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Latinoamérica

17 de enero del 2003
Los agitadores proclaman ser los nuevos mesías

José Del Grosso

En la situación actual del país destaca un grupo de incitadores, que dicen haber asumido la noble tarea de salvar al país.
Apoyándose en esa idea mesiánica, han generado prácticamente un estado de sitio, de paralización de la vida cotidiana en todos sus ámbitos. Han incitado al odio y a la violencia. Han violado casi todos los Derechos Humanos y han generado conocidas situaciones históricas muy parecidas a las de la Santa Inquisición o el nazismo.
Quienes han ideado, creado y mantenido este estado de cosas, sorprendentemente, no han sido los miembros del sector de nuestra población que sufre de grandes privaciones, es decir, el 80% de marginados. NO, ha sido el sector que se haya en las mejores condiciones económicas.
Quienes se han alzado no están apostando millardos en pro de un plan social, legal, económico y político convincentemente mejor que el propuesto por el gobierno, el cual beneficie, al menos, a la mayoría de los venezolanos. Carecen de él.
De lo que dejan entrever, ellos están en contra de Revolución Bolivariana porque afecta sus intereses visibles, porque supuestamente afecta el bolsillo de todo el mundo y porque quieren hacernos creer que la política de la Revolución ha generado una crisis descomunal.
Del análisis del contenido de su comunicación explícita se desprende una ideología mesiánica altamente peligrosa tanto para la estabilidad del país como para cada una de las individualidades que integramos a Venezuela. El mensaje que nos hacen llegar es: "es necesario sacar a Chávez"; acompañado de una arenga, muchas veces vaga, otras confusa, que lleva implícita la promesa de que, desde el mismo momento en que Chávez se vaya, la anciana crisis venezolana va desaparecer como por sortilegio y todos viviremos felices: "Si nos apoyan, todo volverá a la normalidad y tranquilidad anterior". Pero ni vivíamos contentos ni queremos preservar el anterior estado de cosas, por un lado, porque ya es hora de desterrar la marginalidad y todo lo que huela a pseudo democracia y, por otro, porque ello es imposible, no hay manera de volver a las condiciones del pasado.
Crean y confíen en nosotros "Saquen a Chávez. Confíen sólo en nosotros. Si no lo hacen es porque no se han fijado bien en las cosas, es porque algo anda mal en sus cabezas".
Normalmente, usted no prestaría atención a un mensaje como ese. Más aún, los desoiría, primero, porque conoce el pasado de estos agitadores (más correctamente, de estos terroristas que se hacen pasar por una oposición sana), quienes fueran acusados públicamente de corruptos; y, segundo, porque sabe que se trata de un grupo que conformó una coalición y no una alianza. Una coalición implica que, temporalmente, se han unido individuos o grupos de ellos, que divergen totalmente en sus intereses y objetivos, con el fin de obtener algo, pero que, tarde o temprano, naturalmente van a entrar en grandes conflictos debido a la naturaleza de su razón de ser. En ese grupo de reaccionarios que se identifican como salvadores, hay una suma de individuos opuestos como Fedecámaras y la CTV. ¿Cómo van a superar sus contradicciones? Pero, ¿cómo un sector significativo de la población pudo ponerse en manos de estos incitadores y formar parte de su círculo de terror? Un golpe de estado como este hay que cocinarlo con muchos ingredientes y exige una compleja y articulada red de acciones.
En principio requiere de la credibilidad de cuanto se dice para ganarse la confianza de los posibles participantes. Sí, convencerlos de que los cabecillas son los que poseen la única y absoluta verdad.
La credibilidad de los azuzadores de la intentona de golpe y sus canales de divulgación de su propaganda, deriva en principio de su propia autocalificación de sinceros y ello es artificialmente validado con información medianamente creíble, es decir, con una cantidad reducida de verdades, mucha distorsión de los hechos y un elevado toque de imaginación y, a ello, se agrega un repetir y repetir continuo de que ellos dicen la verdad. Ponga cuidado a cualquier medio de comunicación o a los propios incitadores y fíjese cómo lo repiten con cierta frecuencia.
