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Latinoamérica

15 de octubre del 2003

Chile: Un pueblo que construye su propio destino
Rescate y fragmentos de las luchas populares antidictatoriales

Rubén Marín
Liberación
"La historia es nuestra y la hacen los pueblos"
Salvador Allende

Un ejercicio de memoria, contiene inevitablemente condicionamientos subjetivos, que inciden y determinan los parámetros con los cuales se rescatan los acontecimientos y hechos de una época histórica. Esto es así, particularmente, con procesos sociales y politicos de envergadura, en los cuales las dimensiones involucradas implican una gran complejidad y, por ende, la posibilidad de diversas lecturas.

Se cumplieron 30 años desde que uno de los grandes experimentos sociales de transformación en América Latina, fue frenado y brutalmente derrotado por los que en Chile siempre detentaron el poder económico, social, militar y político: la burguesía chilena y sus socios internacionales. Al respecto el escritor y cantautor Patricio Manns, en una retrospectiva histórica, señala que las relaciones que mantenían y normalizaban socialmente una estructura de privilegios en la sociedad chilena desde los mismos inicios de la constitución del Estado- Nación, eran sostenidas por "una alianza cívico-militar que, por lo menos en Chile, no se ha roto jamás. Esto quiere decir que nunca el partido militar se ha supeditado al mando civil aunque, con absoluta lealtad, actuó siempre en defensa de los intereses de la clase económica dominante y contra los intereses del proletariado".1

El ensañamiento de los poderosos

La reversión regresiva de las conquistas económicas, sociales y laborales logradas durante la Unidad Popular, la imposición, a través del terror, de un modelo económico y político refundacional, cuyo sustrato necesario, para reconfigurar la sociedad, fue el aniquilamiento físico e intelectual de una generación revolucionaria, con un costo social, cultural y humano sin parangón en la historia moderna del país. ¿Qué había sucedido en el país para que la clase dominante reaccionara tan drásticamente? Se asistía a un proceso histórico de larga data, donde el movimiento obrero y popular fue construyendo y acumulando una fuerza social y política, que en sus diversas expresiones político-ideológicas, disputaron el carácter de su orientación e incidieron sobre amplios espacios del campo popular. El avance de una fuerza social que en sus términos y determinaciones empezaba a visualizar el carácter de clase de la "democracia burguesa" y a estrechar los mismos límites sobre los que el gobierno de la Unidad Popular intervenía y dentro del cual, a la vez, encontraba identidad y pertenencia.

Interesa en esta reflexión, rescatar una de las dimensiones constitutivas de esa rica y transformadora experiencia popular, que en términos de la época, se expresaba y materializaba en la conformación de embrionarios espacios de poder popular, -que, obviamente se relaciona y vincula con las historias y prácticas de los partidos y organizaciones de la izquierda chilena- y rescatar, en segundo lugar, en su proyección histórica, el despliegue de acciones que constituyeron el amplio movimiento de resistencia popular, a partir del establecimiento de la dictadura militar.

Los pobres del campo y la ciudad

Se trata, entonces, de visibilizar la emergencia de un sujeto revolucionario, que por sus demandas y respuestas orgánicas, constituía y significaba una alarmante amenaza al orden dominante burgués y que perfilaba en sus prácticas cotidianas de vida, una sociedad participativa, solidaria, igualitaria y humana: la formación histórica y el desarrollo de un movimiento popular, que "se situaba en un tránsito histórico" y cuyas proyecciones excedían los marcos de los canales institucionales, construidos históricamente por la clase dominante, para obstruir y frenar cualquier avance e intento de transformación de la sociedad.

Los pobres del campo y la ciudad, se reconocieron en ese proceso histórico, in crescendo, de toma de conciencia colectiva, se dignificaron y buscaron constituirse en activos sujetos, gestando una infinidad de instancias y órganos embrionarios de poder popular. Una expresión de este rico proceso, fue la realización en Santiago en Marzo de 1970, "del Primer Congreso de Pobladores Sin Casa, donde acudieron delegados de 32 comités de pobladores sin casa y 7 campamentos del área metropolitana." 2 Así, la corporal y vital presencia de millones de seres humanos en sus identidades de campesinos, pobladores, obreros, dueñas de casa, mapuches e intelectuales críticos, fueron confluyendo en un mancomunado ejercicio de poder y de reapropiación de sus condiciones de existencia.

