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Latinoamérica

29 de Septiembre del 2003

¿Crítica revolucionaria?... ¡Siempre Bienvenida!

José Angel Arenas Aguilar
La Nueva Vecindad
La idea rectora, subyacente en toda dinámica de cambio social, es la de que los llamados a ser los "adelantados" de los mismos sean capaces de generar, con sentido de oportunidad y de pertinencia, adecuados cauces para que tal dinámica se suceda en la dirección deseada por sus proponentes buscando salvar las resistencias de quienes con igual capacidad y legitimidad pretenden intervenirla para cambiarle el curso.

Es mi opinión la de que hemos llegado a un punto del proceso en el que gente bien comprometida con el Proyecto están adoptando posturas críticas que, en algunos casos, no dudamos en calificar de justificadas en tanto que desestimamos otras por carecer de "atributos críticos" (méritos de quien la ejercita; determinación del agente o causante; soportes; verificabilidad; forma en que es expuesta; etc). Actitudes críticas que son naturales, propias de la condición de seres humanos, cuando un cuadro de sus expectativas se suscita alrededor de un asunto de importancia y las mismas no se cumplen en la medida de los intereses que ellos expresan como grupos o particulares. En las concernientes al Líder Presidente, siempre tengo presente las palabras del maestro Vargas Acosta al afirmar que "a lo largo de nuestra Historia, el único líder que había levantado tantas expectativas como habitantes tiene Venezuela ha sido Chávez; de modo que satisfacerlas a todas es poco menos que imposible" . También es necesario admitir que buena parte de las mismas se justifican por las conductas de un funcionariado del país que se ha mostrado no sólo ineficiente, ausente de todo compromiso respecto del Proyecto, sino que ha estorbado la tarea del Gobierno limitando en ostensible proporción la calidad de los logros de su ejercicio. En no pocos casos proceden de las distancias entre los funcionarios y los receptores de los efectos de la tarea que le compete, lo que se hace tanto más insoportable cuando el funcionario se exhibe como "comprometido" con el Proyecto en tanto lo niega con su proceder, negándolo al actuar. Finalmente, para no argüir en exceso, justo es reconocer como elemento determinante de crítica la manifestación de cansancio de parte del "voluntariado magnífico" sobre el que ha descansado el mayor peso de la posibilidad real de concreción de nuestro Proyecto, mayor que el de los partidos que apoyan al Gobierno y por qué no decirlo, mayor al del propio Gobierno; cuestión que no debe alarmar a nadie ni tampoco herir susceptibilidad alguna - ni de órgano ni de sujeto-; no obstante de ocurrir que alguna resultara herida basta recordar que este Proyecto, definitivamente, es del Voluntariado Pueblo siendo que la duda al respecto quedara despejada el 13 de abril de 2002, día terminalmente fatídico y, por vía contradictoria, auroralmente magnífico.

En parte por lo anterior me atrevo a predecir que en el tiempo inmediato las críticas en el seno de "los comprometidos" (reales y supuestos) con la transformación y el cambio han de incrementarse, lo que obliga a la conformación de un marco revolucionario para que las bien intencionadas no se desvirtúen poniéndose, sin querer, al servicio de los opositores; para que no sean adulteradas por los receptores con las manidas formas de la descalificación y del desprecio y para que siendo declarativamente aceptadas no pasen a engrosar las causas del desahucio participativo por no ser atendidas. Cabe por igual señalar que en tal marco han de tomarse previsiones para impedir que la revancha; los odios mellizales; los resentimientos; las apetencias no satisfechas; etc. pretendan cobrar forma de crítica revolucionaria cuando, por lo contrario, merecen estar en el excretario de la política.

Con lo expuesto cuanto hago es solicitar la intervención de los adelantados ante un hecho irreversible: "la Crítica, en el seno del Proyecto se hará evidente y será creciente". El problema colateral a su emergencia, a nuestro modo de entender el planteamiento, no es cómo impedirla, ni cómo limitarla, sino, por lo contrario, como estimularla para que sea realmente productiva; para que opere constructivamente, por ejemplo, como fundamento para el ejercicio serio y responsable del mandato de la Contraloría Social, con sus fundamentos en los procedimientos de constatación, seguimiento, supervisión y control: La Crítica transformada en configurante del más alto grado de participación protagónica.



Se me ocurre decir, por tanto, que se hace impostergable abrir la opción de expansión y crecimiento del valor agregado social alcanzado a la fecha por el colectivo que apoya al Proyecto, evidenciado fundamentalmente en un discurso de creciente calidad argumental; expansión requerida para brindarle cauce lógico, natural y congruente con el mismo a la inconformidad que expresan compatriotas quienes resienten de que las bondades de las ejecutorias del gobierno no les han alcanzado, ni como individuos, ni como colectivo; sin que falten quienes impugnan las conductas de algunos funcionarios de gobierno que actuando como "gerentes sociales" del mismo parecieran ser las de enemigos del mismo: La Quintacolumna, rastrera pero eficiente, edificándose con el fin último de implosionar el proyecto atacando sus bases y fundamentos.

La apertura a la crítica, tanto en su formulación como en su ejercicio, no es solicitud de " graciosa concesión" sino consecuencia inevadible de la dinámica del proceso que por mandato principial del Proyecto plantea "La Diversidad de la Crítica" en correspondencia con la "Diversidad Asociacional" del Proyecto.