Desde luego, la credibilidad de los medios de comunicación y de los azuzadores no se sustenta sobre los únicos pilares de su propia auto-calificación de sinceros y de información medianamente creíble. Esa credibilidad, se sustenta, además, en su convicción de que ellos poseen conocimientos únicos y exclusivos para manejar al país y en el uso de propaganda subliminal, la cual penetra en el cerebro sin ser notada, pero que, al igual que un mensaje posthinóptico, es sumamente efectiva.
Pero esas supuestas verdades, la credibilidad y la confianza hay que mantenerlas en el tiempo de alguna manera, y careciendo de una forma sana, honesta y transparente de hacerlo, debieron recurrir a métodos como haber descalificado y creado una imagen de ogro de Chávez durante las elecciones en 1998; así como, difundir falsas profecías y hacernos creer que Chávez nos conduciría a una clase distorsionada del comunismo, que haría desaparecer a la Sagrada Propiedad Privada. Luego, no habiendo obtenido los resultados deseados y siendo desmentidos por la misma realidad, desataron una histérica campaña de odio, que facilitara la posibilidad de inducir a las masas a cualquier clase de acciones y la cual, al mismo tiempo, mantuviera a sus seguidores lejos de cualquier reflexión.
En los mensajes de la oposición hay un constante apremio, una urgencia de: "Si no destituimos a Chávez hoy mismo, mañana puede ser demasiado tarde. Puede ocurrirnos lo peor".
¿Por qué Chávez debe salir hoy mismo del poder y se muestran impacientes? ¿Por qué no esperar a Agosto? La justificación aparente es que "podría ocurrirnos lo peor". ¿Qué es lo peor? ¿En concreto qué debemos temer? Más allá de las razones que han inventado, la realidad nos dice que es imposible mantener oculta la verdad durante mucho tiempo; mantener la incondicionalidad, incluso, de los seguidores más fieles; que es muy difícil impedir que tarde o temprano la gente saque conclusiones por sí misma, que es difícil mantener a un numeroso grupo de individuos en estado de exaltación emotiva durante mucho tiempo y, aún más, lograr mantener una inexistente imagen de eficacia.
Los cerebros de este nuevo intento de golpe y sus perros de guerra sabían que debían ganarle tiempo al tiempo. Sabían que la evolución de los hechos podrían ponerlos al descubierto. Y así ha sido, sólo con el Paro Cívico que viene transcurriendo desde los primeros días de Diciembre del año pasado, han salido a la luz sus mentiras, sus planes inescrupulosos, algunos de sus objetivos ocultos, su ineptitud, han perdido credibilidad ante sus seguidores y son muchos los que hoy, horrorizados y hasta enfadados con sus azuzadores, han despertado de su letargo y se han dado cuenta que han estado participando no sólo en actividades terroristas contra el Pueblo, sino también contra ellos mismos.
Piense por usted mismo. Los incitadores dijeron que Chávez era un cobarde y que en poco tiempo huiría del país ante la contundencia y fortaleza de sus paros, que ellos mismos eufemísticamente califican de cívicos y democráticos. Pero no lo hizo, hoy es 14 de Enero del 2003 y allí está Chávez al pie del cañón y junto a él, el Pueblo. Se puso bien puesto los pantalones y todo el tiempo ha dado la cara cuando ha sido oportuno.
Dijeron que Chávez y sus hordas salvajes eran unos asesinos, unos malandrines y hasta ahora los miembros de la oposición han dado más esa imagen que el mismo Pueblo. Mientras Chávez ha usado la Guardia Nacional o el Ejército para disuadir, proteger, disolver manifestaciones, incluso las de sus propios seguidores cuando han estado a punto de excederse; Alfredo Peña ha estado usando la Policía Metropolitana de Caracas para reprimir a quienes ellos califican de "chusma", de "delincuentes"; e, inclusive han llegado a matarlos descaradamente. Vea usted mismo las fotos que confirman lo que digo en las páginas web de información alternativa y extranjera que aparecen en Internet.
