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Latinoamérica

Goni resiste en su cargo; suman 57 los muertos y se anuncian nuevas movilizaciones

Redacción Bolpres.com

El presidente Gonzalo Sánchez de Lozada resiste en su cargo con el apoyo de los militares, a pesar del pedido de renuncia que, casi unánimemente, le plantearon diversos sectores sociales después que la represión a las movilizaciones populares en rechazo al proyecto de exportación de gas natural del consorcio Pacific LNG fueran reprimidos dejando el saldo de al menos 57 muertos, al menos dos desaparecidos, y más de un centenar de heridos. Después de una jornada de calma, se anuncian para el miércoles nuevas movilizaciones.
"No voy a renunciar", "Vamos a derrotar a los sediciosos", dijo en la víspera, al tiempo que partian caravanas de tanques con destino a la ciudad de La Paz para reforzar la guardia que militares establecieron sobre el palacio de Gobierno y otros edificios públicos.
El gobierno le apostó al cansancio de las movilizaciones; sin embargo, lejos de que esto ocurra, las movilizaciones tienden a masificarse en todo el país.
"La única salida es la renuncia del Presidente, ya no queda nada que negociar con él", dijo hoy Roberto De la Cruz, dirigente de la Central Obrera Regional (COR) de El Alto, la primera organización que declaró un paro general indefinido.
El pedido de renuncia del presidente, presentado inicialmente por Jaime Solares, secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), ahora fue asumido por al menos 38 organizaciones nacionales entre los cuales se encuentran todos los comités cívicos departamentales, las centrales obreras, campesinos, gremiales, transportistas, maestros, universitarios, juntas vecinales y partidos políticos, además de algunos parlamentarios de la oficialista Nueva Fuerza Republicana, la Arquidiócesis de Iglesia Católica de El Alto.
Al pedido de renuncia se sumaron los alcaldes de La Paz y El Alto, Juan del Granado y José Paredes, y también el empresario Samuel Doria Medina, hasta hace poco considerado segundo hombre del oficialista MIR.
"Después del 12 y 13 de febrero, el pueblo le dio al gobierno una segunda oportunidad, pero fue desaprovechada", dijo Doria Medina quien se sumó al pedido de sucesión presidencial en los marcos previstos por la Constitución Política del Estado (CPE).
Nuevas movilizaciones
Después de cuatro días de sucesiva violencia, el martes fueran pocas las movilizaciones registradas en La Paz y El Alto. "Estamos velando a nuestros muertos", dijeron varios manifestantes.
Sin embargo, para mañana la COB convocó a un cabildo abierto en la céntrica plaza San Francisco, ubicada a unos 500 metros de la Plaza Murillo, lugar donde se encuentra el Palacio de Gobierno.
La Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) informó que centenares de campesinos marchan hacia La Paz, donde son esperados por 800 trabajadores mineros del distrito de Huanuni.
Al mismo tiempo, el gobierno dispuso la movilización de refuerzos para las tropas militares que se encuentran acantonadas en la sede de gobierno.
Las salidas posibles
"Bolivia se encuentra ante dos salidas posibles: la política que implicaría la exigida renuncia del Presidente o la militar que implicaría mayor represión", dijo hoy el analista político Álvaro García.
Sin embargo, después que el Departamento de Estado de Estados Unidos afirmara que no reconocerá a otro presidente, el gobierno comenzó una intensa campaña mediática para mostrar que tiene apoyo internacional.
"Los gringos lo pueden reconocer, pero los que vivimos aquí no lo reconocemos, no queremos a un asesino al frente del país. Vamos a seguir en las movilizaciones hasta que ese asesino que está como presidente renuncie", dijo Felipe Quispe, líder de la CSUTCB.
Un apopo dudoso
Según analistas políticos, en otras condiciones de convulsión social el gobierno ya habría dictado un estado de sitio, aunque en la actualidad evita tomar esa medida porque se duda de la efectivad de la medida. La última vez que un gobierno quiso aplicar una medida de excepción para frentar una movilización campesina, fue obligado a levantar la disposición después de constatar su fracaso.
En la víspera, los comandantes militares anunciaron que actuarían con firmeza para frenar las movilizaciones, aunque hoy el comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia, general Roberto Claros, dijo a la local de televisión ATB que no respaldan al Presidente "como persona", sino a "un Gobierno legítimamente constituido".
Casi al mismo tiempo, un grupo de supuestos militares denominados "patriotas" dijeron que apoyan el pedido de renuncia del Presidente optando por una salida prevista en la Constitución.