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Latinoamérica


10 de diciembre del 2003

¿Reactivación? ¿y de qué tipo?

Patricio Malatrassi A.
Rebelión

Hoy se proclama que la economía chilena estaría en proceso de reactivación como parte de una situación más global de la economía mundial. Aunque hay un fuerte componente propagandístico, es necesario considerar que de verdad hay en esta afirmación.

Lo cierto es que aparecen novedades vinculadas al sector exportador, y en primer lugar al cobre, que crean expectativa. Pero es aventurado concluir que se ha revertido la tendencia al agotamiento del modelo y de sus factores dinámicos: las exportaciones y la inversión extranjera.

En primer lugar, a pesar del aumento del volumen de las exportaciones, no hay un correspondiente aumento del valor ingresado al país por ello, salvo situaciones particulares. Una de estas es el aumento en el precio del cobre a más de 96 centavos de dólar la libra. En ello pueden influir varios factores, pero sin duda uno de ellos es la decisión de Codelco de reservar 200.000 toneladas sin vender, es decir, la puesta en práctica de una medida, aunque débil e insuficiente, de regulación y control de la producción, que, como se sabe, había desembocado en una crisis de sobreproducción mundial del mineral derivada del aumento de la producción del mineral en Chile. Con ello queda de manifiesto que tiene en sus manos, dada la proporción de sus reservas en el mundo, una palabra determinante; cualquiera decisión que aquí se adopte tiene efectos inmediatos.

No obstante esto, no aumentan todo lo que debieran los ingresos fiscales debido a que el 64,7 % de la producción nacional está en manos de las empresas transnacionales, y de ello nada queda en Chile debido a la inexistencia de un royalty que las grave y de una elusión tributaria sistemática que lleva que prácticamente no paguen impuestos. De no ser así Chile podría no solo reactivar su economía sino transformarse en un país industrializado y con una gran calidad de vida de su población basada en una política nacional y soberana en relación con el cobre.

Hay además otros elementos que estimulan al gran empresariado y a las transnacionales, que son las medidas gubernamentales de profundización de las políticas neoliberales: la entrada en vigencia en Enero del 2004 del TLC con Estados Unidos, las medidas de flexibilización laboral en la administración pública -aunque en este ámbito es en donde se concentran los mayores reclamos y exigencias de nuevas medidas más globales de parte de las grandes empresas-, el escuálido reajuste a los trabajadores de la administración pública, las medidas privatizadoras de hecho en la salud y en la educación, la decisión de incorporar 90.000 hectáreas al Plano Regulador de la Región Metropolitano, que cuenta con 60.000 en este momento (es decir, se incorpora casi el doble de lo que existe, suelo agrícola de calidad, que ha sido comprado por empresas inmobiliarias y que por esta sola decisión están multiplicando su inversión, sin hablar todavía de las ganancias posteriores con el proceso de urbanización y construcción).

Queda para la discusión cuantos beneficios están extrayendo los grupos empresariales chilenos de su papel de punta de lanza en la presencia de las transnacionales en los países vecinos como Perú y Bolivia y otros en América Latina.

Modelo de crecimiento hacia fuera

Lo mejor que le puede pasar a una economía con un modelo de crecimiento hacia fuera que descansa en la actividad primario exportadora, es recibir " señales" positivas de los países que hacen de cabeza en la economía internacional. Esas señales provienen especialmente de Japón y Estados Unidos; son incipientes y precarias, pero permiten que en el medio local se levanten castillos en el aire. El carácter dependiente de la economía chilena la hace propensa a inestabilidades y manipulaciones de los grupos transnacionales.

Lo real es que Japón, que tiene una situación muy complicada en su sector bancario que está quebrado, pero aparentemente se habría estabilizado, aparentemente el gasto de los consumidores estaría creciendo y aparentemente los números están mostrando un crecimiento por primera vez en muchos años. Este solo hecho que Japón empiece a crecer es un buen escenario, ya que casi el 20 % de las exportaciones van a ese país.