Un reflejo vivencial de este protagonismo popular se produce en la "Población Nueva La Habana" (Santiago), donde llegaron 1700 familias. El obrero electricista y dirigente poblacional Alejandro Villalobos (más conocido como Mickey), recordaba (1970) "Cuando llegamos no había nada. Pero los pobladores no nos quedamos tranquilos y nos movilizamos: construimos un policlínico, un parvulario, un restaurante popular. Conseguimos que hubiera luz y agua, que las casas fueran sólidas y estuvieran de acuerdo a las necesidades de la familia. Todos los buses abandonados que había en el sector fueron refaccionados por los pobladores y se convirtieron en la primera escuela de la población…Se ideó un curioso equipo de radio conectado a 24 parlantes (había uno por manzana) con el cual se difundían noticias de interés para la población en programas preparados por los propios pobladores. (…)Los propios pobladores erradicaron totalmente la delincuencia, el maltrato a la mujer y el alcoholismo…y lo que es más importante, fueron capaces de diseñar todo un sistema de justicia a nivel vecinal. También se construyeron baños colectivos por manzana, una imprenta artesanal, un gimnasio, comedor, etc." 3 Una rica diversidad de experiencias populares de base y autogestionarias que conformaban este tejido social, cultural y político, es lo que la burguesía chilena impedirá, realizando una gran matanza, encarcelando a miles de militantes, estudiantes, dirigentes, sindicalistas, expulsando a cientos de miles al exilio, y produciendo la desarticulación y destrucción de las organizaciones sociales y populares de base (cordones industriales, comandos comunales, movimientos campesinos y poblacionales, juntas de vecinos, delegados de manzana, centros culturales, centros de madres, espacios recreativos y culturales, y toda la amplia red que sostenía al movimiento y que, una vez impuesto el "orden" por la fuerza de las armas, realizará durante 16 años: "Un proyecto de refundación del país de profundidad y extensión hasta entonces desconocidas. Desde la economía a la cultura, desde los patrones de acumulación capitalista a la fisonomía del sistema político, el poder impone su nueva y más perfecta organización social del hambre, la miseria y la exclusión." 4

El movimiento de resistencia antidictatorial

El movimiento de resistencia antidictatorial registra sus primeros antecedentes en septiembre de 1973, en la resistencia al golpe militar encabezada por el presidente Allende y los militantes que lo acompañaron en el Palacio de La Moneda. Un intento más unificado se produce el mismo día del golpe, cuando "el MIR, el PS y el PC se reúnen en el centro fabril metalúrgico Indumet del Cordón de Cerrillos para coordinar un plan de resistencia armado (pero) junto a los obreros son cercados. Combaten por horas. Rompen el cerco. Hay escaramuzas en diversos lugares".5

En los años posteriores lo dominante es el repliegue de la izquierda y del movimiento popular y el intento de respuestas defensivas, vinculadas a una readecuación de los militantes y organizaciones, en condiciones de clandestinidad y bajo el permanente asedio de los aparatos represivos. Es de destacar también, las heroicas resistencias dispersas de sectores de trabajadores y pobladores a lo largo del país. En Neltume, sur del país, José Gregorio Liendo (comandante Pepe), junto a 22 militantes resiste con las armas el golpe militar: "El dirigente cae la noche del 3 de octubre de 1973 frente a un pelotón de fusilamiento cumpliéndose así la sentencia dictada por un Consejo de Guerra". 6

La infinidad, amplitud y extensión de las acciones realizadas por el movimiento de resistencia, no constituyen sólo una sumatoria de las mismas, sino que responden a determinados momentos de la lucha política y social y a las distintas estrategias implementadas por los actores sociales y políticos. Acciones y movilizaciones relacionadas, y confluentes en los mismos territorios sociales de confrontación con el régimen: "Huelgas de obreros y empleados, campañas de desobediencia civil, manifestaciones políticas y en defensa de los derechos humanos, ocupación de empresas, marchas de protesta contra el hambre, ataques armados a representantes del régimen, secuestro de empresarios que no respetan los derechos de los trabajadores, divulgación de proclamas, formación de grupos de autodefensa y milicianos, incendios de las instituciones de la dictadura, asaltos a bancos y comisarias, colocación de bombas, penetración en representaciones diplomáticas, huelgas de hambre en las iglesias, inutilización de centrales de electricidad".7

