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Latinoamérica

LA INSURGENCIA POPULAR BOLIVIANA Y LA GUERRA MEDIÁTICA

Econoticiasbolivia.com (Miguel Pinto Parabá*)
http://www.econoticiasbolivia.com/

La Paz, Septiembre 30, 2003.-

Dos batallas se libran en el actual escenario boliviano: la real y la mediática. En la primera, la iniciativa la tienen los diversos sectores sindicales y populares que plantean la "destitución" del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y sus colaboradores. En la segunda (la ideológica), el gobierno logró, con relativo éxito, minimizar, dividir y desacreditar el estallido social.
Pese a sus diferencias tácticas e incluso estratégicas, los dirigentes sociales que encabezan esta nueva ola de protestas (los obreros Oscar Olivera y Jaime Solares, y los campesinos Felipe Quispe y Evo Morales) coinciden en que el gobierno aún se encuentra en pie porque tiene el "respaldo" de dos "aparatos de represión": el policiaco-militar y el mediático.
En cierta medida, los líderes de este levantamiento social, que comenzó el 19 de Septiembre , se dan cuenta de lo que ocurre, pero aún no logran encontrar la punta del ovillo que les permita descubrir las razones por las cuales las "redes de comunicación" no reflejan fielmente sus masivas movilizaciones y sus reivindicaciones (la re-nacionalización e industrialización del gas, el rechazo al Acuerdo de Libre Comercio para América Latina, ALCA, la abrogación del Código Tributario y la Ley de Seguridad Ciudadana y otros).
En ese marco, este artículo periodístico, a partir de algunos hechos, intentará develar algunas de las causas concretas por las que las grandes cadenas bolivianas de difusión transmiten información sesgada y parcializada.
LAS DOS BOLIVIAS
El viernes 19 de Septiembre , después de que grandes segmentos de la población, en las calles, hicieran conocer al poder Ejecutivo su vehemente rechazo a la venta del gas, algunos presentadores de noticias mostraron en las pantallas de televisión "las dos bolivias", de las que tanto habló, en su momento y desde su propia óptica, el líder campesino, Felipe Quispe.
La Red televisiva Unitel -de propiedad de una opulenta familia de hacendados de Santa Cruz- en sus noticieros partió al país en dos: "la Bolivia del conflicto y la huelga" y "la Bolivia del progreso y el trabajo", en directa alusión a las grandes marchas de protesta contra la venta del gas que se protagonizaron en La Paz, El Alto, Oruro, Cochabamba, Sucre y Potosí, en el occidente, y la "Feria Exposición de Santa Cruz (Expocruz)", de empresas y mercancías, que se realizó en la capital cruceña, ubicada en el oriente del país.
Este enfoque noticioso tuvo un alto contenido ideológico, que mostró claramente la línea editorial progubernamental del medio, que intentó polarizar el conflicto entre la Bolivia del opositor Evo Morales ("la violenta") y la Bolivia del gobierno y la iglesia ("la pacífica").
Ningún comentarista o líder de opinión se rasgó las vestiduras por este hecho. Sin embargo, cuando Felipe Quispe habló de las "dos bolivias", de los originarios y los k'aras (blancos), los "comentaristas" pegaron el grito al cielo.
EMBOSCADA
Otro ejemplo que demuestra el sesgo informativo de algunas redes de información es lo que ocurrió en Sorata y Warisata, el sábado 20 de Septiembre .
El gobierno y algunos medios de difusión hicieron circular la información de que un convoy militar, que "rescataba" a turistas nacionales y extranjeros de la localidad de Sorata, fue "emboscado", en Warisata, por centenares de campesinos "fuertemente armados". El saldo de este presunto "enfrentamiento" fue de 6 muertos a bala y más de veinte heridos.
Por ejemplo, el influyente periódico "La Razón" -de propiedad de un consorcio español-, el domingo 21 de Septiembre , tituló "Emboscada y fuego cruzado dejan cinco muertos en Warisata". Esta impactante noticia marcó a fuego la línea informativa de la trágica jornada.
OTRA REALIDAD
Sin embargo, la versión de los campesinos, que no fue destacada por estos medios, era otra. Los representantes de la Defensoría del Pueblo y la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, junto con otros medios independientes de comunicación, constataron que, en realidad, los turistas no fueron "rescatados", pues no eran "rehenes", ni tampoco los militares fueron "emboscados".
La muerte de una inocente niña de ocho años y algunas personas que no estuvieron en los bloqueos son algunos hechos que el gobierno no pudo explicar. Y los medios que difundieron la versión gubernamental de los acontecimientos sólo optaron por callar.
Ante estos hechos, la reacción de los campesinos de estas localidades fue radical: desenterraron sus viejos máuser, que, paradójicamente, fueron entregados por el actual partido gobernante -el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR)- luego de la revolución del 9 de abril de 1952, cuando aún mantenían una posición "antiimperialista y nacionalista".
Hoy, bajo la consigna "¡ahora sí, guerra civil!", los campesinos mantienen un bloqueo de caminos, que tiende a radicalizarse, y cuestionan radicalmente el ingreso a sus convulsionadas comunidades de algunos medios de comunicación que, bajo su punto de vista, no reflejan ecuánimemente la realidad.
GUERRA DE BAJA INTENSIDAD
La cobertura periodística de otros medios, sin embargo, tuvo "parte y contraparte", como reza el código de ética de los periodistas bolivianos.