Dentro de este mismo esquema de análisis, Estados Unidos está mostrando cifras de crecimiento el tercer trimestre. Sin embargo, no es menos cierto el ajuste presupuestario anunciado por el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, John Snow, quien aseguró que se llevará el déficit presupuestario por debajo del 2 % del PIB en un plazo de cinco años. Por lo tanto, habrá que ver si la economía está preparada para resistir el shock que esto pudiera provocar.

En Asia, China se levanta como un poderoso succionador de recursos con tasas de crecimiento del orden del 8% anual, lo que la convierte en el tercer socio comercial de Chile. El 7 % de las exportaciones está llegando allí. Nuestros principales envíos son mineros y el cobre representa el 67% de ellos. China es la sexta economía más grande del mundo y se está expandiendo tres veces más rápido que el Grupo de los Siete países más industrializados.

Si esto se consolida, la transnacionalizada economía chilena en su sector externo recibiría un fuerte impulso. El piso del crecimiento debiera ser el 4% real, es decir, alrededor de un 7 o 7,5% nominal.

Si así fuera, con una política económica menos dogmática y más sensible a las necesidades de la población, el ingreso de los chilenos podría crecer, posibilitando un aumento del consumo interno. Pero desgraciadamente, destaca la pobreza e insuficiencia del reajuste del 2,7% para el sector público. Esto significa que el gobierno no cree en su voceada recuperación de la economía, o lisa y llanamente que sigue aferrado al esquema del chorreo, que ha demostrado su irrealidad.

Lo real es que para los trabajadores no hay crecimiento. Así por ejemplo la Compañía de Teléfonos de Chile, de capitales españoles, aplicará un drástico recorte de los salarios a más de 3600 empleados, de entre un 15 y un 20%, con el objeto de "mejorar la competitividad " de la empresa durante los próximos años. Esto sucede cuando las utilidades de las sociedades anónimas como Copec, Escondida y Arauco aumentaron en nada menos que el 75,6% sus utilidades en los primeros nueve meses del año respecto del mismo lapso de 2002.

El sector forestal fue el gran ganador como consecuencia de un alza de precios (US $550 la tonelada de celulosa) y mayor volumen de exportaciones, que permitieron a los grupos Angelini y Matte mejorar sus balances. Luksic ha triplicado sus utilidades a través de la Escondida y el mayor precio del cobre.

La rentabilidad de la banca continúa siendo desusadamente alta, en un sector altamente concentrado donde los dos mayores bancos abarcan casi el 50 % de la actividad.

El pueblo de Chile ha contemplado estupefacto como los tratados de libre comercio han disminuido los ingresos del Estado, situación que el gobierno busca resolver aumentando a un 19% el IVA precisamente a quienes tienen menores ingresos.

Una verdadera reactivación y crecimiento hace necesario aumentar los recursos del Estado, que las empresas del Consejo Minero paguen impuestos y un royalty de 10 % por la renta de la tierra. La situación actual reduce a una ficción la frase de que "los chilenos estemos exportando", quienes realmente lo están haciendo son empresas transnacionales que están dejando un enorme forado en los recursos renovables y no renovables del país. En definitiva Chile siendo el país de otros.

Chile: prosperidad para los de siempre

Cuando el Director de Relaciones Económicas (DIRECON) en un arranque de euforia sostuvo que el PIB podría crecer hasta 6% por efecto de los TLC suscritos este año por Chile, Eyzaguirre se vio obligado a llamarlo al orden y recordarle que cuando se hacen proyecciones de crecimiento se "debe ser un poquito más cuidadoso" y que con las proyecciones del Banco Central en torno al 4,4 % ya está bien.

La campaña propagandística cumple dos propósitos. Uno, desdibujar la imparable secuela de corrupción de una clase social que tiene demasiado y cuyos representantes políticos (UDI, Concertación); económicos (Inverlink, Empresas de la Construcción, Spiniak), Fuerzas Armadas (Caso Soto Tapia, venta de terrenos fiscales que suman muchas hectáreas por parte del Ejército sin ningún control por parte del Estado, Espionaje Consulado Argentino y otros), de gobierno (sobresueldos, negociados, defraudaciones). Por otro lado, crear el contexto adecuado para la nueva ofensiva del gobierno para imponer la nueva agenda empresarial de desarrollo del país.