Durante los años de dictadura, la recomposición del movimiento sindical, de las organizaciones comunitarias y sociales, de los partidos de izquierda, encontró nuevos caminos para recuperar los territorios sociales perdidos. Los jóvenes y las mujeres fueron actores centrales en estos procesos de resistencia antidictatorial. La resistencia en su desarrollo intentó articular las acciones armadas clandestinas de grupos de autodefensa y milicianos, y la recomposición del movimiento de masas, con la emergencia de las masivas movilizaciones y protestas, a través de toda la década de los 80.

No se trata de hacer juicios de valor en torno a la legitimidad de los métodos de lucha, sino más bien visibilizar y registrar algunos de los tipos de acciones que se realizaron para resistir y enfrentar la dictadura. Acciones que en conjunto contribuyeron a construir las condiciones de desgaste y reflujo de la dictadura y de apertura a las posteriores búsquedas de resolución política. Esto se vuelve sustantivo, particularmente, tomando en cuenta que los sectores políticos que hacia fines de los años 80 imponen los términos de la transición contenidos en la Concertación, han construido y normalizado una "historia oficial" sesgada, de las luchas y exaltado sus propias acciones, ocultando y distorsionando (y tambien criminalizando) aquellas que no se articulaban y correspondían con sus fines "dialogistas".

A mediados de los 70 comienza un proceso de conformación de grupos de autodefensa y milicias populares y se producen acciones armadas urbanas, que se extienden a todo el país. Así se registran en la prensa de la época, tanto del régimen como de organizaciones políticas, una infinidad de hechos y acciones. Siendo algunas de ellas: colocación y estallidos de bombas en instituciones militares, gubernamentales, municipales y sedes de transnacionales; distribución de alimentos en poblaciones: "Las Milicias de la Resistencia popular procedieron a confiscar un camión con cuatro toneladas de leche y subproductos lácteos, que se entregaron de inmediato a los niños de la población 'La Victoria'".8 Cortes de energía que afectan a distintas regiones del país o interrumpen transmisiones de Televisión Nacional: "El día 11 de septiembre, cuando Pinochet decía su discurso…" 9 Operaciones de propaganda conjunta del MIR y Partido Comunista en poblaciones: "con distribución de folletos casa por casa y rayados…" 10 Acciones milicianas que serán articuladas y vinculadas a las emergentes movilizaciones del movimiento de masas. En septiembre de 1981 en Neltume, mientras el MIR realiza preparativos para la lucha guerrillera rural, frente a la ciudad de Valdivia: "…Siete militantes de la Resistencia Popular, resultaron muertos en enfrentamientos con tropas de la dictadura".11

Desde 1982 a 1988 continúan las acciones armadas de grupos milicianos y surgen nuevas organizaciones armadas como el Frente Patriótico Manuel Rodríguez -FPMR y el Mapu-Lautaro. Al calor de las protestas, en 1982, cuando la represión disuelve una Marcha del Hambre "estallaron dos bombas en una sub-central eléctrica del país. Como resultado toda la ciudad de Concepción y las regiones de Lota, Coronel y San Juan permanecieron sin electricidad durante más de 3 horas".12

