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Latinoamérica

LA (¿LAS?) HOJA DE COCA

MANUEL GARCÍA-ZAPATERO G.
26-11-03

Nelson Palomino, líder nacional de los cocaleros tiene ya 9 meses en prisión (penal de Yanamilla, Ayacucho), acusado de apología al terrorismo, incitación a la violencia y secuestro. Hace un mes fue entrevistado por un diario local, donde declaró, sintetizando la situación de sus compañeros: "Cómo es posible que pretendan dar a cada cocalero 550 soles y algunos kilos de alimentos básicos por erradicar toda la coca que cultivan. Nosotros queremos dejar la coca, por lo menos la ilegal, porque sabemos a dónde va a parar (al narcotráfico); pero así no es posible. ¿Qué será de nosotros cuando se acabe ese dinero y la bolsa de alimentos? Nos moriremos de hambre todos".
De hecho, el área total de cultivo de la coca representa hoy alrededor de la tercera parte del pico más alto (1990: 121 mil 300 has.), las estadísticas gubernamentales muestran que las extensiones en 1980 y en el 2000 son casi las mismas. ¿Qué es lo que privilegia la estrategia represiva en la zona de influencia de la coca? A nivel general, tras la implosión de la Unión Soviética, la lucha contra el narcotráfico pasó a sustituir a la lucha contra el comunismo, abarcado zonas de cultivo y de extra-cultivo, eso, en primer lugar (aquí se incluyen otras drogas, no sólo la cocaína).
También merece subrayarse la vinculación de narcotráfico e insurgencia política, la que se ha dado en toda la zona de influencia de la coca.
Los programas de desarrollo alternativo (Monzón, Tocache-Uchiza, Pozuzo-Palcazu, Satipo-Ene, Palmapampa y Tambopata-Inambari), no han tenido el éxito requerido, por problemas en el desembolso de los recursos comprometidos (19% del total en el año 2000), problemas en la producción, y en los precios fijados a los productos.
Esto se refleja en las siguientes palabras de Palomino: "Yo llegué a la dirigencia de los cocaleros porque a través de mi programa radial y mi periódico La voz del pueblo informé a mis hermanos cocaleros sobre la forma en que USAID, la ONG Care y Devida los engañaban. Les daban cajones para criar abejas, les hacían cavar huecos para sembrar plátanos y piscinas para criar peces; pero no les daban las abejas ni la semilla de plátano y menos un sapo siquiera para criar en las piscigranjas. Pero sí les hacían firmar documentos de recepción de ayuda por miles de dólares. Eso no se puede permitir.
Esta es una cruda realidad, que la propaganda del gobierno no puede cambiar con juegos de palabras ("la hoja de coca, vs. las hojas de coca"), sobre todo en un panorama de falta generalizada de empleo, que abarca al 80% de la población económicamente activa (P.E.A.). Estamos frente a un grave problema social, que abarca a unas 200 mil familias (según el documento de trabajo de la delegación del Perú, en el 2001: "Reflexiones en torno al Desarrollo Alternativo), número al cual se llegó en el país en el momento de mayor auge del cultivo de la hoja de la coca en la década pasada.
El monto desembolsado en los programas de desarrollo alternativo (23.2 millones de dólares, hasta el 2001) es una pequeña fracción del monto recibido por los campesinos en el período punta (500 millones de dólares), y mucho menor aún comparado con el ingreso de la venta de la pasta básica de cocaína (PBC).
La dureza la reacción recaída sobre Nelson Palomino puede entenderse, por otro lado, si el gobierno se mira, como debe estarse mirando, hoy más que antes, en el espejo boliviano (debe haber pánico a que surja un nuevo Evo Morales, por más que Palomino lo niegue e incluso lo rechace, como en la Entrevista que he citado).
¿Cuánto dinero se gasta en la erradicación forzosa? No se sabe exactamente, pero debe ser mucho más que lo que se ha desembolsado en los programas alternativos. Sólo en vuelos, de dudosa contabilidad, se debe gastar una fortuna. Y en esta aplicación del temido "spike" se afecta todo tipo de sembrío, mucho más los sembríos legales que los ilegales (por cuanto la coca que el campesino siembra es una especie de financiación rápida hacia los otros cultivos).
Este es un problema que involucra a por lo menos un millón de peruanos (200 mil familias), y hay soluciones diferentes a las que aplican los gobiernos nativos. La hoja de la coca puede ser industrializada por nuestro país, como de hecho ya lo han realizado los propios norteamericanos (la "Coca-cola" es el más claro ejemplo de ello), ¿porqué el Estado peruano no hace nada más que seguir a pie juntillas la política dictada desde el Norte? (la postura pro-eeuu no debería, necesariamente, llevar a tamaña obsecuencia).
En el 2002, el Centro de Estudios Democráticos Peruano-Norteamericano (CEPNA), impulsó el desarrollo de un evento en la Universidad de Tingo María, con la participación de un amplio contingente de campesinos cocaleros de la zona, donde se expuso las posibilidades de la industrialización de la hoja milenaria, sería interesante contar con más esfuerzos ese sentido, y poder tener una alternativa diferente a la actual, básicamente represiva, y cargada de sesgo ideológico.
El problema de los cocaleros es, por tanto, un problema económico y social.
Mientras los ingresos de la coca sean 30 veces más altos que los ingresos de los otros cultivos, en un contexto general de agudo desempleo, que afecta a millones de peruanos, nada podrá impedir que los campesinos, desesperados por el hambre, incurran en cultivos que aunque hayan decidido dejar, son el recurso obligado de una estrategia de supervivencia más allá de la cual está la ruina total.
"También es posible que un día nuestros vecinos del norte invadan un país de los Andes, con el apoyo de Occidente, y decidan controlar la coca creando enclaves, como hicieron con las repúblicas bananeras. Entonces legalizarán la coca, la mejorarán y la industrializarán a gran escala, para venderle las patentes a España, a Francia, a Italia y a Inglaterra. En el Cuzco ya no se tomarán infusiones de coca elaboradas primitivamente y nuestros indígenas dejarán de mascarla diariamente, mientras evaden su hambre y raquitismo.
Será importada desde territorios extraños, en sofisticados envases de todo género y con etiquetas de pronunciación confusa... Así la coca se habrá convertido en un producto de importación en América Latina, los llamados narcotraficantes reconvertidos en contrabandistas o en sanos representantes de multinacionales, y los cultivadores convertidos en peones, vigilados por un Estado que defenderá la legitimidad de un producto que explota el capital extranjero, para beneficio de nuestro desarrollo", NUESOC, 03-01-94, Hermes Tovar, "La Economía de la Coca en América Latina. El Paradigma Colombiano".