Esta nueva agenda, para ponerla en boca de sus creadores reales, entre ellos Ana Eiras, de la Heritage Foundation -donde se concentra parte de lo más granado de la reacción estadounidense-, pretende sentar bases definitivas de acondicionamiento para el aterrizaje del último y más fuerte eslabón de la cadena de amarre de la dependencia de Chile a los intereses estadounidenses: el ALCA.

Estos elementos están señalados claramente en la publicación "Chile: diez pasos para abandonar la dependencia de la ayuda e ir a la prosperidad". Se expone aquí una evaluación de los pasados 30 años, a partir de 10 indicadores del índice de libertad económica, suponiendo, claro, que estos explican el llamado "progreso alcanzado" y se definen implícitamente las tareas pendientes del gobierno chileno.

¿Cuales son los logros?

1) La política comercial de apertura que consistió en el primer cambio estructural en 1973, con el anuncio de un arancel parejo a las importaciones de 10% que culminó en 1979. Hubo un retroceso en esto que se rectificó en la segunda mitad de los años 80, con dos rebajas unilaterales de los aranceles en la década de 1990, para culminar con los acuerdos comerciales con Estados Unidos y Europa. Otro logro de esta época es el retiro del Pacto Andino.

2) La reforma del Estado y su "racionalización", que comenzó en 1975, con un cambio tributario que puso en práctica una tasa pareja de IVA, junto a un simplificado impuesto a la renta.

3) El gasto público se redujo de manera sustantiva entre 15 y 25 %.

4) Las privatizaciones fueron de envergadura y las empresas del Estado, de tradicionales déficit, se equilibraron.

5) La participación de las empresas públicas en el PIB se redujo de 39 % en 1973 a 9 % en 1998.

6) La política monetaria de estabilidad culminó en 1989, con la creación de un Banco Central autónomo.

7) La liberalización de las tasas de interés y del mercado de capitales se inició a mediados de los años 70. Hacia 2000, los créditos de la Banca llegaban al 70% del PIB, lo que indicaría según la opinión de sus gestores, que el sistema bancario está bien capitalizado, encontrándose "entre los más sólidos del mundo".

8) El mercado de capitales se fortaleció con la privatización del sistema previsional, cuyos fondos alcanzan a fines de 2003 al 121,2 % del PIB.

9) La inversión extranjera, de notable expansión en los años 80 y 90, fue posible por el retiro del Pacto Andino y el DL 600, que dio al capital extranjero el mismo trato que al nacional, garantizando a los inversionistas la no discriminación y la no discrecionalidad.

Los controles sobre los capitales terminaron de eliminarse en el reciente TLC con Estados Unidos.

10) Liberación de los mercados, precios y salarios, con avances importantes en el desmantelamiento de la legislación laboral y otras regulaciones al mercado.

¿Cuáles son las tareas pendientes?

1) Terminar con la preocupación del empresariado de cómo continuar creciendo, cómo conseguir más apertura y más mercado, menos regulación, tributos y presencia del Estado, es decir, ahondar los derechos de propiedad.

2) Cómo hacer más dominante su presencia en áreas como la salud y la educación, áreas en que consideran que aún hay demasiada presencia del Estado.

3) Terminar las tareas emprendidas en el mercado laboral rigidizado por una legislación que "encarece la contratación y desincentiva el trabajo flexible", que sería la explicación empresarial - neoliberal de las elevadas tasas de desempleo.

4) Preparar la privatización de sectores clave como ENAP, Codelco, Enami, Banco del Estado y Canal Nacional de Televisión.