¿Quién miente? Mientras que, la mal llamada meritocracia de PDVSA, nos decía que hacía buenos negocios para el país y que Chávez el "maluco" la tenía cogida con ellos, la vida misma los puso en evidencia y se develó que su tal eficacia contrastaba con los negocios chimbos que hacían y los sueldos ultramillonarios que ellos mismos se asignaban debido a sus méritos abultados con cursos internos de fin de semana. Decían: "Chávez es un ladrón. ¿Adónde están los reales del Tesoro Nacional? ¿Qué los hiciste? Malgastas el dinero del Pueblo en avión nuevo y viajes de placer". Pero no es así. Un poco de reflexión, investigación y documentarse, rápidamente desmienten a los talibanes.
Los reales se han evaporado rápidamente con el desangramiento de PDVSA; en los negocios ilícitos de gobernadores, alcaldes, etc., y de los camaleones de la conspiración e, incluso, de oportunistas coleados en el gobierno disfrazados de chavistas revolucionarios y que no lo son; en los sueldos de miles de empleados públicos de esa misma calaña.
Más escondidos y protegidos legalmente por la autonomía, una buena parte del presupuesto nacional se va en descomunales presupuestos de las universidades nacionales, destinados en su mayor parte, no a mantener, por ejemplo, a profesores e investigadores de vocación o a estudiantes que quieren aprender, sino en mantener a un elevado porcentaje de miembros de esas universidades que constituyen en el mejor de los casos cuotas de poder y oportunistas como muchos decanos y rectores que se han enriquecido ilícitamente. No me crea nada.
Busque en los diarios del país, en donde diga "se buscan profesionales para trabajar en X área..." , lea con sus propios ojos que, en algunos de ellos con cierta frecuencia, dice al final: "Por favor, egresados de tal o de tales y cuales universidades, abstenerse" ¿Por qué esa acotación? ¿Qué está ocurriendo en las universidades? Pregunte a sus hijos, directamente a los estudiantes o a los obreros… Otra buena parte del presupuesto nacional se vuelve sal y agua, por ejemplo, en los continuos robos y estafas, gente que no va a trabajar y cobra, pertenecientes al sector salud pública y educación. Estoy seguro que usted podrá agregar algunos sectores más donde esto ocurre cotidianamente.
Si al presupuesto nacional le resta usted todo el dinero que va a parar a manos de tanto inconsciente, ¿verdad que no queda sino una cantidad muy pequeñita de dinero? Recuerde que a pesar de las enormes sumas de dinero que pudieran ingresar a las Arcas Nacionales, ello no es así, pues de los únicos dos grandes medios de la Renta Nacional, el uno, PDVSA, sólo aporta un 20% de sus ganancias y el otro, la renta tributaria, se ve mermada por la evasión de impuestos tanto por parte de los grandes oligarcas de la insurrección como de muchos de sus acólitos.
De este modo, lo que queda para ser bien utilizado en obras para el país es una cantidad ridícula en comparación a la anterior. Sin embargo, a pesar de ello, se ven obras promovidas o hechas directamente por el gobierno, de las que la mezquindad de los medios de comunicación se encarga de no divulgar.
Por favor, no me crea. Si ya no ha confirmado lo que acabo de decir, vea las casas de interés social que efectivamente sí han sido construidas por este gobierno. Pregunte cuánto costaron.
Diríjase luego a las casas de interés social construidas durante los supuestos gobiernos democráticos anteriores, compárelas y haga lo mismo que antes hizo y saque sus propias conclusiones.
Repita las mismas actividades respecto a las escuelas bolivarianas, hospitales, centros de salud, canchas deportivas, etc., y aprecie las grandes inversiones como las que conciernen al sector eléctrico de Guayana o las inversiones en el Estado Vargas. Es allí donde está el dinero del Tesoro Nacional y no como afirman los azuzadores: "Gran parte del dinero está en los bolsillos de Chávez"; o como dicen con tono de autoridad: "Se va en la compra de avioncitos presidenciales, corbatas de 10.000 dólares (Yo me pregunto sí existirán) o en viajecitos de placer.