El matutino "La Prensa", en ese marco, mostró las dos versiones de los luctuosos sucesos de Sorata y Warisata. Pero, para el gobierno, enfrascado en una radical batalla mediática, la actividad periodística es propia de algunos activistas "políticos".
El martes 23 el portavoz del gobierno, Mauricio Antezana, publicó una carta en la que señala que el rescate de los varados en Sorata, que dejó como saldo seis muertos a bala, era "un deber humano, moral y legal" .
Acusó, además, a algunos periodistas de "La Prensa" de "dirigir la información al parecer con una inocultable finalidad política". "Estamos saliendo en defensa de lo que consideramos el justo derecho a reclamar -agregó- ante lo que se muestra como una labor informativa parcializada y esperemos que no interesada".
"PERIODISMO, NO RELACIONES PUBLICAS"
Empero, callar es lo mismo que mentir.
El jueves 25, los redactores y editores del periódico "La Prensa" publicaron la respuesta, después de que el Director y el Editor General, Marco Zelaya, impidieran que lo hagan al día siguiente .
Los periodistas de "La Prensa" recordaron en su carta pública que el gobierno había insistido en que los militares y policías habían sido "emboscados" por los campesinos (versión que reflejaron otros medios) y subrayaron que ellos buscaron la otra versión, la de los campesinos, como es norma en el trabajo periodístico .
"El lector que se ha informado del hecho mediante 'La Prensa' ha conocido la versión del gobierno, pero también la de los campesinos. Periodismo, no relaciones públicas" replicó la misiva.
Los periodistas también observaron que Antezana se lamente "del sorprendente énfasis al responsabilizar del operativo al ministro de Defensa (Carlos Sánchez Berzaín)".
Ante esa queja pública del gobierno, los periodistas de "La Prensa" respondieron: "¿No fue acaso dicho dignatario quien llegó en un helicóptero a la población de Sorata?".
Según la versión de otros medios de comunicación, el polémico Ministro de Defensa fue incluso "agredido" por un grupo de campesinos de Sorata, horas antes de los luctuosos sucesos de Warisata.
"Ratificamos el compromiso con los lectores de continuar informando dentro de los marcos éticos que nos impone la profesión, lejos de cualquier interés de tipo particular y peor aún partidario", agregó la carta abierta de los periodistas de "La Prensa".
"CRITERIOS TENDENCIOSOS"
Frente al fuego cruzado mediático, el Sindicato de Trabajadores de la Prensa de La Paz expuso su punto de vista.
Mediante un comunicado, denunció "que en algunos niveles de decisión de las redacciones en los periódicos y contados presentadores (as) de noticias de televisión y radio emiten criterios tendenciosos y parcializados, distorsionando incluso la información de los conflictos sociales que acontecen en el país" .
Según el documento, "esa práctica pone en riesgo la integridad física de los periodistas que cubren (verazmente) la información en las calles y, lo que es peor, devalúa la credibilidad institucional de la prensa".
"Aclaramos que esa es la política informativa impuesta por algunos propietarios de medios de comunicación y el gobierno, con la que se identifican contados directores y también contados presentadores de noticias en las radios y la televisión".
LA PUNTA DEL OVILLO
Todo hace ver que los medios de difusión no están al margen de las luchas sociales. En realidad, el periodismo es también un importante campo donde se desarrolla la confrontación ideológica.
Como sostiene el investigador Erick Torrico, los medios de difusión, de acuerdo a la propiedad y línea editorial que poseen, responden a determinados intereses (de sus fuentes, de sus operadores semánticos, de sus controladores); marcan el "ritmo" de los acontecimientos; visibilizan ciertos hechos e invisibilizan otros; generan percepciones colectivas sobre lo real, y buscan alimentar determinadas corrientes de opinión .
Como vaticinaron varios estudiosos, parece que un nuevo fantasma recorre Bolivia: la imperceptible "dictadura" de las cadenas de información, los empresarios y los políticos neoliberales, que, unidos, marcan arbitrariamente la agenda pública nacional.
¿PREPARANDO LA REPRESIÓN?
Por eso no es casual que, esta semana, algunos "redes de comunicación" se hayan dado a la tarea de mostrar una presunta división orgánica en la Central Obrera Boliviana (COB), que convocó a la huelga general indefinida con bloqueo nacional de caminos, exigiendo la destitución del Gobierno.
Tampoco parece fortuito que otras cadenas televisivas, ligadas a consorcios internacionales, hagan una amplia cobertura de las "prácticas militares", con viejos fusiles máuser, de jóvenes campesinos en los alrededores de Warisata y Achacachi, dando a entender que existen aprestos guerrilleros y terroristas.
Como se puede observar, no es descabellado pensar que algunas "mega-redes" comunicacionales estén preparando el ambiente para una posible disolución violenta del actual conflicto social, como denunciaron insistentemente los líderes obreros y campesinos
Esperemos que la reunión de algunos Jefes de Prensa de importantes medios de difusión bolivianos con el gobierno, que se realizó el 29 de Septiembre , haya analizado estos temas en favor de la libertad de expresión, tan desacreditada en esta última semana.
* Ex secretario ejecutivo del Sindicato de Trabajadores de la Prensa de La Paz