5) Estos cambios serían posibles, al igual que la eliminación de impuestos distorsionantes, complejos y relativamente altos, que limitan la competitividad y desincentivar la inversión. El Presidente Lagos en la Cena de la Industria, se manifestó proclive a un cambio tributario en este sentido en la llamada Agenda Pro Crecimiento II.(1)

6) Llamar a abrir más la economía en los sectores financieros y otros sectores aún protegidos (¿?). Terminar con las regulaciones sin sentido, por afectar en especial a la pequeña empresa.

7) Privatizar los recursos estatales, (CODELCO, ENAP) concesionar y cambiar la normativa ambiental por otra basada en el mercado y los derechos de propiedad.

8) Extender este derecho de propiedad a los pobladores, campesinos y pueblos originarios.

Condicionado sin duda por este "Plan de Acción" se encuentra el manejo fiscal en el marco de la regla de un superávit estructural equivalente al 1% del PIB. Este marco y las condiciones impuestas por el FMI, por el lado positivo han llevado a la necesidad de una mayor transparencia en las cuentas fiscales. Esto ha determinado el anuncio que a partir de 2004 las cuentas públicas se llevarán sobre la base devengada. Este ajuste de la base contable implica, entre otras cosas, reconocer en la contabilidad fiscal ordinaria el aporte directo de Codelco a las Fuerzas Armadas, considerar el uso de recursos del Fondo del Cobre como un modo de financiamiento, y registrar los bonos de reconocimiento como una forma de deuda pública explícita.

Durante los últimos cuatro años las autoridades económicas han sido excesivamente optimistas en las proyecciones de las principales variables macroeconómicas que inciden sobre la recaudación de recursos para el fisco (como el crecimiento del PIB y el precio del cobre). Entonces tenemos que para el 2004 se espera un crecimiento de la actividad económica de 4,4 % y un precio del cobre de US $ 0.83.

La proyección de crecimiento del PIB de tendencia (antiguo "potencial"), clave para el cálculo del balance estructural y realizado por el Ministerio de Hacienda, adolece de algunas deficiencias importantes.(2) Como consecuencia, el balance estructural de 2004 ya no sería de 1% del PIB, sino de sólo 0,8 %, diferencia que dentro de cierto rango se repetirá en los años siguientes.

En el ejercicio de eventuales holguras de gasto fiscal entre 2005 y 2007 con sujeción a la regla del 1% y suponiendo que el gasto crece exclusivamente como resultado de programas y leyes que ya están en marcha o que se espera que lo hagan durante el 2004, arroja como resultado una cifra agregada de unos US $ 330 millones en el conjunto de los tres años.

Esto significa que cualquier programa de nuevos gastos que se proponga después de 2005 tiene como techo esa cifra, lo que visto desde las necesidades y del valor de programas considerados importantes por el gobierno (extensión de la jornada escolar completa, Plan Auge, Reforma Procesal Penal), a los cuales habría que agregar la necesidad de satisfacer infraestructura pública y vivienda, no son suficientes.

En general las proyecciones de mediano plazo del gasto hecha por el gobierno contemplan reducción de la plantilla del sector público y que las remuneraciones crezcan con la inflación, lo que implica obviamente dar cabida al planteamiento de la derecha de una reingeniería mayor en la Administración del Estado o un nuevo aumento de los impuestos.

En lo referente a la deuda pública, a pesar de los incrementos como consecuencia de financiamiento de los déficits fiscales, la situación consolidada de esta deuda y de la del Banco Central en términos netos, revela un valor en torno al 7% del PIB (incluyendo como activos líquidos del Gobierno a sus tenencias de acciones e inversiones), cifra que crecería más o menos a un 33 % del PIB si se suma el stock de bonos de reconocimiento (16,9% del PIB junio pasado) y la deuda neta de las empresas públicas (6,1% del PIB también a junio). Hay que considerar que los bonos de reconocimiento se van extinguiendo en el tiempo.

Con todo, la combinación de falta de holguras para el crecimiento del gasto en el mediano plazo, la tendencia observada en los últimos trece años a recurrir a aumentos de impuestos para solventar programas de gasto público y respetar la regla fiscal, y la más bien holgada situación de Deuda del Estado, abre la posibilidad de revisar la meta de un superávit estructural del 1% del PIB en los ambientes preelecionarios que se avecinan. Cuestión que se debe contrastar con la contención a la expansión del Estado que ha probado ser una fórmula de éxito para el llamado "crecimiento económico".