Respecto a esos "viajecitos de placer", como los califican los incitadores, ¿No han dado como resultado el fortalecimiento de la OPEP y con ello la obtención más justa del precio de nuestro barril de petróleo? ¿No han dado oportunidad para inversiones extranjeras, que por cierto, algunas no se han concretado gracias a la mala fama y ambiente de inseguridad creados y son cortesía de la mal llamada oposición? Opine por usted mismo. En un balance global de sus actuaciones, ¿quién ha sido más eficaz y ha hecho algo más constructivo desde 1999 hasta hoy? ¿Los golpistas o Chávez? ¿Quién han sido más inepto, Chávez o los golpistas, que aún con el apoyo logístico del Pentágono y dinero de la CIA, durante el golpe del 11 de Abril del 2002 no lograron mantener el poder sino por un contado número de horas? Ni ellos mismos lograban ponerse de acuerdo entre sí.
Respecto a la ineptitud de los terroristas disfrazados de oveja y subrayo, esto es pura especulación mía, ¿no estará pensando un Carlos Andrés Pérez o cualquier otro de los cerebros y financiadores de esta conspiración, digamos, por ejemplo, Cisneros o la misma CIA, "por qué no creamos algo que cause una enorme conmoción y gran confusión. Por qué no prescindimos de un Carlos Ortega o de un Carlos Fernández. No estaría mal, aprovechando que ellos han dicho hasta el cansancio que el gobierno los amenaza de muerte y tenemos esta justificación, le podríamos cargar fácilmente la responsabilidad al gobierno, ya logramos convencer a muchos de lo de los muertos de Altamira en Diciembre, ¿por qué no nos van a creer ahora?. La gente se enardecería y ganaríamos un poco de la credibilidad que ya hemos perdido. Sí, saldríamos de uno o varios de esos ineptos que me han hecho gastar tanto dinero para nada y ganaríamos mucho terreno. Sí, en medio de la confusión podríamos ganar mucho. En río! revuelto, ganancia de pescadores". Y como Diría Rafael Caldera: "¡Vamos a echarle pichón!".
El problema de atribuirse la posesión de la única verdad Entre los medios más eficaces, incluso superior al de las armas, para tener control sobre otras personas, se encuentra el de asumir que es uno quien posee la verdad y descalificar e invalidar el pensamiento, discurso y percepción del interlocutor: "Si usted vio algo diferente, dice algo diferente o piensa diferente a mí, definitivamente, no debe haber visto bien las cosas o está loco".
Son muchos los problemas que uno mismo se busca con esto de atribuirse la pertenencia de la única verdad. El primero de ellos comienza por mantener firmes en el tiempo esas "verdades" e impedir que los demás descubran que en realidad se trataba de engaños, exageraciones, distorsiones de la realidad, etc.
Sí, hay que tapar goteras por todos lados, tapar mentiras con nuevas mentiras, desviar la atención hacia otros asuntos, no permitir que el otro piense por su cuenta, mantener a la gente en un estado de alteración emocional e, inclusive, amedrentar a quien pudiera descubrir las falsedades, no importa de quién se trate.
Hace falta adoptar un personaje y convencerse de las propias mentiras para manifestarlas con convicción. Buscar la manera de que los seguidores de los cabecillas se identifiquen con ellos y los imiten, para que estos sigan sus pasos.
El precio que se paga por tal atrevimiento es muy alto, la paranoia. El personaje que se adopta, se apodera del individuo y se olvida de quién se es. El individuo se vuelve incapaz de saber distinguir entre lo inventado y las cosas como son. Las ideas exacerban las emociones y ellas, a su vez, dificultan la posibilidad de no caer en la megalomanía y la exageración que podría poner todo al descubierto.