En los años 80, el MIR lleva a cabo las transmisiones de Radio Liberación: "Radio popular que utiliza las ondas de sonido de Televisión Nacional, por ejemplo, durante el partido Chile-Austria (1982), cuya emisión fue escuchada en el sector sur de la capital y en la localidad de San Bernardo. Durante el mundial de fútbol, Radio Liberación realizó 24 emisiones".13 Otras acciones cuyos objetivos son militares y económicos: "Atentado miliciano contra la base aérea ´El Bosque´. Los milicianos lanzaron en forma intermitente 8 cohetes contra esta base de la FACH ", o la "Expropiación de dinero en las plantas de la multinacional automotríz Datsun, ubicadas en la Av. Grecia."14 El accionar ascendente del FPMR se produce durante 1985 y 1986: 904 acciones exitosas y 200 fallidas, (entre ellas) "70 fueron derribamientos de torres; 30 fueron cortes de vías férreas; 18 fueron ataques a instalaciones de las fuerzas represivas; 8 acciones de hostigamiento; 338 sabotajes menores; fueron distribuidos cinco camiones con alimentos y se realizaron ocho acciones especiales" 15 , una de ellas, en 1986, el mismo año que se descubren los arsenales del FPMR, la emboscada a Pinochet en el Cajón del Maipo (produciendo diversos daños al vehículo blindado del dictador y la muerte de cinco miembros de su escolta), y en 1987 el secuestro del coronel Carreño, que después de 92 días de cautiverio, es dejado en libertad en la ciudad de Sao Paulo en Brasil.16

En 1988 el fiscal militar F. Torres, se salva de una emboscada del FPMR. También esta organización desarrolló "una experiencia de emisiones radiales, desde puestos móviles… Por un lado, Radio Manuel Rodríguez y por otro, Radio Rebelión. A pesar de las limitaciones técnicas en cuanto a su radio de acción, estas transmisiones de radio-televisión constituyeron un impacto en la población y un aliciente para la organización y la protesta. En 1986 ya teníamos consolidada una estructura y equipo estable de radio, con alrededor de veinte puntos de transmisión, lo que permitió tener un récord de trescientas transmisiones mensuales y un promedio de 150 a doscientas al mes".17

Numerosas y continúas son las acciones armadas que diversos sectores del pueblo emprenden en defensa de sus derechos y por el término de la dictadura criminal. Crecientes son también las movilizaciones y actos callejeros.

En lo que respecta a las movilizaciones de masas, ya desde 1977 se producen las primeras manifestaciones públicas contra la dictadura, que se repiten en 1978, con incidentes durante el Primero de Mayo y en septiembre de 1979 con fuerte represión a los manifestantes.

En el año 80 se inicia una nueva fase en la lucha contra la dictadura. La represión dictatorial no ha podido impedir que la movilización de las masas se extienda entre los obreros, los pobladores, el estudiantado ylos demás sectores populares democráticos. En 1982 se produce la primera Marcha del Hambre "una muchedumbre de manifestantes copa durante varias horas las calles céntricas enfrentándosse con numerosos piquetes móviles de carabineros"18 . Entre 1983 y 1987 continúan y se multiplican multitidinarias manifestaciones y jornadas de protesta nacional. La respuesta de la dictadura fue la represión y en reiteradas oportunidades unidades del ejército y la policía acordonaron las poblaciones de la capital, sacando a todos los mayores de 14 años de edad a la calle. Miles de personas son detenidos en estos operativos. En la tercera protesta nacional de julio de 1983, se descarga "la violencia policial con bombas lacrimógenas y balazos en más de veinte poblaciones periféricas de Santiago." 19 Hacia fines de 1983 habrán "un total de más de 69 chilenos muertos, víctimas de la represión oficial ejercida por la acción de los soldados, carabineros y civiles `no identificados`."20

En julio de 1986 se realizan dos días de Paro Nacional: "en las principales ciudades de Chile el Paro y la protesta se expresaron en las más distintas formas. Mitines, barricadas, manifestaciones, asambleas, caceroleos, trabajo lento, ocupacion de plazas públicas y muchas otras formas de protesta…La represión cobró 7 vidas y un centenar de heridos." 21 Los jóvenes Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas son quemados por una patrulla militar, falleciendo este último. En octubre de 1987 el Comando Nacional de Trabajadores convoca a huelga general: "miles de empleados y obreros manifiestan con asambleas, retrasos y viandazos su repudio a la cesantía y a la politica salarial del gobierno." 22 Las masivas protestas y jornadas nacionales, dejan un saldo de cientos de muertos, miles de heridos y detenidos, cientos de allanamientos y operativos militares en poblaciones y barrios obreros. En este período, la fuerza ascendente del movimiento de resistencia antidictatorial, la creatividad popular y sus organizaciones representativas se fortalecen, los partidos de la izquierda constituyen espacios de unidad y apoyan todas las formas de lucha contra el régimen dictatorial. Toda una infinidad de acciones, que son imposibles resumir en su totalidad y que indican los modos legítimos en que se expresó la resistencia popular, a pesar del terror y la represión.