En la coyuntura, la caída de más del 5% que anotó el dólar en octubre ha llevado a un IPC de - 0,2 %. Tenemos entonces a un eufórico Presidente del Banco Central (V. Corbo) que invita a los chilenos, suponemos los mismos chilenos que están exportando frutas, cobre, harina de pescado, chips madereros, etc., a tener confianza que la recuperación está cerca. Su propia confianza se asienta en que la economía estadounidense se va a recuperar, cuestión que por lo demás ha estado anunciando por años, sin que la realidad le sea propicia. El Sr. Corbo nos cuenta que "estamos observando una economía mundial que está creciendo más de lo qué pensábamos en septiembre. Hemos visto noticias positivas de Estados Unidos y como ha ido revisando al alza el crecimiento de Asia".(3)

Es posible que sea así, pero el hecho es que la economía estadounidense se ve con tensiones económicas insolubles (nivel de endeudamiento) que debieran mostrar sus efectos durante 2004.

Por otra parte el IPC negativo, puede ser una señal económica de un proceso deflacionario a las puertas si se concreta una inflación negativa para los últimos doce meses de marzo a marzo, la explicación de corto plazo de la inflación negativa, que también es potente dice relación con la caída del dólar y la llegada de productos importados muy baratos.

El índice de la Percepción de la Economía de Adimark, en octubre llegó a su mejor nivel desde 1998. "Lo estamos viendo en la guerra de precios que tenemos hoy en las grandes tiendas; en la distribución de los supermercados. Eso es una fiesta para los consumidores ".(4)

En este mismo escenario se desenvuelve la inflación, lo que determinará que la política monetaria "expansiva" tendrá mas espacio para mantenerse en el tiempo. Los exportadores, pese a la devaluación del dólar, tienen un tipo de cambio aún un 25 % superior a sus niveles de 1997.

Sin embargo, a pesar de la apoteósis mediática, los signos de los tiempos asoman por doquier sus duras aristas, entre ellas:

1) Un estudio reciente de la Asociación de AFP muestra que en el sector industrial manufacturero el 21% de las declaraciones de pago previsionales es de " declaración y no pago", en la construcción 16% y el comercio 15 %. Esto en términos llanos significa que las empresas que hacen esto están usando los dineros de los trabajadores para sufragar sus gastos, lo que constituye una defraudación. Es decir, mediante sus operaciones no reúnen la caja necesaria para pagar la totalidad de los salarios, precisamente en esos porcentajes. A marzo de 2003 las cotizaciones declaradas y no pagadas ascendían a US $ 303 millones.

2) Las fuertes alzas en el costo de los fletes marítimos mundiales son un hecho sin precedente. Para Chile, que centra su estrategia de crecimiento económico en las exportaciones, tiene un impacto notable. El índice Baltic Dry - que se compone de los valores de carga de materias primas que cobran las navieras en el mundo - aumentó en un 80% en las últimas cuatro semanas, y dos veces y media desde que se inició el año. Esto puede convertirse en un hecho francamente devastador para los exportadores nacionales, ya que el 80 % de sus envíos sale a través de los puertos. La pérdida de competitividad es un hecho. Mientras la madera y la fruta de Nueva Zelandia se demora 16 días en llegar a Japón; la de Chile tarda más de 32 días. Importa destacar que los exportadores más pequeños - que envían uno o dos contenedores al mes - son los que cargan en forma más potente con el alza de los precios por el menor poder de negociación que tienen con las empresas navieras. Pueden llegar a pagar un 50 % más que una empresa que envía 50 contenedores mensuales.