A nuestro entender LA CRÍTICA es el rasgo constitutivo más importante del Proyecto Bolivariano siendo que, además, se ha instrumentalizado así misma como "acción revolucionaria única" al momento en que las circunstancias lo han demandado. Crítica que confirma la naturaleza de un Proyecto, el Bolivariano, que expresa un rechazo principial a todo unanismo; a la obligatoriedad de la militancia en determinada organización para ser reconocido y estimado; a los dogmas por ser castrantes de la doctrina que se fortalece a medida en que somos capaces de interpretar el "fenómeno pueblo". Crítica que antagoniza al unionismo esclerosado que se dicta por decreto y se ejecuta de acuerdo con un verticalismo decisional. Crítica cuya aceptación, al modo y forma en que la manifiesta el Líder Presidente, se constituye en "hecho de crítica notoria" cuando él, con decisión y sin miedo: 1.- impugna las verdades estrechas y aparejadas con las que se manifiestan viejas reglas de juego en las relaciones internacionales, que permitieron - y facilitan - la inherencia de factores externos en asuntos que sólo nos competen a nosotros; 2.- señala a los enemigos internos que pretenden impedir la satisfacción de las aspiraciones del Proyecto - Pueblo. 3.- demanda de los ejecutores de gobierno, adherentes de nuestro Proyecto, sus mejores cuanto crecientes esfuerzos por lograr la eficiencia y la probidad en sus desempeños. 4.- esclarece que nuestro Proyecto no cuenta con "portadores de misterios", desde el momento mismo en que es Proyecto de Luz e Iluminante.

No obstante la más alta crítica que él haya expuesto es la referida a que "la miseria abyecta de los pobres (inmensa mayoría) ha de ser transmutada en riqueza de todos por la vía de enseñarles el ejercicio del poder que constitucionalmente deben ejercer, pues le pertenece"; las que en sus palabras sintetiza afirmando: "la mejor forma de acabar con la pobreza es dándole poder a los pobres". Con ellas el Líder Presidente realiza la más acerba crítica a todo una historia de ignominia y de exclusiones que por siglos se manifestó en nuestra Patria, ininterrumpidamente, hasta su presencia.

A los que suponen que pecamos de ingenuos cuando nos expresamos como lo hacemos los invitamos a que revisen las páginas centrales del diario Ultimas Noticias, en su edición del día lunes 15 de Septiembre de 2003, para que palpen un ejemplo concreto de cómo la actitud crítica puede ser reconducida hacia la Contraloría Social. El "ejemplo Otaiza" nos viene como anillo al dedo para confirmar que lo sostenido por nosotros es posible: La Crítica Revolucionaria como estímulo de la Contraloría Social.

Finalmente siendo que damos por probado que la Crítica es congruente con las finalidades del Proyecto en sus aspectos básicos y que ha de estar dirigida a lograr la eficiencia de todo ejecutoria que dentro del proceso le corresponda a los comprometidos, entonces nos toca decir ¡BIENVENIDA SEA LA CRÍTICA REVOLUCIONARIA AL SENO DEL PROYECTO! . ¡APRENDAMOS A EJERCERLA!: Pueblo Revolucionario y Gobierno para la Revolución.



Esta revolución nuestra es democráticamente nueva; tanto como para decir que es "autóctona"; única en sus prácticas y en sus consecuencias. Por esta democracia nuestra, surgida como propia de un Proyecto Social inédito, el pueblo le ha perdido el miedo al Estado tanto como para que un pequeño sector pretenda no sólo anteponérsele sino destruirlo; la voluntad popular se expresa en una diversidad indescriptible de modos de participación; los mecanismos e interacciones sociedad - estado y las intrasociales responden a modalidades nunca antes practicadas; las coordenadas globales que la definen, con las que se debate ante aquellos que desde afuera pretenden abatirla, se fortalecen para prestigiarla y situarla en el respeto y consideración de los pueblos de América Latina y del mundo.

En tal orden de ideas lo primero en tener en cuenta es que la dinámica lo es la de un Sistema Real que por su magnitud y complejidad ha de ser reducido a un diseño de modelos que, en el mejor de los casos, busca ser el calco o reproducción de los Subsistemas Reales del Sistema Real. De modo que, pese a los grandes ordenadores capaces de procesar inimaginables magnitudes de datos, seguimos operando los sistemas sociales mediante modelos. (Sistema Educación, Subsistema Salud, Subsistema Administración, etc) En tal escala, la de los diseños, los operadores (políticos, administradores, planificadores, especialistas de áreas, computistas, ejecutores de gobierno; ejecutores externos, etc) deben coordinarse - en todos los niveles de gobierno - para garantizar la "eficiencia de diseño" e intentar, con la puesta en escena de sus mejores competencias teóricas, doctrinarias y personales, la congruencia con lo que realmente ocurre, con el comportamiento (cursos) del Sistema Real, el cual, demás está decir no es siempre predecible (por no decir: Nunca). Hasta hace pocos años se daba por sentado que los cursos de acción eran expresión de la voluntad de los que ejecutaban el diseño o modelo de acuerdo con el cual se da concreción a la dinámica terminando por negar la "factibilidad de la predicción", pretendiendo constreñir el Sistema Real mediante el condicionamiento de los modelos, determinando en plazos variables cuanto infalibles una saturación modélica que terminaba por agotarlos de las más diversas formas. Hoy sabemos mucho más que ayer acerca de los cursos de acción que adoptamos en los modelos, conocimiento directamente proporcional a nuestra capacidad para reconocer los cursos reales.