qué ejemplo de dignidad y de espíritu revolucionario internacionalista la de las y los hermanos de esta parroquia caraqueña, que han realizado murales con los rostros de Jesús, de Zapata, del Che, de Miguel Enríquez, de Manuel Pérez y mensajes a favor del pueblo vasco y en contra del fascismo! ¡Qué edificante poder ver que todas y todos colaboran para que todas y todos gocen de una comunidad más humana, donde sean sobre todo las y los niños los privilegiados! Ese es el ejemplo de la Coordinadora Simón Bolívar y eso es lo que las y los escuálidos quieren impedir que suceda en toda la República Bolivariana de Venezuela.

Las y los escuálidos, que han llevado adelante sus cobardes planes golpistas en anteriores ocasiones, hoy pretenden nuevamente mediante el fraude, el sabotaje, el chantaje, a través del llamado "firmazo", derrocar al gobierno revolucionario. Para ello gozan del respaldo de los gobiernos fascistas de EE.UU. y de España.

La reacción no se detiene; pero la fuerza del pueblo es más grande porque tiene una moral, una ética humanista, consecuente y revolucionaria.

Al final, el "firmazo" y los planes contrarrevolucionarias se encontraran frente a la acción combativa del pueblo, que volverá a bajar de los cerros para defender sus conquistas y para luchar por otras, haciendo que cada acto de las y los escuálidos se convierta en un "fracasazo".

Porque hoy la República Bolivariana de Venezuela es de las y los compañeros y no la de las y los escuálidos, Hugo Chávez no se irá y la revolución bolivariana continuará construyendo su proyecto democrático y popular.