3) Pese a las "señales de reactivación" y tratados firmados y acordados, no hay señales reales de más empleo, y una parte importante de los ejecutivos y empresarios que participaron en un reciente Congreso de Recursos Humanos de ICARE no prevén una creación potente de nuevos puestos de trabajo, al menos dentro de un año. El 57 % de los empresarios que participaron en el sondeo prevé que la tasa de ocupación en sus respectivas empresas se mantendrá igual o que, incluso, empeorará dentro de los próximos doce meses. Sólo el 43 % cree que la evolución del empleo será positiva.

4) La participación laboral de la mujer chilena se encuentra entre las más bajas de América Latina. El promedio de la región bordea el 44 %, mientras que en Chile es de aproximadamente el 35%. En los sectores pobres este porcentaje baja apenas al 24,8 %.

5) A pesar de los datos positivos, esto no se refleja en las cifras de crecimiento de la actividad productiva, a este respecto baste recordar que la cifra de crecimiento del Imacec, que mide la actividad industrial, es apenas del 1,2 % en los últimos doce meses. Esto en beneficio de que de auges exportadores sustentados en sus materias primas está llena la historia económica de Chile desde casi los albores de la independencia y para el conjunto de los chilenos les ha pasado como hasta hora por encima y sin tocarlos.

6) Las cifras de desempleo, tanto de la Universidad de Chile a través de su encuesta en el Gran Santiago, como del INE, muestran un leve descenso en la cantidad de desocupados. El índice de la Universidad de Chile llega al 13,2 % frente al 13,9 % del mismo período del año anterior. Debe recordarse que esta encuesta considera desocupados a los trabajadores por cuenta propia, lo que no hace el Instituto Nacional de Estadísticas.

La cifra oficial del INE muestra un descenso de la tasa de desempleo a nivel nacional de 9,7 % a 9,4 % comparando el trimestre julio - septiembre del año anterior. Esta baja está influida por una leve alza de trabajadores por cuenta propia, esto significa trabajadores que no encuentran trabajo, gásfiteres, vendedores de cualquier cosa, y que en lenguaje eufemístico e hipócrita del gobierno se les clasifica como "gente que está iniciando emprendimientos". De los 138.000 nuevos puestos de trabajo creados en doce meses, el 71% corresponde a esta novedosa categoría, es decir, 97.980. De agosto a octubre el desempleo entre los jóvenes de entre 15 y 34 años nacional fue de 19.9 %. (5)El desempleo promedio entre las mujeres es el 9.8 %.

En conclusión, los cesantes siguen allí y demasiados. La tasa de desocupación en un país donde el trabajo es un derecho no debiera superar un desempleo friccional de 3 %.

7) El sistema privado de salud se sigue achicando. Según las cifras de la Superintendencia de Isapres, estas entidades han disminuido en 120.000 beneficiarios de su cartera de clientes desde agosto del año pasado, hasta igual mes de 2003, es decir una caída de 4,2%. Debe recordarse que estas entidades en 1997 entregaban cobertura a casi 4 millones de personas. Cinco años después la cifra sólo llega a 2,7 millones y a agosto de este año llegan a 1,2 millones. Es decir una caída brutal de 70%. O sea, 2,8 millones de personas han sincerado su situación económica en este lapso.

8) Quienes apuestan al crecimiento de la economía norteamericana, no han considerado en sus predicciones la caída del consumo estadounidense de 0,3% en septiembre, lo que refleja un deterioro en la poderosa industria de los automóviles. Los ingresos personales aumentaron un 0.3 %, pero la tasa de ahorro descendió al 2,9 % desde el 3,5% del mes anterior. Por otra parte tiende a agudizarse su disputa con la U.E., que ha instado a Estados Unidos a retirar los aranceles a la importación de acero y a que revoque las reducciones impositivas que según la OMC infringen las normas de comercio mundial. La UE amenaza con imponer hasta US $4.000 millones en sanciones al comercio de bienes de Estados Unidos.