Se llega, entonces, a desconfiar en todos y hasta de sí mismo. Cualquier acción se vuelve válida a fin de preservar la "verdad"; y en la propia necesidad de confirmar y creer lo que se dice, de darle sentido y significado a lo que se afirma, se echa mano hasta de los hechos e ideas más remotas, sin importar que carezcan de vínculo con las ideas que se tratan de mantener o si en sí mismas ellas son absurdas. Todo ello sólo con el objeto de mantener en el otro la idea de que se posee la única y absoluta verdad.
Contraste usted mismo lo que digo con lo que vienen haciendo los terrorista de la mal llamada oposición y cerciorase de lo que digo. Tome, por ejemplo, cualquier discurso de Carlos Ortega, note si se ha vuelto o no cada vez más emotivo, qué tipo de palabras y expresiones usa; o tome a Carlos Fernández o a cualquier otro de su estilo como Marcel Granier, ¿no hay algo en su discurso algo que no le concuerda? Si no lo ha notado, contraste su lenguaje verbal, con la aparente tranquilidad y la manera de mirar, el tono de la voz, la actitud, el uso de sus manos, etc.
Así, estos cabecillas han caído solitos en su propia trampa y como buenos discípulos de la paranoia ya no confían en nadie, ven por todos lados agentes chavistas que los quieren matar, usan escoltas y guardaespaldas y a cada rato repiten en la TV: "Los chavistas me han amenazado de muerte". Ven y hacen ver a sus seguidores que cualquier persona ajena a su grupo es un criminal potencial, que podría estar apostado en cualquier esquina o rincón oscuro.
Todo da a entender que, como buenos discípulos de la paranoia, los líderes de la oposición saben o imaginan que se maquinan cosas contra ellos. Por ese motivo, tratan de detectar a quiénes pudieran ser sus asesinos en potencia, hacen listas para tenerlos identificados y tratan de amedrentar a todo aquel que no esté de acuerdo con ellos.
Todos los que no son de su grupo podrían matarlos, de allí que cuando el gobierno o cualquier persona que no se muestre de acuerdo con ellos propone el diálogo o algún otro tipo de acercamiento, se les dispara la alarma y, en lugar de entender la buena disposición, connoten el mensaje con un significado contrario: "Eso demuestra que tienen en mente algún propósito hostil.
Si no es así, ¿por qué el gobierno o esa persona podría tener interés en dialogar?" El atribuirse la verdad única y absoluta conduce en primer lugar a una actitud mesiánica, tal como se ha visto en la actitud general de los revoltosos, la cual pone de manifiesto de estar convencida de tener la misión de "salvar al país" de ese demonio que es Chávez; así como también a su creencia absurda, de que sacando a Chávez, de inmediato todos estaremos salvados, finalizará la crisis nacional, se acabarán todos los problemas y viviremos felices para siempre.
En un análisis que hace Paul Watzlawick, reconocido experto en comunicación, en su obra La Realidad Inventada, en concreto, en su capítulo "Los componentes de la realidad ideológica", nos dice que esa actitud mesiánica derivada de asumir la posesión de la verdad absoluta conduce a pensar que: "esta es tan evidente que no hay necesidad alguna de someterla a prueba o corroborarla. Quizá llegado a este punto, el sostenedor de una ideología tal cree en la posibilidad de corregir o convencer al hereje" (ponga mucha atención a lo que sigue diciendo):
"…Sin embargo, desde el mismo momento en que se muestra poseedor de la verdad absoluta, inmediatamente se muestra hostil, mal dispuesto o incapaz de abrirse a la verdad y como consecuencia de ello, el paso siguiente y necesario es aquel que Hermann Lüibbe llama AUTOJUSTIFICACIÓN IDEOLÓGICA DE LA VIOLENCIA: en su propio interés, hay que abrirle los ojos al mundo… De hecho aquel que quiere hacer feliz al universo no tiene otra opción; él es el cirujano que tiene el bisturí en sus manos. El no desea la violencia, más la misma realidad (la que él mismo se ha inventado), le impone prácticamente el uso de la violencia, a pesar de su disgusto por ella".
Creo que la cita anterior es explícita y es mejor que llegue usted mismo a sus propias conclusiones.

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José Del Grosso es Psicólogo Clínico