La transición y la Concertación

La burguesía, reconstituídos y fortalecidos los pilares del sistema de dominación y consolidado el modelo neoliberal capitalista, inicia los términos del proceso de transición hacia el reestablecimiento del sistema parlamentario y empieza a configurar la alianza política que sostendrá la futura Concertación por la Democracia. El paso previo fue la firma de los acuerdos y garantías para la mantención y continuidad del modelo económico y social vigente e impunidad a los militares criminales: 14 años del término de la dictadura y tres gobiernos consecutivos de la Concertación (Aylwin, Frei, Lagos), con los principales instigadores y culpables libres, con un reclamo permanente de justicia y verdad, con un modelo económico y social altamente excluyente, con la existencia de presos políticos populares, con trabajadores con sueldos de hambre y aparatos policiales que en las poblaciones y sectores populares continuan las mismas prácticas represivas de la dictadura.

El movimiento popular

La recuperación de la vitalidad del movimiento social y popular y la reconstrucción del protagonismo de lo popular, lo solidario, lo humano, significa reconectar con una amplia historia de luchas y de resistencias diversas. En esa dirección se sitúa el último y exitoso Paro Nacional de agosto de 2003 convocado por la CUT, y en la existencia de organizaciones y colectivos político-partidarios, sindicales, sociales, barriales y comunitarios, del pueblo mapuche, de la lucha contra la impunidad, que aún dispersos, que aún fragmentarios, continúan construyendo y gestando condiciones para que el pueblo recupere su propia voz. Un micro-universo de redes populares, que confrontan y resisten, que adquieren fisonomía e identidad, y que exceden toda coyuntura e inmediatez, pero que en determinados momentos históricos lograrán alzarse otra vez con toda su fuerza.




Notas

1. Patricio Manns. Chile: Una dictadura militar permanente (1811-1999). Editorial Sudamericana. Pág. 24.

2. Revista SURDA. Nº 7. Año 3. Mayo/Junio 1995. Santiago. Pág. 10.

3. Idem. Págs. 12-13.

4. Revista SURDA. Nº 6. Año 2. Septiembre 1994. Santiago. Pág.19.

5.Centro de Estudios Miguel Enriquez (CEME 5). Miguel Enriquez: Páginas de Historia y Lucha. Octubre 1999. Pág. 15.

6.Eugenio Hojman. En colaboración con equipo Análisis. 1973-1989. Memorial de la Dictadura. Cronología de 16 años de pesadilla. Editorial Emisión. Chile. Pág 19

7. A. Barischev. Y. Godunski. Chile: Un Pueblo Indomable. Editorial de la Agencia de Prensa Nóvosti. Moscu. 1983. Pág. 82.

8.El Rebelde. Junio 1980. Nº162. Pág. 8. Chile.

9.El Rebelde. Noviembre 1981. Nº 180. Pág. 13. Chile

10.Idem. Pág. 14.

11.Revista Resistencia. Año 1. Nº 8. Nov.-Diciembre 1981. Editor responsable: Coordinación de Solidaridad Europea con Chile. Holanda.

12 .A. Barischev. Y. Godunski. Chile: Un Pueblo Indomable. Editorial de la Agencia de Prensa Nóvosti. Moscú. 1983. Pág. 87

13.El Rebelde. Diciembre 1982. Nº 183. Pág. 14. Chile.

14. Idem. Pág. 10-11.

15. www.fpmr.org

16.Eugenio Hojman. En colaboración con equipo Análisis. 1973-1989. Memorial de la Dictadura. Cronología de 16 años de pesadilla. Editorial Emisión. Chile. Págs. 251-252 y 160-161.

17 .www.fpmr.org

18.Eugenio Hojman. En colaboración con equipo Análisis. 1973-1989. Memorial de la Dictadura. Cronología de 16 años de pesadilla. Editorial Emisión. Chile. Págs. 169-170

19 .Idem. Pág. 186

20. Idem. Pág. 191

21. Idem. Págs. 245-246

22. Idem. Pág. 258