9) Contra la corriente imperante, un informe de la Organización Mundial de Comercio da cuenta que los volúmenes del comercio mundial no se recuperarán este año a los niveles vistos en los años 90, tras frenarse por segundo año las exportaciones de las naciones industrializadas. La entidad espera que el intercambio se expanda sólo el 3% en 2003, ya que Estados Unidos registra un déficit comercial sin precedentes y las cuatro economías europeas se contrajeron o crecieron menos del 6% en el segundo trimestre.

10) La demanda interna creció sólo un 0,3% durante el tercer trimestre del año respecto a igual período del año pasado. La componente de la demanda interna llamada resto (consumo y acumulación de inventarios) creció un 0,2%, mientras que la formación bruta de capital fijo subió el 0,6%.

11) El crecimiento sigue siendo fundamentalmente un "crecimiento empobrecedor ". La economía chilena se basa en un 87 % en la exportación de recursos naturales con bajo valor agregado. El 3% de crecimiento de julio a septiembre se sostuvo en el 8,6% de crecimiento de la producción de cobre de las empresas del sector privado. Como era de esperar, la industria fue el sector que mostró el menor dinamismo con un crecimiento de 0,3%, lo que se complementa con la menor importación de bienes de capital, es decir maquinarias y equipos productivos. (Datos del Banco Central).

12) El problema de los "allegados" sigue siendo un mal de grandes proporciones. La Cámara Chilena de la Construcción (CCHC) ha advertido que el número de familias que vive como allegados es superior a lo que se suponía y existe un déficit de 750.000 viviendas. Cifra que supera ampliamente las 400.000 que estima el gobierno.

13) Ciento quince mil pensionados recibe menos del salario mínimo ($115.684).(6)

En definitiva, que la cambiante e inestable situación internacional se preste para que el ingreso de divisas aumente, no necesariamente implica que la situación de los chilenos mejore, ya que la historia de la distribución del ingreso nos indica que nunca ha sido así.

Pero en todo caso es fundamental poner en discusión a nivel nacional el control y la recuperación de nuestras riquezas básicas como condición imprescindible para el desarrollo del país. Allí están los recursos para que el Estado incremente sustancialmente sus inversiones en educación, salud, infraestructura e investigación y desarrollo.

La historia económica del país nos muestra que este se desarrolla cuando se incrementan los coeficientes del gasto público sobre el producto y no cuando lo disminuye. Los estudios internacionales muestran que los países avanzados tienen un gasto público de entre el 39 % y hasta un 53 % del PIB, y están entre las naciones más competitivas del mundo. Chile destina el 22,4 % del PIB y hace su apuesta de desarrollo en un sector privado que quiere cada vez más granjerías y "crea" sus oportunidades a partir de la cada vez más aguda indefensión de los trabajadores y una depredación incontenible e insaciable de los recursos naturales cuyos ingresos se escapan sin retorno hacia las casas matrices de los conglomerados transnacionales.

La única esperanza de competir en los actuales mercados internacionales está en la creación estatal de empresas de alcance global, que es la experiencia que muestran Codelco y Enap. Estas experiencias debieran ampliarse para cambiar el panorama de empresas transnacionalizadas que hacen utilidades de ida y de vuelta en la economía chilena. Empresas que investiguen y procesen el cobre, y detengan el arrasamiento que se está haciendo de nuestro principal recurso; empresas que procesen las reservas de litio, salitre y yodo. Es necesario recuperar la iniciativa social, en términos de empresas eficientes y competitivas en las nuevas tecnologías. Si no lo hace el Estado, no lo hará nadie. Empresas de alcance global que preserven bosques y la riqueza pesquera que está siendo depredada. Que permitan que las utilidades sean de distribución social en educación, salud, vivienda, cultura.

La apropiación privada de las 10 empresas con mayores utilidades equivale aproximadamente a 150 teletones al tercer trimestre de 2003. Esto es un escándalo en un país con tantas carencias y privaciones.

Los trabajadores chilenos poseen un fondo de ahorro de aproximadamente 35.000 millones de dólares que ya están siendo usados en un 25% en aventuras financieras, sin que estos tengan ninguna atingencia en el uso que se les está dando a sus recursos. Hay ya voces del empresariado que hablan de tener a su disposición la totalidad de ellos. Y muy probablemente será así. Ahorro es inversión en economía. Los chilenos hoy ni siquiera necesitan de la inversión extranjera. Con menos de la mitad de esta cantidad el interés privado se apoderó prácticamente del 65 % de la gran minería del cobre.

