Por: Alejandro Gómez

Con el reemplazo de la ministra de Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, Cecilia Rodríguez, sigue estremeciéndose hoy el gabinete colombiano como resultado del reciente fracaso de un referendo presidencial.

De acuerdo con una escueta nota de la Casa de Nariño (sede de la Presidencia de Colombia), Sandra Suárez, de 33 años de edad, de profesión publicista y hasta hoy directora del Plan Colombia, sustituirá a Rodríguez, quien se convierte en el tercer ministro que dimite en menos de una semana.

La deserción en el gabinete de Uribe, quien había asegurado que sus ministros eran por sus cuatro años de mandato, comenzó en agosto pasado con la renuncia de Roberto Junguito como titular de Hacienda, pero en masa se inició el jueves último con el encargado del Interior y la Justicia, Fernando Londoño.

A Londoño le siguió este domingo la ministra de Defensa, Martha Lucía Ramírez.

Aunque las sustituciones se achacan a diversas causas, como la lengua demasiado suelta de Londoño y los errores de Ramírez en sus relaciones con la cúpula militar y policial, así como fallos en declaraciones sobre países vecinos, analistas locales atribuyen la culpa al revés en el referendo.

Las fuentes sostienen que Londoño llegó incluso a asegurar que el Ejecutivo arrasaría en esa consulta, promovida y patrocinada por Uribe, quien la convirtió prácticamente en un plebiscito sobre su popularidad y gobernabilidad.

Sin embargo, la mayoría de los colombianos se abstuvieron de respaldar las medidas económicas y políticas que pretendía imponer el Presidente con su iniciativa, lo cual -consideraron sus detractores- sólo cumplía las órdenes del Fondo Monetario Internacional y los deseos de Uribe de instaurar una dictadura democrática.

Los analistas locales aseveran que tras el fracaso de ese referendo el 25 de octubre pasado, la mayoría de los seguidores del mandatario culparon a Londoño de la derrota y solicitaron su salida del Gobierno, así como la de Ramírez por sus constantes desatinos.

Pero en relación con Rodríguez, los consultados estiman que se trata de una represalia contra los habitantes de la costa caribeña colombiana (de donde es oriunda la ahora ex ministra), pues en esa zona la concurrencia a las urnas para votar el referendo presidencial no sobrepasó el 12 por ciento.

Ese porcentaje es menos de la mitad del umbral del 25 por ciento de participación electoral que requería la iniciativa presidencial para ser validada.

Junto a Rodríguez, también presentó su renuncia irrevocable Germán Bula, director de la Agencia Colombiana de Cooperación Internacional, quien sólo llevaba dos meses en ese cargo.

Debido a lo intempestivo de la situación oficial, no se descarta que el Presidente haga nuevos ajustes en su gabinete y ya se habla de sustituciones en las carteras de Comercio, Industria y Turismo, y en la de Minas y Energía.

Renuncia la máxima figura de la cúpula militar colombiana

El Comandante de las Fuerzas Militares y Ministro de Defensa suplente, general Jorge Enrique Mora, renunció hoy a su cargo, provocando una mayor incertidumbre en el gabinete del presidente de Colombia, Alvaro Uribe.

Aunque Mora afirmó en rueda de prensa que desde el pasado 16 de octubre presentó su retiro a la entonces ministra de Defensa, Martha Lucía Ramírez, lo cierto es que la separación de Mora constituye la quinta salida de miembros del gabinete, la policía y el ejército colombianos.

Antes del general Mora solicitaron, y le fueron admitidas por Uribe, las dimisiones los titulares del Interior y Justicia, Fernando Londoño, de Defensa, Martha Lucía Ramírez, y de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, Cecilia Rodríguez, así como el Director General de la Policía Nacional, general Teodoro Campo.

El Comandante de las Fuerzas Militares precisó que su abandono del cargo será efectivo el 20 de noviembre, e insistió en que su decisión no estuvo relacionada con su desacuerdo sobre un contrato para la asignación de raciones al Ejército, en oposición a Ramírez.

De sus 58 años de edad, Mora lleva 42 vistiendo el uniforme militar, y en octubre de 2002 fue nombrado comandante de las Fuerzas Militares, cuando se desempeñaba como comandante del Ejército, cargo que ocupó desde 1998.

La dimisión de Mora se produjo pocas horas después que Uribe tuviera que emitir un mensaje a sus funcionarios, en el cual los instó a 'concentrarse a trabajar, a gerenciar, a producir resultados, a laborar con visión macro y dedicación micro o de detalle'.

El llamado presidencial se hizo necesario debido a la incertidumbre reinante en su equipo de Gobierno, pues ninguno está seguro en su puesto y a cada momento sorprende a todos con un nuevo nombramiento, o aceptando una renuncia.

Para los analistas locales, el remezón gubernamental está vinculado con el temperamento de Uribe, quien -añaden las fuentes- aún no se repone del revés sufrido en un reciente referendo, el que convirtió en un plebiscito y estaba seguro que ganaría por amplio margen.

Sin embargo, los colombianos pensaron otra cosa y decidieron abstenerse de respaldar un paquete de medidas económicas que sólo los empobrecería aún más e incrementaría el desempleo.

También, porque las reformas políticas propuestas en la consulta tendían al fortalecimiento de su política guerrerista y a la instauración de lo que muchos consideraron una dictadura democrática.