Codelco, según los cálculos de la derecha, vale 11.000 millones de dólares. Con los recursos propios de los trabajadores se podrían comprar tres Codelco y quedaría plata.

También el Estado debiera hacer un esfuerzo real y no despilfarrador en torno a las pequeñas empresas, y esfuerzos cooperativos del área no transable en el ámbito de regiones, aportando recursos frescos y dirigidos, a tasas de interés mínimo, a fin de fomentar el empleo y la producción de bienes de consumo. Ayudando en forma paralela a crear un eje de comercialización en sectores de alta densidad popular que equilibre la política selectiva de los centros comercializadores de las grandes cadenas. Una que otra empresa podrá acceder a los mercados internacionales, pero pensar que el conjunto de las empresas pequeñas podrá hacerlo no es más que una mera manipulación de las necesidades de los pequeños empresarios.

Por último, en momentos en que comienza a quedar en evidencia el aislamiento del gobierno de Chile del resto de las naciones latinoamericanas debido a su política subordinada a la de Estados Unidos, debido a que mediante la firma del TLC y a otras medidas, se aparta y traiciona los intereses y aspiraciones de una América Latina que quiere integrarse en un frente común entre iguales, rescatando el ideario bolivariano, cuando avanzan las iniciativas en esa dirección emprendidas por los gobiernos de Venezuela, Brasil, Argentina, y Estados Unidos experimenta derrotas en sus posiciones en Cancún y en Miami, se hace más que nunca trascendental que Chile de un viraje y se coloque al lado de los demás países de América Latina, impulsando un proceso de integración económica, política, social, cultural. Estas son medidas que apuntan a la construcción de una economía distinta, pensada desde el interés de los trabajadores de Chile y no del gran capital transnacional. Santiago, diciembre 2003

Notas
1.- Agenda II: Ley sobre Impuesto a la Renta: Exención del impuesto a las ganancias de capital accionario para el capital de riesgo; exención del impuesto a las ganancias de capital en la venta de activos entre fondos con administrador común; traspaso de beneficios tributarios desde el activo subyacente al tenedor de cuotas de un fondo de inversión que participe en capital de riesgo; Ley sobre Impuestos de Timbres y Estampillas; Ley General de Bancos, etc.

2.- Este cálculo contempla una función de producción agregada del tipo Cobb - Douglas y que requiere de proyecciones de la evolución futura del stock del capital, del trabajo y de la productividad total de factores. Este año se innovó en el tratamiento del factor trabajo en cuanto a que se le ajustó por el nivel de calidad de la educación. Este ajuste implica que el factor trabajo, ponderado por calidad absorbe prácticamente dos tercios de lo que de otra forma se atribuye a la productividad total de factores (PTF). Por tanto, al realizarse una proyección conjunta de capital, trabajo ajustado por educación y PTF, esta última debiera disminuir sustancialmente en su aporte al crecimiento en relación a lo medido si no se ajustara el factor trabajo. Esto generaría una sobreestimación del crecimiento del PIB de tendencia de 0.3 puntos porcentuales en 2004, de 0,3 puntos en 2005 y de 0,45 puntos en 2006. F. Morandé, Economía y negocios, Diario El Mercurio Octubre 2003

3.- Corbo Vittorio, Documento, VII Conferencia Anual del Banco Central, Santiago, 2003.

4.- Idem.

5.- Fuente : Instituto Nacional de Estadística

6.- El promedio de la pensión de trabajador que jubila a la edad legal - 65 años en el caso de los hombres y 60 años en de las mujeres - corresponde a $89.377 en el sistema de AFP y a $ 162.134 bajo el esquema de renta vitalicia que ofrecen las compañías de seguros. Cifras Superintendencia de AFP (SAFP).